Fiebre de fútbol sintético
Al finalizar 2008, sólo en Bogotá, estarán en funcionamiento cinco canchas más, una de ellas de fútbol 8, y un número similar se inaugurará en el resto del país.
Ana Maritza Villalba Castro
Colombia nunca ha ganado un mundial de fútbol. Pero el país aún vive del recuerdo del 5-0, marcador con el que venció a Argentina, en Buenos Aires, en 1993.
Aunque los triunfos internacionales no son muchos, la afición es millonaria, así como los practicantes. Los parques públicos y privados son insuficientes para tantos niños, jóvenes y adultos que disfrutan la vida dándole patadas a un balón.
Esa fiebre de balompié ha desembocado en la construcción de decenas de canchas sintéticas de fútbol 5 ó 7, en recintos cerrados, que ahora son una alternativa para la práctica de este deporte.
“Es más fácil reunir a diez amigos y armar dos equipos para jugar aquí, que conseguir a 20 y luego encontrar una cancha grande”. Las palabras de Lucas Jaramillo, ex futbolista profesional y socio de Fútbol 5 Site, que tiene cuatro canchas ubicadas en la calle 122 con avenida 19, al norte de Bogotá, explican por qué estos escenarios reciben más de 300 visitantes al día.
Los futbolistas aficionados prefieren estas canchas por ser cubiertas, lo que garantiza la continuación del juego, así el clima varíe.
El primer escenario de este tipo fue “La Cancha”, que antes tenía cuatro sedes: tres en Bogotá y una en Barranquilla, y que hoy cuenta con una en la capital, en el barrio Las Américas. Las otras sedes fueron destinadas para la construcción de edificios.
Montar un negocio de estas características requiere una inversión de $1.100 millones, que incluyen el terreno y la adecuación de las canchas, que por lo general se ubican una por nivel de la edificación.
Además, la grama sintética del espacio de juego es importada de Argentina y tienen la ventaja de sólo necesitar mantenimiento completo cada cuatro meses. Se debe jugar con guayos de tache bajo, para no maltratarla. Las dos canchas de Campín 5, en la calle 63 con carrera 28 de Bogotá, también fueron construidas con grama importada y costaron $1.200 millones.
De igual manera, la pasión llegó a Medellín, Cali y Barranquilla, donde este tipo de escenarios se han hecho muy populares. En la capital antioqueña el sitio preferido es El Maracanazo, con dos canchas; en Barranquilla, La Cancha; en Cali, Chipifútbol y Soccer Max.
El alquiler de cada cancha varía de acuerdo con la hora y el día. En la mañana es más barato, los precios oscilan entre $35 mil y $60 mil. En la noche y fines de semana los precios van desde $90 mil hasta $150. Éstos incluyen préstamo de camisetas para cada equipo, duchas, lockers y balón.
En Cifras
30
mil pesos en promedio cuesta el servicio de árbitro por cada hora de juego.
Negocios alternos de las canchas
En las canchas sintéticas no sólo se juega fútbol. La mayoría de ellas tienen tiendas deportivas y servicio de cafetería, que les significa a estos establecimientos deportivos una parte importante de sus ingresos mensuales.
La publicidad representa otro buen negocio. Marcas de ropa deportiva, bebidas energizantes y telefonía celular son algunas de las empresas que pagan por cada mes de pauta publicitaria entre $400 mil y $1 millón para que su nombre aparezca en las vallas o cerramientos de cada cancha; en ocasiones llegan a patrocinar los torneos internos que se realizan cada año.
En varias canchas funcionan, además, escuelas de fútbol infantil. Lucas Jaramillo tiene 130 niños y niñas en ‘Fútbol 5 Site’. Las clases se dictan de lunes a viernes y los fines de semana. Los precios van de $40 mil a $60 mil y depende si se toman una o más horas.
Colombia nunca ha ganado un mundial de fútbol. Pero el país aún vive del recuerdo del 5-0, marcador con el que venció a Argentina, en Buenos Aires, en 1993.
Aunque los triunfos internacionales no son muchos, la afición es millonaria, así como los practicantes. Los parques públicos y privados son insuficientes para tantos niños, jóvenes y adultos que disfrutan la vida dándole patadas a un balón.
Esa fiebre de balompié ha desembocado en la construcción de decenas de canchas sintéticas de fútbol 5 ó 7, en recintos cerrados, que ahora son una alternativa para la práctica de este deporte.
“Es más fácil reunir a diez amigos y armar dos equipos para jugar aquí, que conseguir a 20 y luego encontrar una cancha grande”. Las palabras de Lucas Jaramillo, ex futbolista profesional y socio de Fútbol 5 Site, que tiene cuatro canchas ubicadas en la calle 122 con avenida 19, al norte de Bogotá, explican por qué estos escenarios reciben más de 300 visitantes al día.
Los futbolistas aficionados prefieren estas canchas por ser cubiertas, lo que garantiza la continuación del juego, así el clima varíe.
El primer escenario de este tipo fue “La Cancha”, que antes tenía cuatro sedes: tres en Bogotá y una en Barranquilla, y que hoy cuenta con una en la capital, en el barrio Las Américas. Las otras sedes fueron destinadas para la construcción de edificios.
Montar un negocio de estas características requiere una inversión de $1.100 millones, que incluyen el terreno y la adecuación de las canchas, que por lo general se ubican una por nivel de la edificación.
Además, la grama sintética del espacio de juego es importada de Argentina y tienen la ventaja de sólo necesitar mantenimiento completo cada cuatro meses. Se debe jugar con guayos de tache bajo, para no maltratarla. Las dos canchas de Campín 5, en la calle 63 con carrera 28 de Bogotá, también fueron construidas con grama importada y costaron $1.200 millones.
De igual manera, la pasión llegó a Medellín, Cali y Barranquilla, donde este tipo de escenarios se han hecho muy populares. En la capital antioqueña el sitio preferido es El Maracanazo, con dos canchas; en Barranquilla, La Cancha; en Cali, Chipifútbol y Soccer Max.
El alquiler de cada cancha varía de acuerdo con la hora y el día. En la mañana es más barato, los precios oscilan entre $35 mil y $60 mil. En la noche y fines de semana los precios van desde $90 mil hasta $150. Éstos incluyen préstamo de camisetas para cada equipo, duchas, lockers y balón.
En Cifras
30
mil pesos en promedio cuesta el servicio de árbitro por cada hora de juego.
Negocios alternos de las canchas
En las canchas sintéticas no sólo se juega fútbol. La mayoría de ellas tienen tiendas deportivas y servicio de cafetería, que les significa a estos establecimientos deportivos una parte importante de sus ingresos mensuales.
La publicidad representa otro buen negocio. Marcas de ropa deportiva, bebidas energizantes y telefonía celular son algunas de las empresas que pagan por cada mes de pauta publicitaria entre $400 mil y $1 millón para que su nombre aparezca en las vallas o cerramientos de cada cancha; en ocasiones llegan a patrocinar los torneos internos que se realizan cada año.
En varias canchas funcionan, además, escuelas de fútbol infantil. Lucas Jaramillo tiene 130 niños y niñas en ‘Fútbol 5 Site’. Las clases se dictan de lunes a viernes y los fines de semana. Los precios van de $40 mil a $60 mil y depende si se toman una o más horas.