El presidente entrante, Gustavo Petro, tendrá grandes retos en materia económica, pues recibirá un país con una inflación que seguirá aumentando (de acuerdo con cifras del DANE, en junio la cifra llegó a 9,67 % en su variación anual), un dólar que esta semana superó máximos históricos alcanzando los $4.400 y una crisis en la cadena logística que afecta directa e indirectamente a las cadenas productivas del país.
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El presidente electo, que en buena parte será medido por su gestión en materia económica y social. Y ambos apartados pasan, en mayor o menor medida, por incluir a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en su agenda productiva, pues estas representan el 96 % del tejido empresarial del país, el 40 % del PIB y el 80 % del empleo.
Tras los resultados electorales que lo dejaron como ganador, la Asociación Colombiana de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (ACOPI) aseguró estar con la disposición para trabajar con el nuevo gobierno “en políticas públicas diferenciales para las mipymes, que les permitan un crecimiento sostenible y, de esta manera, recuperar y generar puestos de trabajo estables”.
Vale la pena mencionar que durante el primer año de la pandemia, las mipymes soportaron algunos de los peores golpes de la aguda crisis económica del país. Aunque el Gobierno lanzó medidas para atenderlas por su importancia, estas no fueron suficientes. Según cifras de Confecámaras (gremio de las Cámaras de Comercio), en 2020 se cerraron 187.092 mipymes. La Encuesta de Micronegocios, realizada entre enero y octubre de 2020 por el DANE, reveló que en el primer año de la pandemia se perdieron 509.370 de estas unidades productivas, que técnicamente son definidas como las que tienen máximo nueve empleados.
Cristina González, cofundadora de Essem Skincare, afirmó que el reto más grande de un emprendedor es “sobreponerse a las adversidades”. González, quien hace parte de la marca, creada con su hermana, enfocada en el bienestar y cuidado de la piel mediante productos a base de CBD, mencionó que existen demasiados obstáculos, “desde temas regulatorios, impuestos, posicionamiento de marca, y muchas veces dan ganas de abandonar los sueños y buscar un empleo con ingresos fijos. Así que el reto más grande es poder persistir y no tirar la toalla”.
Sin embargo, no todo fue malo para estas empresas, pues algunas se posicionaron mejor en nuevos nichos de mercado, a la vez que la crisis tambíén impulsó la creación de otras.
Katherine Parra Vélez, creadora y fundadora de Ocultâ Atelier, una marca colombiana de diseño y confección de prendas de vestir enfocada en materiales sostenibles y en no generar desperdicios durante la producción, comentó que durante la pandemia les fue “muy bien”, porque la gente, al estar en casa por los confinamientos, empezó a comprar más por redes sociales y plataformas digitales para sentir “control sobre sus vidas”. “Nos apoyaron y pudimos mantenernos”, dijo la diseñadora y publicista, que genera más de 20 empleos.
Etérea es una empresa de ropa que surgió en pandemia y fue creada por Daniela Ramírez y Laura Agudelo. “Somos amigas y siempre habíamos querido hacer algo juntas. Un día le dije que tenía unos diseños y que si quería juntarse y crear esta marca. Lanzamos nuestra colección el 18 de agosto de 2020, en plena pandemia, con susto y actitud”, recordó la diseñadora Ramírez, quien trabaja con un taller de confecciones de siete mujeres, artesanos y bordadores, que están mostrando sus productos en la Feria Vassar.
¿Cómo va la reactivación de las mipymes?
La palabra más utilizada por gremios y analistas para definir la reactivación de este sector es lenta.
Miguel Ángel Rodríguez, coordinador de investigaciones de Cedetrabajo, aseguró que, de acuerdo con las encuestas económicas mensuales del DANE, “la reactivación ha sido lenta y con menos trabajadores. Aunque los niveles de producción y ventas superaron hace unos meses los niveles prepandemia, el empleo apenas está llegando en la mayoría de los sectores. Lo más preocupante es que las actividades que más aportan en términos de empleo y generación de valor agregado no tienen una reactivación completa, como es el caso de autopartes o moda, en el caso de la industria”.
Las mipymes tienen grandes problemas, que terminaron haciéndose más evidentes con la entrada de la pandemia. Entre ellos se cuentan la falta de acceso a créditos por parte de las entidades financieras o el reducido músculo financiero con el que cuentan para enfrentar una crisis. Parra dijo que siente que emprender es “fácil cuando se tiene una idea clara, pero cuando se va a ejecutar se encuentran obstáculos. “Por ejemplo, si necesitas un préstamo o no tienes herramientas, te puedes estancar”.
Lo que dijo Parra se puede ver en las cifras. De acuerdo con el DANE, en el primer trimestre de 2022, el 9,8 % de los propietarios de micronegocios reportó escasez en la provisión de servicios financieros a escala nacional, dicho porcentaje fue más bajo en las cabeceras municipales (9,3 %) y más alto en los centros poblados y rural disperso (10,8 %).
Además, el escenario actual para estas empresas está atravesado por el desabastecimiento de materias primas (causado, en gran medida, por los problemas en las cadenas logísticas), la inflación y el alza del dólar. De acuerdo con cifras del Observatorio Mipymes de ACOPI, el 43,6 % de empresarios indicaron que durante el primer trimestre de 2022 presentaron problemas para conseguir materias primas como acero, telas e insumos para la confección, plástico, hierro, cartón, papel, cobre, vidrio y cuero.
Aunque la marca de Parra, en la que también participa su hermana Marcela Parra, pudo mantenerse en el peor momento de la pandemia, también se vio afectada porque “no teníamos insumos y cuando llegaban eran pocos y muy costosos. Todavía se siente el impacto. El tema textil está muy costoso. Estamos tratando de no afectar los precios para el consumidor final, pero llegará un punto en el que será insostenible”, agregó la empresaria.
En esa línea, González mencionó que las disrupciones en la cadena de producción generadas por la pandemia han aumentado los costos de varios “de nuestros insumos y procesos de producción y esto ha afectado nuestros márgenes”, dijo la empresaria, quien junto a su hermana y mamá generan ocho empleos directos.
Otro problema es la inflación. De acuerdo con ACOPI, cerca del 98 % de empresarios se han visto afectados por el crecimiento en los precios, provocando disminuciones en indicadores como el nivel de ventas, la producción de bienes y servicios, la inversión y el empleo, “siendo este último el de mayor preocupación, pues el 50 % de empresarios manifestaron que los puestos de trabajo en sus organizaciones se han visto perjudicados hasta en un 30 % a causa de los esfuerzos que han tenido que realizar para solventar el encarecimiento de insumos y la problemática de desabastecimiento mundial”, dijo Rosmery Quintero, presidenta del gremio.
Según el DANE, en el primer trimestre de 2022, el 40,2 % de los micronegocios tuvieron problemas con el aprovisionamiento de insumo o bienes revendidos a escala nacional, dicho porcentaje fue más alto en la ruralidad (47,6 %) que en el país urbano (36,7 %).
Para Rodríguez, 30 años de “aplicación del modelo neoliberal” generaron en Colombia una “dependencia excesiva” de importaciones, mientras se deterioraba la malla productiva del país. Así las cosas, Petro tendrá el reto de buscar la manera en la que los pequeños empresarios consigan “un entorno económico robusto para progresar. Por el contrario, tenemos un aparato productivo débil y vulnerable a los choques económicos externos, como lo demuestra la actual inflación. Al tiempo, el conflicto en Europa refuerza los vientos de recesión en las principales economías del mundo”.
De acuerdo con cifras de ACOPI, el 26,8 % de empresarios afirma que, si el fenómeno persiste, se verán perjudicados sus ingresos, el 22,9 % asevera una pérdida de competitividad frente a otras empresas, un 19,9 % indica la posibilidad de ver disminuida su capacidad de compra, el 18,2 % deberá despedir personal y un 12,2 % tomará la difícil decisión de cerrar su compañía.
El dólar, otro dolor de cabeza
Estas empresas también se enfrentan a beneficios y problemas con el alza del dólar, pues mientras las que exportan recibirán buenas ganancias, la mayoría necesita materias primas e insumos que vienen de otros países y su costo aumentará y, aunque no quieran, el incremento será trasladado al consumidor final.
Para Rodríguez, el principal problema que enfrentan las empresas es el costo-país. “Colombia se encuentra por detrás de sus principales socios y competidores comerciales en la mayoría de los rankings internacionales de competitividad. Reducir los costos fiscales y de transporte, mejorar el acceso a vías y servicios y desarrollar clústeres regionales son algunas de las principales tareas”.
¿Por qué son tan importantes las mipymes?
Según Confecámaras, el país cuenta con 1’495.545 microempresas y 125.082 pymes. De las empresas creadas en 2021, 306.140 son microempresas y 1.518 son pymes. En Bogotá, las mipymes activas alcanzan la cifra de 392.180, de las cuales 365.033 son micro, 21.020 pequeñas, y 6.127 medianas, según los datos del registro mercantil con corte a mayo de 2022.
De acuerdo con los datos, Bogotá es una región de servicios. De las 392.180 mipymes activas en Bogotá y los 59 municipios de la jurisdicción de la Cámara de Comercio de Bogotá, 211.734 pertenecen al sector servicios, 127.279 al sector comercio y 53.167 al sector industria.
La más reciente encuesta de Micronegocios del DANE reveló que, en el primer trimestre de 2022, la cantidad de micronegocios disminuyó 1,8 % en comparación con el mismo período del año 2021. El personal ocupado por estas unidades disminuyó en 1,9 %. Sin embargo, los ingresos de los micronegocios crecieron 23,3 %. Además, la encuesta reveló que la cantidad de estas unidades económicas aumentaron 2,4 % en comparación con el mismo período de 2020.
Así mismo, el 23,4 % de los propietarios de micronegocios declararon que en el primer trimestre de 2022 sus ventas o ingresos disminuyeron en comparación con el mismo período del año anterior; para el 41,5 % aumentaron y el 32 % sostuvo que habían permanecido igual.
A escala nacional, el 16,3 % de los propietarios de micronegocios reportaron reducción de trabajadores u horas laboradas durante el primer trimestre de 2022. Este porcentaje fue más bajo en las cabeceras municipales (13,7 %) y más alto en los centros poblados y rural disperso.
¿Y las brechas de género?
En Colombia, en el mercado laboral la tasa de participación de las mujeres siempre ha estado por debajo de los hombres. Por otro lado, “cuando las mujeres logran ingresar al mercado laboral, son segregadas a ciertas ocupaciones y sectores económicos, generando que estas diferencias se amplíen”, afirmó Quintero.
Además, las mujeres tienen una participación limitada en puestos de patrón o empleador. “En el ambiente empresarial se ubican sobre todo en micronegocios en el sector comercio o en sectores altamente feminizados como servicios de alojamiento, alimentación o cuidado. Así mismo, sus negocios se encuentran en su mayoría en la informalidad”, explicó Rodríguez.
De acuerdo con la Encuesta de Desempeño Empresarial de ACOPI, el 58,43 % de los empresarios encuestados manifestaron que contrataron personal femenino en su empresa durante el primer trimestre de 2022.
Según el DANE, de los 2,1 millones de empleos que se recuperaron en mayo, el 46 % corresponde a hombres mientras que el 54 % a mujeres. Aunque la brecha se ha ido cerrando, la tasa de desempleo femenina sigue siendo mayor a la masculina. Una tarea pendiente para el gobierno de Petro.
Entonces, ¿qué necesitan las mipymes?
Aunque en el proceso de reactivación las mipymes han mejorado en ventas y producción, se enfrentan a retos en rentabilidad, inversión y competitividad. “Los retos del nuevo gobierno para las mipymes deben ir enfocados a potencializar el crecimiento de las empresas, lograr una mayor formalidad laboral y empresarial, promover la inserción de las mipymes en las cadenas globales de valor y, por consiguiente, generar empleos dignos, estables y en igualdad de condiciones para los distintos grupos de interés”, aseguró Quintero.
En el caso de Bogotá, la Cámara de Comercio de la ciudad está enfocada en promover “la formalización, fortalecimiento, capacitación y acompañamiento de este segmento de empresas”. La entidad cuenta con más de 600 servicios gratuitos para las mipymes.
Desde ACOPI, le insistirán al gobierno entrante en la necesidad de crear estrategias de políticas diferenciales para las micro, pequeñas y medianas empresas mediante programas especializados en educación financiera, compras públicas como mecanismo de fortalecimiento empresarial en las mipymes colombianas, programa de aceleración de formalización empresarial y potencialización de la industria en las cadenas globales de valor.
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Con el tema del desabastecimiento de materias primas, las mipymes, según Quintero, requieren recursos que impulsen la innovación, permitiendo que se focalicen en sectores estratégicos que permitan disminuir la alta dependencia que tiene el país en las importaciones.
Rodríguez afirmó que las empresas también deben ajustarse a la cambiante demanda. “La realidad económica a nivel nacional e internacional hace que el manejo de las finanzas de las empresas sea un elemento determinante en el contexto actual”.
En ese sentido, se deben fortalecer y reactivar las cadenas de producción local para reducir las importaciones masivas y generar empleos duraderos y de calidad. Temas que Petro mencionó durante su campaña. Sin embargo, no se tratará de una misión exclusiva del Gobierno, pues el sector privado y los empresarios tendrán que sumarse.
También se destacan iniciativas como los espacios y ferias para visibilizar el trabajo de estos empresarios, como Soy Dinamic, Vassar o Eva, solo por mencionar algunas, o el proyecto Club-pyme, en el que el cofundador John Linares mencionó que servirá para apoyar a las pymes mientras crecen y se desarrollan, pues evidenciaron problemas que tienen estas empresas en materia de pagar talento calificado para continuar creciendo. “Invertimos el dinero que se requiere para desarrollar su plan de negocio, organizar las estructuras operaciones de gobierno y financieras para que anden y cuando crecen, nos salimos y las dejamos para que sean desarrolladas por el gerente y dueño inicial”, explicó Linares.
En temas tributarios, Rodríguez considera que hay un acuerdo generalizado por cambiar la estructura del recaudo gravando más las rentas de las personas naturales que las de las personas jurídicas. “Dicha realidad debe modificarse con una reforma tributaria estructural de largo plazo, concertada con los principales actores de la economía. Los ajustes en materia tributaria se deben aplicar de forma gradual en el lapso de no menos de cinco años, con el fin de darle estabilidad en el mediano plazo al sector productivo”.
Además, aseguró que los cambios en política tributaria no pueden ser aislados al manejo de la política macroeconómica del país, “debido al profundo déficit que deja el gobierno de Duque (entre 7 % y 8 % del PIB).
Algunos ejemplos de ajustes claves para eliminar la dependencia del sistema de los impuestos a las empresas para que logren una mayor competitividad internacional son el aprovechamiento de los acuerdos existentes en cooperación técnica y científica, como la Alianza del Pacífico y la Comunidad Andina de Naciones, mejoras en productos y procesos, por las interacciones entre empresas, proveedores y el ecosistema de ciencia, tecnología e innovación, y generar un ecosistema propicio para el desarrollo de las mipymes que permita fortalecer las capacidades productivas”, agregó Rodríguez.
Las empresarias entrevistadas coinciden en que tienen muchas expectativas con la gestión que hará Petro por las mipymes. “Creemos que este nuevo gobierno tiene una sensibilidad que puede hacer que el foco al emprendimiento y a los productos colombianos los hagan crecer”, dijo Elisa Triana, creadora de Yarumo, un estudio de diseño de interiores que nació hace seis años, genera veinte empleos entre marqueteros, carpinteros y artesanos, pero se ha enfrentado a dificultades con proveedores.
Triana y Luna Baxter esperan que el gobierno entrante incentive las becas y convocatorias para los emprendimientos de los sectores culturales y ambientales, a los que pertenecen.
Por su parte, González dijo que “como empresarias creemos que el gobierno debe ser un aliado del sector privado para permitirnos contribuir al desarrollo del país. Creemos que si más de la mitad del país creyó que el presidente electo es el cambio que necesitamos, vale la pena apostarle a trabajar de la mano con su gobierno para poder seguir generando empleo y oportunidades”.