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El hombre de sombrero blanco, acompañado de su eterna mula, cruzó el desierto y plantó bandera colombiana en el epicentro del lujo. El Dubai Mall, con más de 100 millones de visitantes al año (el doble de la población del país), es la “casa de campo” del hombre cafetero con su mula, conocido como Juan Valdez.
La marca creada en 1959 por la Federación Nacional de Cafeteros se convirtió en símbolo nacional de nuestro producto exportador por excelencia. 66 años después, pisó los Emiratos Árabes Unidos, un mercado superior a los US$3.000 millones anuales más de 8.800 cafeterías activas, con mezclas de café turco y lattes termómetro en rojo.
Desde hace años, Juan Valdez ha desplegado un plan de expansión internacional que busca pasar de marca nacional a ícono global. Ya suma 600 tiendas en 20 países, incluyendo enclaves estratégicos como Egipto y ahora Emiratos Árabes Unidos.
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Con una competencia de cerca de 1.200 tiendas, más de 200 restaurantes, entretenimiento de clase mundial y la sombra omnipresente del Burj Khalifa, el edificio más alto del planeta, hacen de este mall un laboratorio de aspiraciones.
“Nos llena de orgullo y emoción llevar la tradición de la cultura cafetera colombiana a uno de los destinos comerciales más emblemáticos del mundo”, dijo Camila Escobar, presidente de Juan Valdez. “La apertura de nuestra tienda insignia en Dubái Mall marca un hito inspirador en la historia de Juan Valdez, y reafirma el propósito que nos mueve: conquistar nuevos horizontes y seguir compartiendo el legado de nuestros caficultores”.
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Para el vicepresidente internacional, Sebastián Mejía, la ubicación le permite a la marca conectar con nuevas audiencias. Y es que el lenguaje universal del caficultor es una estrategia audaz.
Para 2025, Juan Valdez proyecta abrir al menos cuatro tiendas más en Emiratos Árabes Unidos. Y si todo sale bien, en los pasillos del centro comercial más grande del mundo, entre el perfume de oriente y los cristales del lujo occidental, alguien —tal vez un turista chino, una ejecutiva india o un jeque árabe— probará un sorbo, leerá una historia y entenderá que ese café no es solo colombiano. Es universal.
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