
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Luis Felipe Jaramillo, director de la Feria Andina de Negocios y Franquicias (Fanyf), que comienza hoy, habla del acelerado crecimiento que ha tenido este modelo en el país. Vienen marcas como Café Punta del Cielo, CityCell, Jumping Clay, Arréglalo, Baja Fish Tacos, Watches and Diamonds y Curves.
¿Cómo está el negocio de las franquicias en Colombia?
Es una actividad muy dinámica que crece dos dígitos, muy por encima del PIB. Tenemos más de 540 redes; hace 10 años había solo 110, se ha cuadruplicado. Hoy se estima que hay 8.000 filiales franquiciadas, lo cual muestra el aumento del sector.
¿Cuáles son los sectores que más participan?
Están concentrados en alimentos (restaurantes y comidas rápidas apoyados por la apertura de centros comerciales), comercio detallista (reparación y construcción) y servicios (clínicas odontológicas, gimnasios, guarderías infantiles y turismo).
¿La gente prefiere pagar por una marca que abrir de cero?
En una investigación que hicimos con Datexco se encontró que los colombianos prefieren pagar por adquirir una empresa con marca que reduzca la posibilidad de fracasar en una etapa temprana para que no se evapore su dinero. La franquicia da el soporte de una marca ya rentable, con expectativa de supervivencia mayor. Nueve de cada diez emprendimientos a través de la franquicia sobreviven más allá del quinto año, mientras que el que tiene base cero desde la idea del negocio tiene más riesgo y perece en el primer año.
¿Cuánto cuesta una franquicia?
Desde los $8’500.000 que vale un Servientrega, hasta los que exigen unos US$2 millones, como una tienda de Locatel. En ese precio están considerados todos los conceptos: entrada, adecuación de local, mobiliario y gastos. La oferta es muy amplia: alrededor de los 50, 70 y 200 millones.
Les preocupa la reforma tributaria...
La verdad es que la más reciente legislación tributaria, al excluir expresamente a las franquicias del régimen simplificado, desestimuló la participación de formatos más económicos, yendo en contravía de lo que quiere el mismo Gobierno, que son negocios formales y sostenibles que se puedan vincular a más colombianos. Impacta a los que venden menos de $107 millones al año. Se impide el desarrollo de nuevos negocios.
Hay espacio para seguir creciendo este modelo de negocio.
A pesar de la restricción de la que hablo, sí. Tenemos a favor el marco normativo que estimula la desgravación del impuesto de renta para los primeros dos años y que en el tercero lo hace progresivamente, pues hay más emprendedores logrando el retorno de la inversión. Ese es un estímulo. La macroeconomía está bien. La preocupación es el contrasentido de que se empezó a desestimular a los más pequeños.
ebohorquez@elespectador.com
@EdwinBohorquezA