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No gastar más de lo que se gana es, quizás, la regla de oro de unas finanzas personales saludables. Suena simple, pero aplicarla en la vida real puede ser todo un reto.
Muchas personas creen que pueden mantener una buena estabilidad financiera sin necesidad de planificar. Sin embargo, al llegar a fin de mes, es común encontrarse sin un peso en el bolsillo y con la clásica pregunta en la cabeza: ¿en qué se me fue la plata?
Tener una planificación financiera es fundamental, ya que le permite tener claridad sobre sus ingresos, anticiparse a los gastos y avanzar con más orden hacia sus metas de ahorro. Sin embargo, esto también puede resultar complicado para muchos. La buena noticia es que existen métodos sencillos, como el de los tres sobres.
Primer sobre: gastos fijos y necesidades básicas
Tan pronto reciba su sueldo, usted va a calcular cuáles serán sus gastos fijos para ese mes. Aquí puede incluir el arriendo o cuota del crédito hipotecario, servicios públicos, alimentación, transporte, salud, educación, deudas… todo lo esencial.
Lo que los expertos en finanzas personales recomiendan es que nunca estos gastos superen el 50 % o 60 % de sus ingresos. Si esto pasa, es muy probable que esté considerando como gasto básico cosas que realmente no lo son. Algunos ejemplos pueden ser el exceso de suscripciones a plataformas de entretenimiento o planes de telefonía costosos.
Intente ajustar todos sus gastos fijos, para que la suma de estos no sea más de la mitad de lo que gana.
Segundo sobre: deseos
Aquí va a tener en cuenta los gastos ocasionales, incluyendo aquellos que tienen que ver con entretenimiento y ocio.
Algunos ejemplos son salidas, compras, regalos, antojos, hobbies… lo importante es que estos no superen el 20 % de sus ingresos.
Tercer sobre: ahorro e inversión
La existencia de este sobre rompe con una barrera mental que muchos tienen, y es que el dinero no alcanza para ahorrar.
Lo que dicen los expertos en finanzas es que el ahorro no es opcional, pues asuntos tan básicos como disponer de un fondo de emergencias puede ser un salvavidas en momentos imprevistos.
El problema con los que no tienen ahorros es que cuando se presenta una emergencia recurren al crédito, poniendo así un peso importante en las cargas financieras, lo cual podría desestabilizar cualquier presupuesto.
También se recomienda trazar metas de ahorro para temas aspiracionales. Si va a comprar un televisor nuevo, ahorre y cómprelo. Lo mismo para viajes, estudios, vivienda… deje de pensar en el crédito como “un mal necesario para progresar”.
Se recomienda que cada mes ahorre del 20 % al 30 % de sus ingresos. Un fondo de emergencia sólido debería cubrir, por ejemplo, seis meses de su sueldo (por si llega a quedar desempleado).
También se sugiere que dedique parte de ese porcentaje a inversiones, como lo pueden ser las acciones o vehículos financieros que le brinden un rendimiento fijo. Con esto usted podrá asegurar su futuro y estabilidad financiera.
Si usted es amigo del efectivo, puede usar sobres físicos para aplicar este método. Si lo suyo es más lo digital, también puede usar billeteras digitales.
La ventaja de este método es que le pone topes a sus gastos.
Si hoy sus finanzas están desordenadas, es posible que aplicar este método con los porcentajes sugeridos le resulte difícil. Pero no se desanime. Establecer como meta organizar sus finanzas y alcanzar ese equilibrio también es parte del proceso. Cada paso que dé en esa dirección cuenta.
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