“Es hora de hacer que otros florezcan”

El liderazgo pasó de ser un modelo individualista a uno colectivo que va más allá de maximizar utilidades. Por el contrario, se enfoca en las personas y el cuidado del medio ambiente, según Liliana Gómez.

María Alejandra Moreno Tinjacá.
29 de julio de 2017 - 03:00 p. m.
La Universidad de Purdue. / Flickr - Erich Kirchubel
La Universidad de Purdue. / Flickr - Erich Kirchubel

Liliana Gómez es administradora de empresas de la Universidad del Rosario. Fue decana de la facultad en la que se graduó y hoy es la directora en Colombia de la Universidad de Purdue, ubicada  en Estados Unidos. Ha liderado proyectos en los sectores público y privado para desarrollar nuevos talentos que transformen sociedades. Su visión del liderazgo se fundamenta en las habilidades del ser y de cómo se integra con otros para lograr resultados colectivos y su preocupación por cuidar el planeta. Habló con El Espectador acerca del liderazgo consciente y su impacto en las organizaciones. (Lea "Un ranquin sobre equidad de género en las empresas")

¿Cuál es la importancia del liderazgo en la academia?

El liderazgo a través de la academia es fundamental si uno considera la academia parte de la tríada universidad, Estado y empresa, donde los tres trabajan por generar bienestar y prosperidad colectiva. Entendamos esa prosperidad colectiva como el resultado de un trabajo en equipo y negociaciones en diferentes procesos para construir mejores sociedades y poder salir adelante. Estos procesos han surgido de la crisis global de diferentes liderazgos negativos en los tres sectores. Casos en los que la corrupción, el interés personal y la falta de visión han sido los protagonistas.  Las consecuencias de estos actos nos llevan a entender la crisis global que estamos viviendo y la responsabilidad de dirigir procesos de transformación a través de la educación.

¿Cuál es el reto?

Que los profesores asuman su rol de líderes dentro de la academia y la sociedad. Porque muchas veces lo olvidan y sólo se concentran en las competencias técnicas y olvidan las competencias blandas, que son: saber relacionarse con el otro, capacidad de sorprendernos, responder a las necesidades del otro y entre todos buscar y lograr un propósito superior que se trabaje desde el ser.

Este punto es determinante, porque el profesor líder tiene la capacidad de potenciar las habilidades de los alumnos o, infortunadamente, corromperlos. Es ahí donde se tiene que analizar muy bien el papel de los docentes y el trabajo que desarrollan.

¿La academia y el sector empresarial están alineados para lograr propósitos superiores?

Hay una fractura entre los dos. En primer lugar, lo que requiere el empresario y la sociedad muchas veces no está relacionado con los estudiantes que estamos formando en las universidades, porque estamos lejos de esa realidad. Pero hemos identificado, en todo este proceso, que para tener éxito en sus organizaciones, los empresarios requieren personas conscientes, críticas, pensantes y ante todo éticas, y la academia tiene todo el potencial para lograrlo. La academia está en el eje de la solución de los problemas del mundo y tiene que empezar a ejecutarlo.

¿Qué están haciendo para superar los retos?

Desde hace algunos años estamos trabajando con varios sectores para entender el país y generar conciencia de las oportunidades que tenemos en Colombia, y más ahora con los acuerdos de paz. Se trata de llevar a los estudiantes y empresarios a liderar con conciencia.

El liderazgo consciente es un tema nuevo ¿En Colombia, en qué consiste?

La pobreza, la destrucción del medio ambiente, las enfermedades y la falta de oportunidades son problemáticas mundiales que desde hace algún tiempo varias personas y movimientos han querido solucionar. En este camino se encuentran con diferentes modelos de liderazgo que no han dado buenos frutos. Entonces le apuestan a un liderazgo que se caracteriza por trabajar en equipo, que busca el bienestar de las personas y del medio ambiente, así como el desarrollo de las comunidades. Este liderazgo se mueve por un propósito superior, que va más allá de las utilidades y el reconocimiento. Su naturaleza es ayudar.

¿Es un modelo no convencional?

Siempre debemos romper paradigmas y mirar cómo podemos avanzar. El liderazgo consciente se enfoca en lo colectivo. Habla de entender la problemática y llevar a las personas a empoderarse y comprometerse con una causa determinada.

En este modelo no se busca que una sola persona brille, como en el liderazgo convencional, sino que pueda mostrar sus habilidades y destrezas en alguna situación específica. Que tome decisiones y aporte a un equipo. Consiste en  hacer entender que tenemos un papel determinante en las organizaciones para las que se trabaja. El liderazgo consciente es transformacional y colectivo y siempre busca desarrollar más líderes.

¿Cómo impacta el liderazgo consciente en las empresas?

Este liderazgo permite que todos los colaboradores se alineen con los objetivos y propósitos de la organización. Esto significa que trabajan juntos para alcanzarlos y al final del día los dos se están desarrollando. Es un panorama en el que los dos ganan, buscan bienestar común, y desarrolla sociedades. También mejora las utilidades. Está demostrado que cuando las personas logran identificarse con un propósito dan esa milla extra que hace la diferencia.

¿Quién es un líder y cuáles son sus características?

 Líder es aquel que tiene la capacidad de pararse sobre una plataforma de valores y ética.  Tiene la conciencia de buscar un propósito superior y trabajar por el bien común. Hay muchas escuelas de liderazgo y muchos nombres y apellidos que se le ponen al liderazgo, pero sus características desde mi experiencia son: consideración por el otro, convivencia, respeto por el otro, aceptación de sus errores y reconocer que el éxito no es de él solo sino del equipo.

¿Qué se debe desaprender del liderazgo convencional?

Hay que dejar los malos hábitos que vamos aceptando a través de la vida, como creer que líder es aquel que da órdenes y siempre busca figurar, que el líder nace y no se hace y que para liderar se necesita un cargo. Por el contrario, liderar es acompañar a que otros florezcan, que figuren los buenos resultados. Y todos, desde el rol que ocupen en las organizaciones o en la sociedad, tienen las capacidades para liderar.

Por María Alejandra Moreno Tinjacá.

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