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El fabricante sueco de automóviles Volvo Car AB anunció este lunes que eliminará alrededor del 7 % de su plantilla global como parte de un plan para reducir costos y contrarrestar la caída en la demanda, afectada por barreras comerciales y fluctuaciones en el mercado de vehículos eléctricos.
La medida afectará a aproximadamente 3.000 puestos de trabajo, incluidos 1.000 consultores, sobre un total de 43.800 empleados de la compañía. Los recortes más significativos se concentrarán en Suecia, con 1.200 empleados y 1.000 consultores afectados.
Volvo estima que los costos de reestructuración alcanzarán hasta $1.500 millones de coronas suecas (unos US$140 millones), lo que impactará sus resultados del segundo trimestre.
Según el director financiero Fredrik Hansson, la reestructuración busca crear “una empresa estructuralmente más eficiente y resistente”.
El ajuste forma parte de un programa de eficiencia de 18.000 millones de coronas presentado por la compañía, que intenta estabilizar sus operaciones tras una caída del 60% en los ingresos operativos durante el primer trimestre del año.
El director ejecutivo Hakan Samuelsson negó que la medida esté relacionada con un aumento del control por parte del accionista mayoritario, Zhejiang Geely Holding Group, y aseguró que busca reforzar la integración y sinergias dentro del grupo. La compañía planea dar mayor autonomía a sus operaciones en China y Estados Unidos para adaptarse mejor a las preferencias de los clientes locales.
Tras el anuncio, las acciones de Volvo llegaron a subir hasta un 4,9% en la Bolsa de Estocolmo, aunque acumulan una caída de aproximadamente 25% en lo que va del año.
Cabe recordar que, en 2023, Volvo ya había reducido cerca de 700 empleos en Suecia, después de haber advertido inicialmente de posibles recortes de hasta 1.300 puestos administrativos.
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