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En la política, nada está escrito. La reforma laboral seguirá su tránsito en el Congreso luego de que se hundiera a mediados de marzo.
El Gobierno intentó mantenerla a flote mediante una consulta popular, pero esta iniciativa naufragó tras la votación negativa que recibió el pasado miércoles. Ese mismo día, el Senado decidió que el debate de la laboral no se definirá en las urnas, sino en su recinto.
¿En qué quedó la reforma laboral?
Este proyecto de ley, impulsado desde el Gobierno de Gustavo Petro, atravesó sus primeros dos debates en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes. A lo largo de las discusiones, el articulado experimentó varios ajustes, en un intento por llegar a una conciliación (entre sus defensores y opositores) para que al Senado pasara un texto medianamente conciliado.
Uno de los mayores cambios que experimentó el articulado original fue el recorte de casi todo el capítulo sindical. Según representantes del Pacto Histórico, como María Fernanda Carrascal, lo que buscaba el documento era poner a tono al país con los acuerdos que se han suscrito en el ámbito internacional en esta materia.
Para críticos de la reforma, como el representante Andrés Forero (Centro Democrático), las implicaciones de ese capítulo apuntaban a una notable asimetría entre los empleadores y trabajadores, así como cambios injustos en las reglas de juego para la realización de huelgas y otras actuaciones sindicales.
El texto que pasó al Senado mantiene aún artículos en favor de las centrales obreras, como la determinación de las conductas antisindicales y límites a la suscripción de pactos colectivos.
Sin embargo, el meollo del asunto vino más adelante, con los cambios que se registraron en dos de los artículos más polémicos del proyecto de ley.
Estos son los que tienen que ver con la definición de la jornada nocturna, así como la remuneración cuando se trabaja en días de descanso.
Sobre esto, el Gobierno y su partido han insistido en que en el año 2002 los trabajadores en Colombia perdieron derechos que hoy, con la reforma laboral, se les busca regresar.
En el texto original (así como en las preguntas que se incluyeron en la consulta popular) se proponía que la jornada nocturna inicie a las seis de la tarde (y no a las nueve de la noche, como es ahora); además, que el recargo por trabajar en días de descanso sea del 100 % (y no del 75 %, como está vigente).
En las discusiones de la Comisión Séptima se logró ajustar esto. El acuerdo, que quedó plasmado en el texto aprobado, es que la jornada nocturna inicie a las 7 de la noche, mientras que el recargo por trabajar en días de descanso llegue al 100 %, pero de forma progresiva (partiendo del 80 % en 2025, 90 % en 2026 y 100 % en 2027).
Estos dos artículos han generado preocupación pues, según los opositores, son los que suponen un mayor incremento en los costos de contratación formal, lo que podría traducirse en la destrucción de miles de puestos de trabajo en el país (para este argumento se soportan en un estudio que se publicó hace unos años desde el Banco de la República, que advierte que la reforma laboral podría implicar el despido de más de 400.000 trabajadores).
Los argumentos de los defensores son distintos. Para ellos la lógica económica es que si se remunera mejor a los trabajadores (como se ha intentado hacer con los más recientes incrementos en el salario mínimo) estos van a tener mayor capacidad de gasto, lo que a su vez se traduciría en una mayor demanda de productos y servicios, es decir, más ventas para las empresas, las cuales, para atender ese crecimiento, se verían motivadas a emplear a más personas.
Otro de los grandes consensos que ha logrado esta reforma tiene como protagonista a los repartidores de plataformas digitales. Al comienzo se planteaba que estos tuvieran una relación de subordinación, y que se les reconociera, como a cualquier otro trabajador, un acceso a la seguridad social.
El problema con esa propuesta es que parte de la base de ese negocio depende de la autonomía del trabajador, es decir, que este pueda trabajar en los días y horas que quiera, y con más de una plataforma a la vez.
Es por lo anterior que el texto modificado de la reforma reconoce esa condición, y permite que estos trabajadores puedan seguir disfrutando de su autonomía (si así lo desean), pero también se les garantiza el acceso a prestaciones como cobertura en riesgos laborales.
Los grandes pendientes de la reforma
La lista de lo que seguirá marcando la discusión alrededor de la laboral, ahora en su tercer debate, es amplia.
Uno de los puntos cruciales será el futuro de los aprendices del SENA, para quienes se pide que les otorguen un contrato laboral, en lugar de uno de aprendizaje. Esto implica una mayor remuneración económica, lo que, una vez más, es visto como incremento en los costos de contratación.
El tema de la informalidad también estará en el centro del debate, pues Colombia atraviesa por un panorama en el que los trabajadores por cuenta propia se han convertido en el motor de la generación de empleo, lo que pone en duda la calidad del trabajo en el país.
Desde el partido de Gobierno se ha insistido en que la reforma apunta a mitigar la informalidad, pues establece como regla general el contrato a término indefinido. También porque crea mecanismos para formalizar a población que históricamente sufre de ese flagelo, como los trabajadores domésticos y los rurales.
El tercer debate de la reforma queda en las manos de la Comisión Cuarta del Senado (antes de su hundimiento había quedado en la Comisión Séptima), la cual es presidida por Angélica Lozano.
Sobre esto, la senadora dijo que se inicia una contrarreloj de 37 días para dar el trámite que le resta al proyecto de ley. Dice que se buscará cumplirle a “todos”: Senado, Gobierno y privados (empresarios).
Lozano dice que esta es una responsabilidad enorme, por lo que la comisión pronto realizará la audiencia pública, así como la designación de ponentes. Para los debates, asegura, se citará de lunes a sábado para cumplir con los tiempos que le restan al legislativo (la legislatura termina el 20 de junio)
“No se le puede hacer conejo a Colombia, actualizar la ley laboral, reconocer los derechos, recuperar los quitados injustamente, reconocer la novedad de las plataformas, atacar la precariedad laboral”, concluyó.
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