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“Las disrupciones temporales de las cadenas de abastecimiento no deberían servir para conductas ilegales”, dijo el Fiscal General Asistente, Jonathan Kanter, en un comunicado.
Kanter advirtió a las empresas que no aprovechen las interrupciones en la cadena de suministro para manipular los precios: “la División Antitrust no admitirá que las compañías coludan para cobrar de más a los consumidores con la excusa de las interrupciones en las cadenas de suministro”.
Luis Quesada, integrante de una división especializada del FBI, dijo que las alteraciones en el abastecimiento le dieron “a criminales la oportunidad de acomodar precios y cobrar de más”. “El FBI y nuestros organismos de seguridad asociados seguirán colaborando e investigando estrategias que violan nuestras leyes antimonopolio y asfixian nuestra recuperación económica”, aseguró.
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El Departamento de Justicia no identificó ninguna industria específica, pero advirtió que las disrupciones en los suministros han impactado en varios sectores, desde la agricultora hasta la atención médica.
El departamento de Justicia también dijo que formó un grupo de trabajo que examinará los problemas de las cadenas mundiales de abastecimiento junto a los gobiernos de Australia, Gran Bretaña, Canadá y Nueva Zelanda. Ese grupo está desarrollando y compartiendo inteligencia para detectar y combatir prácticas nocivas.
Vale la pena recordar que los precios al consumidor de Estados Unidos subieron en enero más de lo esperado, lo que envió la tasa de inflación anual a un nuevo máximo de cuatro décadas y agregó más urgencia a los planes de la Reserva Federal para comenzar a elevar las tasas de interés.
El índice de precios al consumidor subió un 7,5 % con respecto a un año antes luego de un alza anual de 7 % en diciembre, según datos del Departamento del Trabajo publicados la semana pasada. El indicador de la inflación aumentó 0,6 % en enero con respecto al mes anterior, lo que refleja amplias alzas, incluidos costos más altos de los alimentos, la electricidad y la vivienda.
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La elevada inflación es la mayor preocupación para la Reserva Federal estadounidense, como admitió recientemente el presidente de la Fed, Jerome Powell.
Por otro lado, la cifra semanal de solicitudes del subsidio por desempleo en Estados Unidos subió, inesperadamente, la semana pasada a 248.000 comparada con 225.000 en la semana anterior, según informó hoy la Oficina de Estadísticas Laborales.
La mayoría de los analistas había calculado que esa cifra bajaría a 219.000 en la semana pasada. En enero el índice mensual de desempleo se ubicó en el 4 % de la fuerza laboral, una décima de punto porcentual más que en diciembre.
