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En época de elecciones las pensiones entran al juego. Cada cuatro años, los candidatos hablan de los males del sistema y de cómo transformarlo. Lamentable, en los últimos gobiernos todo se quedó en promesas. Esta verdad, lejos de desanimar al elector, puede ser un aliciente para que los colombianos exijan claridad en las propuestas, un debate a la altura de los problemas y convertir la anhelada y vital reforma en una realidad.
En esta ocasión, las propuestas del candidato Gustavo Petro detonaron un debate que sacó a la luz todo tipo de argumentos, algunos sustentados y otros no. El país habló de pensiones, pero quizá no en los mejores términos. La palabra “expropiación” estuvo en boca de dirigentes políticos, gremiales y medios de comunicación. Y las pensiones se usaron como arma para atacar aquí y allá, dejando al público polarizado y confundido. O sea, más de lo mismo.