Una más: la empresa de delivery Jokr anuncia su salida de Colombia

Las aplicaciones de delivery no atraviesan su mejor momento en Colombia. Este jueves se conoció que Jokr, tecnológica que ha alcanzado el estatus de unicornio empresarial al conseguir una valorización de US$1.200 millones, abandonará por completo su operación en el país.

El apagón de la aplicación de delivery comenzó hace algunos meses en Medellín, y de allí en otras ciudades. Bogotá es la única en la que no había anunciado un cese de operaciones, por lo que la información de hoy se traduce en el despido de esta compañía en Colombia.

Lea también: Las banderas rojas que se levantan tras la salida de iFood y Beat en Colombia

“Continuaremos enfocándonos en nuestros mercados de mayor escala para asegurar nuestro camino hacia la rentabilidad y autosostenibilidad”, informó la compañía a Bloomberg Línea, al precisar que su operación irá hasta el 27 de enero.

Lo cierto es que Jokr no es la primera tecnológica que ha empacado maletas para irse de Colombia, el año pasado también lo hicieron Beat, iFood, mientras que en 2020 se conoció la partida de Uber Eats.

Contrario al impulso que muchas de estas podrían tener tras el impacto de la pandemia, lo cierto es que Colombia ha perdido muchos de sus atractivos para la operación de aplicaciones de delivery. Aunque las empresas no dan detalles sobre esto, sí se podría aventurar a creer que su partida es un efecto del panorama inflacionario por el que atraviesa el país (que cerró 2022 con una carestía del 13,12 %), lo que afecta la capacidad de gasto de los hogares colombianos.

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Es decir, muchas familias han desistido de los domicilios y le han apostado a preparar comida en casa como una estrategia para que el dinero alcance más.

Esto, a su vez, se traduce en un desestímulo para los inversionistas que están detrás de las compañías, lo que los lleva a cerrar operaciones y enfocarse en “mercados más prometedores”.

Pasó con Beat, pues en su momento la tecnológica explicó que las personas que le brindan su músculo financiero decidieron abandonar la operación en América Latina para enfocarse en el mercado europeo. Demás está decir que en Colombia no se ha registrado avances en una ley que regule este tipo de servicios, lo que dibuja un gris legal en materia de derechos de trabajadores, así como falta de seguridad jurídica que brinde tranquilidad a estos inversionistas.

Con la salida de Jokr la empresa Colombiana Rappi, queda con una oportunidad para ganar más mercado en este nicho de negocio. Esto no necesariamente es bueno, pues la libre competencia nos ha enseñado que es necesaria para la calidad y el precio de los servicios demandados por los consumidores. Es decir, con menos competidores, es probable que Rappi pierda estímulos para ser más atractiva a sus usuarios.

A esto se suman las pérdidas de empleo o de oportunidades laborales para las personas que trabajan en este tipo de plataformas. Si bien es cierto que muchos trabajan en multiplataforma (con más de una a la vez), la salida de una puede traducirse en una disminución en sus ingresos.

2023 pinta un panorama ligeramente mejor para las empresas en el país, con proyecciones de reducción en la inflación para el primer trimestre, y con una tasa de desempleo que ha vuelto a un dígito. La recuperación del poder adquisitivo podría devolverle a Colombia ese atractivo que hoy, algunos inversionistas, creen que no tiene.

💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.

Las aplicaciones de delivery no atraviesan su mejor momento en Colombia. Este jueves se conoció que Jokr, tecnológica que ha alcanzado el estatus de unicornio empresarial al conseguir una valorización de US$1.200 millones, abandonará por completo su operación en el país.

El apagón de la aplicación de delivery comenzó hace algunos meses en Medellín, y de allí en otras ciudades. Bogotá es la única en la que no había anunciado un cese de operaciones, por lo que la información de hoy se traduce en el despido de esta compañía en Colombia.

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“Continuaremos enfocándonos en nuestros mercados de mayor escala para asegurar nuestro camino hacia la rentabilidad y autosostenibilidad”, informó la compañía a Bloomberg Línea, al precisar que su operación irá hasta el 27 de enero.

Lo cierto es que Jokr no es la primera tecnológica que ha empacado maletas para irse de Colombia, el año pasado también lo hicieron Beat, iFood, mientras que en 2020 se conoció la partida de Uber Eats.

Contrario al impulso que muchas de estas podrían tener tras el impacto de la pandemia, lo cierto es que Colombia ha perdido muchos de sus atractivos para la operación de aplicaciones de delivery. Aunque las empresas no dan detalles sobre esto, sí se podría aventurar a creer que su partida es un efecto del panorama inflacionario por el que atraviesa el país (que cerró 2022 con una carestía del 13,12 %), lo que afecta la capacidad de gasto de los hogares colombianos.

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Es decir, muchas familias han desistido de los domicilios y le han apostado a preparar comida en casa como una estrategia para que el dinero alcance más.

Esto, a su vez, se traduce en un desestímulo para los inversionistas que están detrás de las compañías, lo que los lleva a cerrar operaciones y enfocarse en “mercados más prometedores”.

Pasó con Beat, pues en su momento la tecnológica explicó que las personas que le brindan su músculo financiero decidieron abandonar la operación en América Latina para enfocarse en el mercado europeo. Demás está decir que en Colombia no se ha registrado avances en una ley que regule este tipo de servicios, lo que dibuja un gris legal en materia de derechos de trabajadores, así como falta de seguridad jurídica que brinde tranquilidad a estos inversionistas.

Con la salida de Jokr la empresa Colombiana Rappi, queda con una oportunidad para ganar más mercado en este nicho de negocio. Esto no necesariamente es bueno, pues la libre competencia nos ha enseñado que es necesaria para la calidad y el precio de los servicios demandados por los consumidores. Es decir, con menos competidores, es probable que Rappi pierda estímulos para ser más atractiva a sus usuarios.

A esto se suman las pérdidas de empleo o de oportunidades laborales para las personas que trabajan en este tipo de plataformas. Si bien es cierto que muchos trabajan en multiplataforma (con más de una a la vez), la salida de una puede traducirse en una disminución en sus ingresos.

2023 pinta un panorama ligeramente mejor para las empresas en el país, con proyecciones de reducción en la inflación para el primer trimestre, y con una tasa de desempleo que ha vuelto a un dígito. La recuperación del poder adquisitivo podría devolverle a Colombia ese atractivo que hoy, algunos inversionistas, creen que no tiene.

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