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Un creciente coro de observadores dice que los mercados financieros son demasiado optimistas sobre la amenaza que representa una guerra comercial instigada por Estados Unidos para la economía y los valores de los activos mundiales.
El Fondo Monetario Internacional se unió a la contienda, haciendo eco de las advertencias de los inversionistas, incluido Larry Fink, que afirman que la fricción comercial podría trastornar el actual contexto favorable al mercado de baja volatilidad en las acciones y las tasas y frenar el crecimiento económico. Para Paul Tudor Jones, la lista de preocupaciones también debe incluir el fantasma de mayores costos de endeudamiento y la expansión de los déficits de EE.UU.
La complacencia se está convirtiendo en una palabra de moda entre algunos veteranos de los mercados, mientras que las acciones suben por tercer mes consecutivo y una medida de las variaciones en los rendimientos se encuentra cerca de un mínimo histórico. Pero Fink, el máximo ejecutivo de BlackRock, predice que las acciones podrían caer entre un 10 y un 15 % si la administración Trump sigue adelante con los aranceles sobre otros US$200.000 millones en importaciones chinas. Y HSBC Holdings dice que el proteccionismo aumenta los vientos desfavorables para los activos riesgosos.
"Hemos estado haciendo la misma proyección que el FMI sobre los activos riesgosos por un tiempo, calificándola de una contracción crediticia en cámara lenta", dijo Steven Major, director global de investigación de renta fija en HSBC. Afirma que el crecimiento está bajo la amenaza de fuerzas que incluyen alzas de tasas de interés de la Reserva Federal, una escalada de la guerra comercial y mayores precios de la energía, "y la forma en que probablemente se desarrollen es a través de una deflación de activos sobrevalorados, aquellos que han sido más distorsionados por la flexibilización cuantitativa".
En riesgo
Los activos en riesgo, en su opinión, incluyen acciones, créditos con grado de inversión y valores de mercados emergentes. Pronostica que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cerrará el 2018 en 2,3 %, por debajo del 2,85 % actual.
Un índice de Bank of America que usa opciones para medir las perspectivas de volatilidad en el mercado de bonos del Tesoro de US$15 billones, cayó en las últimas cinco semanas, a 48 puntos básicos, justo por encima de su mínimo récord de 44 puntos base establecido en noviembre.
"Hay cierta complacencia, con la volatilidad tan baja", señaló Gene Tannuzzo, gerente de cartera en Columbia Threadneedle Inversiones, quien supervisa US$4.300 millones. "Hay cierta posibilidad de que las tasas suban, pero con un mal resultado --como en el comercio-- pueden caer muchísimo".
Confianza en duda
Y si la historia sirve de guía, puede que los inversionistas no quieran estar tan confiados sobre el repunte de los precios de las acciones desde febrero, cuando el S&P 500 tuvo la corrección desde el máximo hasta el mínimo más rápida que ha registrado desde 1950.
Pero alentados por el aumento de las ganancias y tres meses consecutivos de alzas, los administradores de fondos de capital parecen albergar pocas dudas. Según el posicionamiento, ahora son un poco menos alcistas que lo que eran en los días previos al comienzo de la caída.
Una cosa que molesta a los analistas es el tiempo que les está llevando para recuperarse de las pérdidas de febrero. La administradora de fondos Leuthold Group cuenta 33 liquidaciones en las últimas siete décadas que comenzaron tan violentamente como esta antes de retroceder rápidamente.
En otras palabras, cuanto más tiempo pase el S&P 500 sin recuperar su máximo de enero, más probable es que febrero y marzo sean solo un prólogo de ventas aún peores más adelante en el año.