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En Davos, un robot hará parte del panel

Este miércoles comienza el foro económico mundial en Suiza y una máquina ilustra el inminente desafío de proteger compañías y empleos mediante el aprovechamiento de la inteligencia artificial.

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Bloomberg
19 de enero de 2016 - 09:01 p. m.
Los principales temas que se discutirán serán la desaceleración china y las turbulencias financieras. / Bloomberg
Los principales temas que se discutirán serán la desaceleración china y las turbulencias financieras. / Bloomberg
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Sheryl Sandberg, de Facebook; Jamie Dimon, de JPMorgan Chase, y Jack Ma, de Alibaba, compartirán esta semana el podio con un robot surcoreano premiado llamado Hubo en la reunión anual del Foro Económico Mundial que comienza hoy en Davos (Suiza). Se trata de una presencia a la que tendrán que habituarse.

El robot de tamaño humano puede subir escaleras y entrar y salir de un auto, y será la atracción central de la reunión. Ilustra un inminente desafío para los 2.500 altos delegados presentes: cómo proteger sus compañías y empleos mediante el aprovechamiento de la inteligencia artificial y la robótica sin exacerbar la frustración económica y la protesta populista que se extienden en el mundo.

“Si se cumplen algunas de las predicciones sobre tecnología y empleo, todos deberíamos preocuparnos”, dijo Alan Winfield, un profesor de la Universidad del Oeste de Inglaterra especializado en robótica que hablará en Davos. “Tiene que haber soluciones”.

Los temas que competirán con los robots por la atención de los ejecutivos, banqueros, políticos y economistas presentes serán la desaceleración en China y las consecuentes turbulencias en los mercados financieros, el rebrote de las tensiones geopolíticas desde Corea del Norte hasta Arabia Saudita, la crisis de migración de Europa y las ambiciones presidenciales de Donald Trump en Estados Unidos.

Todo eso será motivo de conversaciones en el famoso Belvedere Hotel y otras sedes que en las últimas cuatro décadas se han convertido en el centro de la economía mundial durante una semana de enero. El polvo de estrellas estará a cargo de personajes como Leonardo DiCaprio, Kevin Spacey y Will.i.am.

Unas 20 sesiones de la reunión de cuatro días se dedicarán al tema oficial, “La cuarta revolución industrial”, un término amplio que hace referencia al rápido avance tecnológico.

Sandberg, la máxima responsable operativa de Facebook, se sumará al máximo responsable ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, en el debate de cómo ese avance “transformará industrias y sociedades”. El presidente de Blackstone Group, Stephen Schwarzman, y el máximo responsable de Bank of America, Brian Moynihan, abordarán los desafíos tecnológicos que enfrenta el sector financiero.

En el lugar que los organizadores han llamado el Espacio Robot se hará una presentación de Hubo, que fue desarrollado en el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea. El robot obtuvo el año pasado un premio de US$2 millones al superar a 22 rivales internacionales en una competencia auspiciada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Otros debates revelan nerviosismo además de admiración. Hay paneles sobre qué pasa cuando los robots van a la guerra, dado que podrían reemplazar “tanto a los soldados como a los generales”, y si la innovación “perjudica a la clase media” al eliminar empleos. Pocos especialistas niegan que el ascenso de los robots y del software sofisticado para su producción tendrá ganadores y perdedores, tal como lo hicieron el motor a vapor y la producción masiva.

Investigadores de la Universidad de Oxford, por ejemplo, estiman que casi la mitad de los empleos estadounidenses corre peligro de quedar automatizado en las próximas dos décadas, y el caso más notable es el de puestos de gran calificación que hasta ahora se encontraban en buena medida protegidos de los avances de la tecnología. Un análisis del WEF estima que para 2020 habrá una pérdida neta de 5 millones de empleos en 15 grandes economías.

En el terreno de las finanzas, la unidad Merrill Lynch de Bank of America ya intenta automatizar el asesoramiento sobre inversiones en el caso de algunos clientes cuyas cuentas son de menos de US$250.000. Morgan Stanley y Wells Fargo Co. también dicen que desarrollarán o adquirirán asesores robóticos. Ni siquiera las áreas más rentables de la inversión podrían estar a salvo: Highbridge Capital, un fondo de cobertura de JPMorgan, trabaja con Sentient Technologies, que tiene sede en San Francisco, en el uso de la llamada inteligencia artificial para la conformación de estrategias de inversión.

Por su parte, Alphabet Inc., la empresa matriz de Google, que estará representada en Davos por el presidente ejecutivo Eric Schmidt, ha comprado una serie de compañías de robótica. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo este mes que su desafío personal para 2016 es crear un asistente con inteligencia artificial.

“Si los ejecutivos son inteligentes, lo verán como un desafío que pueden aprovechar en interés de su firma”, dijo Tim Adams, un exsecretario del Tesoro de Estados Unidos que ahora dirige el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por la sigla en inglés). Bank of America estima que tan sólo los sectores de salud y manufactura se ahorrarán costos de US$9 billones en la próxima década, mientras la productividad podría aumentar casi un tercio en muchos sectores.

El problema es qué pasará si las pérdidas producto de la revolución bastan para paralizar la demanda económica de los productos que fabrican las máquinas. Un motivo para temerlo es que la cantidad de gente afectada podría ser mayor que lo pensado. Investigadores de McKinsey Co. estiman que para 2025 robots o software automatizado podrían desempeñar las funciones de 140 millones de trabajadores calificados.

El presidente estadounidense Barack Obama, que enviará a Davos la delegación de mayor jerarquía desde que entró en funciones, advirtió este mes en su discurso sobre el estado de la Unión que “la tecnología no sólo reemplaza los empleos de la línea de montaje, sino todo empleo donde el trabajo pueda automatizarse”. Eso podría incrementar la frustración económica, que ya es alta en Estados Unidos, Europa y otros lugares.

 

Por Bloomberg

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