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Tras los traumatismos del comecio exterior generados por las sanciones que Ecuador quiso imponer a las exportaciones de Colombia, como una salvaguardia cambiaría del 21% (que por acuerdo entre los días países fue retirada), la directora de la Cámara Automotriz de la Andi, María Juliana Rico, asegura que el porcentaje de vehículos colombianos que van a ese mercado caerá cerca del 25%, con respecto a la cifra de 2014.
Sobre el decreto que reguló el servicio especial, emitido por el Ministerio de Transporte, dice que fue una medida coyuntural que no regula la formalización de ese sector y encareció el valor de los vehículos que se dedican a esta actividad.
¿Cómo recibieron la noticia de que se levantaba la salvaguardia con Ecuador?
Es buena porque no se va a aplicar a todos los productos sino que va a ser para unos productos específicos que son bienes finales. Lo peor que hubiera podido suceder es que la salvaguardia hubiera quedado dirigida únicamente a Colombia.
¿Se van a disminuir las exportaciones a ese país?
Sí, van a caer a la cuarta parte, un 25%, con respecto a 2014. Hoy son como 8.000 vehículos. Nos va a pegar porque este año se iba a concretar un proyecto muy importante. Aunque Sofasa e Hino están consolidados en Ecuador, Colmotores tenía un proyecto de exportar un modelo de Spark a ese país, pero esto hace que se reduzcan las expectativas de exportación que se tenían sobre ese proyecto en particular.
¿Van a buscar otros mercados?
Desde hace diez años, cuando Colombia empezó a firmar TLC, se han tomado decisiones por parte de la industria que tienen que ver con competitividad para el mercado local, pero además unas que buscaban diversificar las exportaciones, sobre todo teniendo en cuenta los acontecimientos con Venezuela. Por eso ya estamos exportando a mercados como el del Caribe, incluso Cuba, Centroamérica y mercados muy competitivos como Chile y Perú. En Argentina fue algo muy puntual. Ahora estamos buscando entrar a Brasil, pero ellos tienen unas barreras. A México también llegamos.
También se ha exportado a Cuba. ¿Qué tan importante es o será ese mercado?
Son cosas puntuales. Es un mercado, como toda Centroamérica y el Caribe, que demanda un gran esfuerzo por parte del exportador, porque son muy pequeños negocios, pero unidos hacen una masa. No dan un gran volumen, pero representan esfuerzos porque las legislaciones son distintas.
¿Qué está pasando con el sector?
Es importante entender que hay una clase media más fortalecida y una población con mayores ingresos. Esto, que pasó en la última década y le pasó a Colombia con un mayor énfasis, generó que estas personas tuvieran acceso a bienes de consumo duradero que antes no tenían, y los precios también bajaron (en 2000 se vendieron 60.380 vehículos nuevos y en 2013 la cifra ya era de 293.849). Colombia está en el margen de los 300.000 vehículos vendidos, pero hay unos ciclos naturales dentro del sector en los que las ventas pueden variar.
Teniendo en cuenta que el año pasado crecieron 11% las ventas, ¿este año van a caer?
Este año no va a ser un crecimiento igual al de 2014 sino un poco menor. Se van a vender cerca de 310.000 unidades. En esta proyección influye la tasa de cambio, y los ciclos de compra, porque en Colombia las personas antes compraban cada diez años o nunca. Eso ha ido cambiando y hoy el cambio de carro se hace cada cuatro años y medio.
Pero ¿más personas están accediendo a este bien?
Colombia, en todo caso, tiene un muy bajo número de vehículos por habitante con respecto al mundo. Hay ochenta carros por cada mil habitantes. También hay un cambio en el gusto de las personas. Hace cinco años el 70% de vehículos que se vendían eran automóviles; hoy en día son el 50%. Eso porque los desarrollos tecnológicos de los vehículos utilitarios 4x4, en precio y en prestación de servicios, han venido cortándole paso a estos productos.
¿Y en el caso de los utilizados para servicio público?
Este es un sector muy regulado, por lo que se han venido encareciendo los vehículos. Por esto se generan muchos procesos de corrupción. Este sector se ha visto afectado por estas regulaciones.
¿Qué opina del decreto que reguló el transporte especial?
Llevábamos trabajando más de dos años con el Ministerio de Transporte en la regulación de este servicio. Queremos formalizar ese sector, desde el punto de vista empresarial, que las empresas no sean solamente afiliadoras sino que tengan tecnología, capacitación a los conductores y seguridad vial, sobre todo porque ahí están los vehículos escolares, porque en este momento la normatividad no es la mejor para transportar a los niños.
¿Entonces no se contemplaron normas para el transporte escolar?
Esta norma hace cosas buenas con respecto a la formalidad, pero, para mi gusto, en términos de las exigencias a los vehículos de incorporar unas normas estrictas, dijo que en los próximos dos años se van a establecer las normas de seguridad.
¿Qué los inquieta?
Lo grave de esta norma es que se congela el parque de los especiales. Esto pasó de un día para otro. Pero la solución no es regular sino que haya una vigilancia muy estricta y un control a las empresas. No hay un registro de cuáles son las empresas, no hay un censo de los vehículos. Todo es a ver cómo se soluciona el problema ya, pero no estructuralmente, para que sea un sector competitivo.
¿Eso quiere decir que se van a valorizar los “cupos” de los vehículos de servicio especial?
Se va a valorizar y empieza un negocio sin control parecido al de los taxis amarillos. Eso quiere decir que los vehículos blancos ya valían más al otro día, cuando entró a regir el decreto. El punto es que las soluciones de fondo no están. El Ministerio dice que va a hacer el estudio a ver si hay sobreoferta de esto vehículos, pero lo va a hacer después de que apruebe el decreto.
¿Qué opina de Uber?
Es posible que estén supliendo un servicio que no prestaban los taxis amarillos, pero es informal y están haciendo una competencia desleal.
¿Qué tanto los han afectado los TLC firmados por Colombia, específicamente el de Corea del Sur?
Colombia tomó la decisión de firmar TLC, pero el de Corea del Sur es el más dañino por la forma como es ese país opera en su comercio exterior. Ellos son cerrados, como Brasil. No vemos cómo vamos a ganar teniendo en cuenta eso. A pesar de eso, nos quedamos en Colombia. Seguiremos buscando la competitividad y más exportaciones.
¿Cómo nos va con Estados Unidos y Europa?
Estados Unidos ha aumentado su participación de cerca del 2% al 6%.
¿Y el dólar: oportunidad o amenaza?
Este mercado es muy competido, por lo tanto todas la marcas van a hacer un esfuerzo por no subir los precios.
En adaptación de nuevas tecnologías, ¿cómo está el sector?
Necesitamos que se siga mejorando la calidad de la gasolina, y eso requiere inversiones. Tenemos 300 partes por millón de azufre. Esto nos impide ir a tecnologías mejores que ayuden al medio ambiente.