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¿Qué tan buena es la educación financiera en Colombia? Según un estudio hecho por el Banco de la República, sólo el 16,4 % de la población tiene conocimientos financieros básicos y suficientes. Para el emisor, este panorama demanda la urgencia de políticas públicas que incrementen este tipo de conocimientos, particularmente en los grupos más vulnerables, en temas como el ahorro, las inversiones, la gestión de la deuda y patrimonio.
Quienes se dedican a las finanzas personales coinciden en que las decisiones que se toman en los 20’s y 30’s son determinantes, ya que de ellas depende en gran medida la estabilidad económica y las oportunidades financieras en el futuro. En esta etapa se construyen los hábitos, inversiones y metas que marcarán el camino hacia una vida financiera sólida.
En El Espectador consultamos a algunos de ellos, y estos son los consejos que recomiendan evitar.
Endeudarse en créditos de consumo
Esta es una de las advertencias más repetidas que encontramos entre nuestros expertos, pues sus consecuencias pueden terminar en años de esfuerzo, ansiedad y frustración.
Los fundadores de Pareja y Finanzas, una comunidad que reúne a cientos de miles de personas en redes sociales, advierten que aunque las tarjetas de crédito y los créditos de libre destino o rotativos pueden parecer una herramienta útil al principio, también pueden convertirse en una trampa cuando se usan para financiar gastos cotidianos o adquirir bienes que se deprecian con rapidez, como ropa, comidas, electrodomésticos, viajes o tecnología.
“Estás hipotecando tu futuro”, advierten, al añadir que este tipo de productos suelen tener las tasas más altas del mercado, por lo que no tiene sentido terminar pagando dos o tres meses más por este tipo de productos.
Como explican, el crédito no es malo en sí mismo; lo que resulta perjudicial es utilizarlo para sostener un estilo de vida que no se puede financiar con ingresos o ahorros propios.
Si ya cayó en ese error, los expertos recomiendan dejar de usar las tarjetas de crédito para ese fin y enfocarse en saldar la deuda lo antes posible. En caso de necesitarlas, lo ideal es comprar siempre a una sola cuota y únicamente cuando se tenga el dinero disponible para cubrir el pago completo.
El profesor de la facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Financieras del Área Andina, Edison Lombana, resalta que es clave conocer cómo funcionan este tipo de créditos ¿Cuándo es la fecha de corte? ¿Cuál es la cuota de manejo? ¿Cuáles son los intereses que manejan?
No ahorrar ni tener un plan financiero
Parte de la vida adulta consiste en domar las finanzas y, para esto, es clave manejar un presupuesto.
Sin lo anterior, las finanzas simplemente entran en caos: se pierde el control sobre cuánto se gana y cuánto se gasta, y lo más grave, se deja de ahorrar y de planificar para el futuro.
Como detalla la CEO de la Firma de asesoría financiera Addux, Ángela Olaya Gómez, errores como no tener un plan financiero pensado para el retiro, un ahorro o no cotizar pensión, son graves.
Siempre el ahorro, aunque sea pequeño al comienzo, debe ser parte del presupuesto que mes a mes hace una persona. Los expertos sugieren que este debería ser del 10 % al 20 % de los ingresos mensuales, pero más allá de una cifra en específico, lo que realmente importa es formar el hábito, aún si esto implica empezar con una cantidad “diminuta”.
Construir, por ejemplo, un fondo de emergencia a los 20’s es empezar la juventud adulta con pie derecho, ya que el propósito de este es atender circunstancias de fuerza mayor que tienden a resolverse con préstamos.
Por lo general, un fondo de emergencia equivale de 3 a 6 meses de gastos básicos mensuales.
“Tal vez pienses que ahorrar es secundario, pero los estudios demuestran que es uno de los errores más frecuentes y costosos. En Colombia, por ejemplo, el 39 % de las personas no ha ahorrado en el último año según CAF. Y de quienes sí lo hacen, muchos lo guardan en formas informales —alcancías, debajo del colchón— que no dan ningún rendimiento y están expuestos a pérdidas por inflación. Ahorrar además en instrumentos adecuados (cuentas de ahorro, CDT, inversiones de bajo riesgo) es lo que permite construir reservas para emergencias, objetivos a mediano plazo y hacer crecer el patrimonio”, recomiendan los expertos de Pareja y Finanzas.
Postergar decisiones importantes
El profesor Lombana coincide en que uno de los errores que cometen los más jóvenes es aplazar decisiones que impactan en la vida adulta, como la compra de vivienda, la inversión en un fondo de pensión voluntario o la contratación de seguros clave.
Aunque hay una enorme disputa entre si es mejor comprar vivienda o pagar arriendo e invertir el dinero de las cuotas en un fondo de inversión de bajo riesgo, lo cierto es que asegurarse un techo para el futuro es clave. Como sea, comenzar a tomar cualquiera de estas decisiones es importante y no pensar que cuando se cumpla más de 30 o 40 se deba empezar a hacer.
Los seguros también son importantes. Por ejemplo, una buena decisión que podrían tomar los padres sería adquirir seguros educativos que cubran la educación superior de sus hijos, así como asegurar bienes importantes como el carro o la casa.
Otra decisión importante, explica Olaya, es tener una segunda fuente de ingresos. Bien sea mediante inversión o la creación de un emprendimiento, es recomendable que los jóvenes comiencen a devengar dinero por otras partes. Esto es una ayuda importante en aquellos que buscan libertad financiera, pero también para tener un “plan b” en escenarios que golpean con fuerza las finanzas, como el desempleo.
No educarse financieramente
Para Dave y Dany, este es probablemente el error más grande de todos, y el más costoso.
“La mayoría creemos que sabemos manejar el dinero y somos muy herméticos cuando se nos toca el tema. En más de 5 años enseñándole a las personas y parejas a manejar el dinero, hemos visto que la mayoría no sabe hacerlo bien. Aprendimos de nuestros padres, y en la mayoría de casos, fue un mal ejemplo. El dinero no se administra solo, y tenemos que aprender —nos guste o no— a hacerlo con sabiduría. Si no aprendes a manejar, ahorrar e invertir tu dinero, terminarás trabajando toda la vida para pagarlo”, señalan.
Para esto recomiendan leer, formarse y hablar de dinero con la pareja o con los amigos. En internet hay mucha información sobre finanzas personales con los conceptos básicos. En esto es importante que identifique la idoneidad de quien le habla, y tenga cuidado de no caer en estafas.
Para quienes están en sus 20’s y 30’s, la educación financiera es una inversión en sí misma. En estas décadas se toman las decisiones que definirán la estabilidad del mañana: cómo se gasta, cuánto se ahorra y en qué se invierte. Entender el valor del dinero a tiempo puede ser la diferencia entre vivir con deudas o construir un futuro con libertad y propósito.
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