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La línea está en Rumichaca. Allí, en plena frontera, las papas se cocinan al filo de la montaña. En el camino, los camiones que cruzan minuto a minuto la frontera con Ecuador. Por ahí, el Gobierno desplegó operativos para controlar el contrabando de bultos que, bien conocido ya por los gremios, circula sin factura ni control los bultos de papa y arroz.
En Ipiales, el Gobierno reconoció públicamente lo que los agricultores llevan años diciendo: el contrabando está torciendo el mercado. Con la caída abrupta en los precios de papa y arroz, el Estado se vio obligado a ceder a la presión en pleno paro arrocero.
“Asumimos la coordinación intersectorial e interinstitucional para defender la producción agropecuaria y la industria nacional en la frontera, frente a prácticas ilegales e irregulares que están afectando tanto el suministro de alimentos como la economía del campo colombiano”, dijo la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino.
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Los bloqueos venían avisados, al menos, desde marzo. Desde entonces los arroceros y paperos han denunciado que sus cultivos no dan. Más allá de la inflación y los efectos del clima, el contrabando de papa entra por trochas y el arroz se camufla como nacional. Así es difícil: una competencia imposible para quienes sí pagan impuestos y cumplen con la ley.
El plan de choque tendrá una duración de 30 días. Contará con el despliegue de la DIAN, el ICA, el Invima, la Policía Fiscal y Aduanera y el Ejército Nacional.
Las tareas van desde inspecciones en las vías, control en plazas de mercado, vigilancia en molinos y bodegas, visitas a cultivos y monitoreo epidemiológico de plagas como el virus de la hoja blanca y la punta morada.
Los operativos comenzaron en Nariño, pero se expandirán a otras zonas calientes del contrabando agrícola.
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#BoletínDePrensa 🚨 | Ante la coyuntura de los sectores de la papa 🥔 y el arroz, 🍚 el #GobiernoDelCambio anunció una estrategia intensiva de control y vigilancia en la frontera colombo ecuatoriana, con el objetivo de combatir el contrabando y proteger la producción nacional.… pic.twitter.com/QrSNcodFEv
— Min. de Agricultura (@MinAgricultura) July 15, 2025
El termómetro de la crisis
El arroz es quizás el caso más simbólico. En 2024, 94 % del arroz paddy consumido fue producido en Colombia. Las importaciones se desplomaron: -92 % desde Estados Unidos y -75 % en general. Sin embargo, los precios no subieron como era de esperarse.
Para el Minagricultura hay dos razones: el levantamiento de las restricciones de exportación por parte de India, que ha hecho caer los precios internacionales, y el contrabando que filtra arroz más barato al mercado local, afectando la cadena.
Por eso, desde el 14 de julio, el Gobierno también publicó un borrador de resolución que fija un precio mínimo por tonelada de arroz paddy verde:
- El valor propuesto es de $1.400.184 por tonelada, en promedio.
- Las zonas más beneficiadas serían el centro del país (con un precio de $1.645.386 por tonelada) y las más golpeadas, los Llanos (con $1.508.638).
Además, la resolución obliga a los compradores a reportar semanalmente los precios pagados, y exige a los comercializadores informar el país de origen del arroz blanco vendido, tanto en tiendas físicas como en plataformas digitales.
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Sin embargo, para los campesinos el verdadero desafío viene de los Tratados de Libre Comercio (TLC) que facilitan importaciones con aranceles bajos desde Estados Unidos y libremente desde países como Ecuador y Perú.
Por eso, además de los operativos, el Gobierno trabaja en impulsar la agroindustrialización de la papa, un sector que históricamente ha tenido bajos niveles de transformación y donde el campesino vende sin poder de negociación.
Las entidades también han reforzado la inspección sanitaria, con el Invima poniendo lupa a molinos y puntos fronterizos, y el ICA, que cumple más de 350 visitas a cultivos mientras mapea el riesgo fitosanitario.
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