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El sistema de llaves de Bre-B continúa ganando fuerza en Colombia. Según las más recientes cifras entregadas por el Banco de la República, ya son más de 33,7 millones de clientes los que tiene este nuevo sistema de pagos.
En promedio, cada persona tiene tres llaves registradas (son casi 96 millones las que se han creado hasta la fecha), lo que habla muy bien de las bondades que tiene este sistema, pues brinda versatilidad a sus usuarios al permitir transferencias inmediatas y sin costo entre diferentes entidades financieras.
Por ejemplo, si una persona quiere que el dinero llegue a Nequi, comparte la llave de Nequi; si prefiere que llegue a Daviplata, entrega la llave de Daviplata; y si desea recibirlo en su cuenta de ahorros, proporciona la llave de su banco. Lo positivo es que cada quien le asigna a cada entidad la llave que quiera.
Aunque al principio se pensaba que la llave más popular sería el número de teléfono (pues tradicionalmente es como vienen funcionando las billeteras digitales), cifras manejadas por la plataforma de comunicaciones en la nube, Infobip, señalan que los colombianos están prefiriendo las llaves alfanuméricas.
Con corte al 4 de diciembre, el 57,2 % de las llaves creadas eran alfanuméricas; el 20,8 % correspondía a números de celular; el 7,4 % a correos electrónicos; el 11,8 % a documentos de identidad, y el 2,7 % a códigos de comercio.
“Esto puede estar mucho más atado a la estrategia que han tenido las entidades financieras, las cuales están facilitando códigos que no sean de fácil duplicación y que no tengan riesgo», analiza Paula Rojas, Sales Director para LATAM en Infobip.
«Por ejemplo, si alguien pierde su número telefónico, la llave quedaría atada a este y, probablemente, a otro usuario cuando esa línea sea reasignada; se volvería muy confuso. Entonces, los bancos han intentado poner códigos que sean más difíciles de duplicar y que le permitan a las personas generar más y más llaves con varias entidades”, señala la profesional.
Sumado a lo anterior, para muchos es más seguro usar llaves alfanuméricas porque no implican brindar un dato personal que podría considerarse sensible, como lo es el número de teléfono, o el de la cédula.
Infobip señala que el crecimiento de Bre-B trae consigo un gran reto, y es el pedagógico, ya que muchos aun no terminan de entender cómo funcionan las llaves y siguen atados a métodos más tradicionales, como Nequi y Daviplata.
“Van a pasar meses, tal vez un año, mientras la gente entiende cuáles son las bondades y riesgos de usar Bre-B, y es responsabilidad de las entidades que prestan servicios o que están vinculadas a Bre-B incrementar la educación financiera», concluye la experta.
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