Gobierno demandará al contratista del túnel de La Línea

El monto total se definirá a comienzos de febrero, por lo que consideran es afectación al Estado, revela el director del Invías, Carlos García.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Edwin Bohórquez Aya
28 de enero de 2017 - 02:52 a. m.
Carlos García, director del Invías, dice: “Me hice el polígrafo”. / Gustavo Torrijos - El Espectador
Carlos García, director del Invías, dice: “Me hice el polígrafo”. / Gustavo Torrijos - El Espectador
Foto: GUSTAVO TORRIJOS
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Carlos García, director del Invías, responde largo y fuerte a las acusaciones que en este diario hizo el contratista del túnel de La Línea, Carlos Collins, sobre esa costosa y demorada obra que hoy está parada. Limpia su nombre y asegura que por medio de una demanda buscarán recuperar recursos propios del Estado y que, con una nueva licitación, dicho proyecto deberá estar listo en el 2018.

¿Cuál es la historia del polémico contrato del túnel de La Línea?

La misma presentación que le voy a hacer se la hice a la Contraloría, porque ellos van a hacer una auditoría a todos los proyectos del cruce de la cordillera y ayer (martes) se iniciaba la auditoria del 2017.Existe el principal, que es el túnel; las segundas calzadas, en total 24 viaductos y 20 túneles. El contrato principal se logró adjudicar después de casi ocho años, seis Conpes, y no se había logrado porque había muchas incertidumbres desde el punto de vista del riesgo geológico. El Gobierno, ya en la época Uribe, sacó una licitación para hacer una excavación inicial.

¿El túnel piloto?

Sí, pero resultó que ese túnel de excavación, igual que el túnel principal, del lado del Tolima estaba muy cerca de la vía, y del lado del Quindío estaba a una distancia de 2 kilómetros de la vía, entonces era necesario hacer tres excavaciones, era más costoso. Luego se sacó una licitación por $619.000 millones en 2007 y quedó desierta. Lo que vio el Gobierno fue que hay que adicionar recursos. Salió otra licitación, del orden de los $703.000 millones, en 2008. Ese fue el contrato que se ganó Collins con el menor valor.

Que era el modelo anterior, donde ganaba el más barato.

Así funcionaba. Él dice (Collins) que la transparencia en la licitación pública la da el menor valor de los contratos. Tenemos experiencias desastrosas con contratos de menor valor.

¿Cuáles?

El Plan 2.500. Fue un desastre, todos adjudicados al menor valor, que consistía en la oferta más barata. De 196 contratos, se declararon 35 siniestros por anticipos. No solo se adjudicaban al más barato, sino que se les entregaba a los contratistas el 50 % de anticipo. Hubo 21 procesos administrativos en tribunales tratando de recuperar esa plata, que nunca le fue devuelta al Gobierno. Se contrataba sin estudios ni diseños. Y en el Plan 2.500 se contrataba sobre la vía existente, no había mejoramientos en las especificaciones técnicas de la vía, no había mejoramiento ni atención de puntos críticos, simplemente ponían pavimentos y en calidad deficiente. Ese fue un programa de $1,9 billones. 196 contratos de obra ejecutados y en 59 de ellos reportaron problemas asociados a deterioro prematuro de las obras.

¿Por eso se cambió el modelo que tanto defiende Collins?

Por eso se cambió. Este contrato del túnel de La Línea tuvo esa característica, tuvo un anticipo muy grande y fue adjudicado al menor valor. Collins se bajó de $703.000 a $629.000 millones, es decir $74.000 millones menos. Y cuando él dice que no se le dio el tiempo suficiente como a otros que están en la zona, si bien el contrato tenía un término de 70 meses que incluía 46 meses de construcción y 24 meses de operación, la construcción sí estaba limitada a 46 meses.

¿Ustedes le dieron prórrogas?

Cuatro prórrogas, esta iba a ser la quinta. La primera fue de cuatro meses, la segunda de tres, la tercera, en el 2013, de 12 meses y la que nosotros dimos en el marco del acuerdo conciliatorio fue de 20 meses, la más grande. Él hace alusión al señor vicepresidente que dijo que le iba a quitar el contrato, mete a un nieto. Lo que quiero decir es que cuando el vicepresidente llegó a tomar el sector de infraestructura, en 2014, ese era un proyecto que iba para la caducidad y se le dio una prórroga de 20 meses.

Collins habla de una demora del Invías de 12 meses para decidir qué revestimiento usar en el túnel…

Esa debe ser la prórroga de 12 meses, porque toda dificultad que se iba teniendo se le iba reconociendo en tiempo. Pero él es experto en decir siempre –y eso lo pueden corroborar la interventoría y la Procuraduría– que todo lo hace más barato y en menos tiempo. Y de hecho lo hizo, se lo ganó por ser el más barato pero no lo pudo terminar porque llegó al 88 % de la construcción. Y cuando estábamos en el acuerdo conciliatorio él decía que la obra que faltaba no iba más allá de $100.000 millones, pero nunca 274.000 millones.

Él asegura que sólo le faltaba el 8 %, pero ustedes dicen que es el 12 %...

Todos los avances fueron certificados por la interventoría y por eso concluimos que es el 12 %. El contrato se dividió en túnel principal, que fue el módulo uno, y el módulo dos y tres que eran Quindío y Tolima. Cada mes la interventoría definía los avances. Luego nosotros solicitamos a la interventoría para que definiera el monto total de toda la obra. Yo no sé él de dónde saca el 92 %. Otra cosa, ese era un proyecto llave en mano, a precio global fijo y sin ajustes. Era complejo.

¿A pesar de que se tuvieran temas complicados de geología?

Quiero decirle que la estructuración de este proyecto fue terrible. Y lo hizo el gobierno anterior. Primero, poner un proyecto de esa complejidad a precio global fijo, sin ajustes, tendría que ser una firma con mucha seguridad en lo que iba a hacer y una entidad muy segura en lo que se iba a hacer para llegar a esa situación. El riesgo geológico se estableció que era de 744 metros y luego creció a 3.000. El pliego decía que esos 744 estaban a cargo del contratista. Si se extendía por fallas, corría a cargo de la nación. Por eso hemos pagado $292.000 millones de riesgo geológico.

¿Esa plata se la pagaron a Collins?

Sí, señor. Eso empezó antes de que yo llegara al Invías, la entidad lo reconoció.

Este contrato tenía muchos problemas. De comienzo a fin.

Muchos problemas. El contrato tenía pagos del 98 % de los 629.000 millones, que había quedado en 612.000 millones porque le quitamos los dos años de operación que estaban estimados en unos a 16.000 millones, pero se le había pagado el 98 % y tenía una ejecución del orden del 70 % con las obras de mayores cantidades que se le habían reconocido. Entonces nosotros decimos que en 20 meses avanzó de 70 % a 88 %, se hizo la cuenta aritmética. ¿Si avanzó el 18 % en 20 meses, el 12 % en cuántos meses? Eso es más de un año porque es menos de un punto por mes. Y lo otro es que el proyecto ya no tenía plata.

¿Es cierto que cuando se hizo ese acuerdo de los 20 meses, lo que vino fue que el Invías nunca cumplió con ese desembolso mensual?

Yo tenía claro como director del Invías que al señor se le iba a desembolsar de una fiducia, porque así fue el acuerdo, pero los recursos a la fiducia que llegaran deberían ser de él, por ejemplo lo que se le iba pagando por parte de mayores cantidades de trabajo y complejidad de obra, además de revestir, para pavimentar y hacer obras a cielo abierto en Quindío y Tolima. Él tenía que repartir la plata para todo, y no se le pagaba en ese momento porque ya se le había reconocido en los pagos que se le hicieron del contrato llave en mano.

¿Cuáles fueron las dificultades en los pagos?

Que le llegaban embargos de todas partes, de la DIAN, y teníamos que asumir esos pagos con las contrafacturas que nos iban llegando. Nos tocó pagar $15.143 millones de embargos y a la DIAN un trámite de compensación por $7.500 millones. Y el último pago que le hicimos fue con lo que les pagó a los trabajadores. Entonces vivíamos en constante amenaza con esos embargos y podían llegar otros nuevos.

¿Cuánto le dieron de anticipo?

Fueron $343.000 millones que se le giraron. 231.000 del contrato original y 112.000 millones de riesgo geológico. Nos quedó debiendo $4.000 millones de anticipos.

El acuerdo lo firmaron el 10 de marzo y se constituyó la fiducia y, ¿qué se hizo? Para poderle buscar recursos al contrato él nos había puesto dos tribunales, el de revestimento y el de mayores cantidades. Revisamos y analizamos con la Procuraduría y encontramos que podíamos conciliar el de mayores cantidades. Él había hecho unos estudios iniciales pero con la temporada invernal de 2010 2011 él hizo ajuste en las longitudes de los túneles y viaductos reduciendo las obras a cielo abierto y él pedía 235.000 millones, lo conciliamos con él en 108.000 millones. El tribunal lo reconoció en $106.000 millones. Quedó cerrado. Ya no hay derecho a reclamación. Y el que está vivo es el del revestimiento.

¿Y qué pasó al 30 de noviembre, la fecha de vencimiento del contrato?

3.000 es la longitud de las fallas, 2.067 el avance. En revestimiento, de 8,6 hizo 5,8 kilómetros y en pavimentos, de 8,6 hizo 3,1. En el módulo Tolima, de 2.200 de túneles hizo 1.700; viaductos, de 2.100 hizo 1.900, y en obras a cielo abierto, de 4,4 hizo 3,5. Quedaron faltando cuatro puentes. Y cuatro túneles de quince. Uno no pudo avanzar porque la condición era tener unos viaductos y no fue posible llegar allí. Luego, en Quindío, de 1,8 hizo 1,5 y de 6,7 hizo 6. Faltó terminar cinco puentes.

En definitiva, llegó al 88 %. Hemos adelantado multas en el proceso, en primera instancia fallamos una por más de $3.600 millones que vamos a resolver a finales del mes de febrero. Se tomó decisión en segunda instancia. Eso es el debido proceso. Hubo una inspección y no se encontró avance en los puntos de inconformidad y uno de esos puntos es un terraplén que llegaba a un puente que se llama Cafetal porque falló en estos días. Y eso es justo llegando al intercambiador de Versalles. Eso hay que solucionarlo. Y $17.000 millones por incumplimiento a los temas ambientales. Eso suma $21.000 millones. El señor Collins tiene razón, no le quitamos el contrato, sino que venció.

Él pide la prórroga, pero ustedes no la dan. ¿Por qué?

¿Qué justificaba él para pedir la prórroga? Atraso en los desembolsos. Que no le pagábamos a tiempo. Nosotros establecimos un cronograma de 20 metas, le hicimos ajustes firmados con él en el cronograma, de tal manera que este puente se demoraba un mes más, nosotros le corríamos un mes sin modificar la fecha final. Le hicimos cuatro ajustes, con eso le dimos plazo, y cuando le íbamos a pagar, llegaba otro embargo, eso nos tocaba cubrirlo.

Él habla del paro camionero. Nunca presentó pruebas concretas y ningún contrato del Invías fue afectado ni prorrogado poniendo al paro camionero como la razón.

Luego dice que hay longitudes adicionales en túneles y puentes. Le dijimos que el tribunal ya había cerrado ese caso. Y en el riesgo geológico, por ese fue el único tema que la interventoría dijo que era posible hacerle la prórroga. El único. Pero esta obra es integral y por eso no prorrogamos. Porque teníamos la claridad y certeza de que ni en tres meses ni en siete meses ni en un año iba a acabar. ¿Sabe por qué? Porque al contrato se le había acabado el recurso. Los desembolsos que habíamos hecho en el acuerdo conciliatorio salían de las mayores cantidades y del riesgo geológico. Y cada rato me decía que en 15 días acababa el riesgo geológico.

Él decía: yo respondo por mis diseños, yo le decía: y yo respondo por la estabilidad del túnel. Por eso no puedo permitir que con el fin de mostrar que alcanza a terminar el riesgo geológico le va a quitar cantidades a la obra. Y eso que se le pagaba todo: cualquier arco que decía, se le pagaba. No le íbamos a pagar obras que tenía que repetir si estaban en la obra base. No podíamos pagarle obras que ya había ejecutado. Y no le debemos un peso. Eso que dice que le debemos 60.000 o 90.000 millones de riesgo geológico, no, le hemos pagado todo el riesgo geológico que ha certificado la interventoría. Durante 20 meses estuvimos al lado del contratista, ayudando, buscando fórmulas para que sacara adelante el proyecto, cuando firmamos el acuerdo conciliatorio yo tenía la seguridad y la convicción de que íbamos a terminar con el señor, de que lo íbamos a lograr. Eso lo pueden certificar las veedurías. Una señora de la veeduría me decía: al comienzo, cuando escuché al señor Collins, dije, no hay derecho que a un señor tan honorable lo trate así el Gobierno, y a lo último, me di cuenta que ese señor era un mentiroso. No hay derecho que el estado le de una obra y nada. Es a que mí me daba vergüenza cada vez que iba con la Contraloría, con las Veedurías, con la defensoría del pueblo, y todos los meses decía: mire, qué desorden de obra, hacen falta trabajadores, hace falta de todo.

¿Por qué Collins denuncia el intercambiador de Versalles y los equipos electromecánicos?

Hay una cosa que yo no acabo de asimilar: El Gobierno anterior contrató una obra que si se hubiera terminado al 100 % no hubiera podido funcionar.

¿Por qué?

Porque no se tenía garantizada la finalización de las obras anexas que eran tres túneles más, que eran tres túneles más aledaños y 2,3 kilómetros más aledaños al túnel principal que era necesario terminar para poder acceder a ese túnel principal. Porque no tenía el intercambiador de Versalles, que era una obra que llegaba a Calarcá, y porque no tenía los equipos electromecánicos.

¿Pero entonces qué pasó?

El Gobierno le dio una expectativa, lo que se llamaba en las concesiones los alcances progresivos, como un podrá. Pero no le puso la plata. No estaban financiadas esas obras. Incluso decía que le daban el segundo túnel. Y por eso el señor se creyó con el derecho de que todo se lo tenían que dar a él, todo, absolutamente todo, los equipos electromecánicos, el intercambiador de Versalles. Y Leonidas Narváez, anterior director, de no haberle adicionado ese contrato, porque esa hubiera sido la peor de las soluciones porque seguramente con esos recursos hubiera terminado la obra pero no las siguientes de las que le hablo.

¿Esa obra estuvo mal planeada desde el comienzo?

Pésimamente planeada. No tenía los recursos para hacer todo el proyecto. Por eso esto no es un Reficar. Los recursos que se han aumentado este contrato, invertimos más de $700.000 millones en las otras obras no estaban incluidos en el contrato principal. Entonces cuando fueron a adjudicar las obras anexas volvió a saltar el señor Collins, que lo hacía por menor valor, en menos tiempo. Y por eso nosotros tomamos la decisión de no entregarle a él ni adicionarle el intercambiador de Versalles ni los equipos electromecánicos.

Además de tuvo que actualizar diseños porque tenían que ser armónicos con un proyecto de la ANI, por eso se desarrolló una helicoidal, para mejorar la curva.

Asegura que los contratos se cuadraron para que la mayoría fueran pagos justo en la fecha de las elecciones en el 2018.

Mire la suspicacia del señor. Nosotros pedimos unas vigencias futuras para eso y nos las entregó así Hacienda: plata en el 2015, muy poca plata en el 2016 y 2017, y el resto quedó para el 2018, porque la plata que estábamos pidiendo era medio billón de pesos en el 2015 y eso lo distribuyó Hacienda de esa manera, así que nosotros tenemos que contratar de acuerdo con eso. Y lo que uno puede hacer son ajustes en el camino para que los proyectos no se vayan a detener. Es malicioso que el señor diga que la campaña presidencial es en el 2018 y por eso la plata se va a entregar en el 2018. Mejor dicho, la capacidad de creatividad del señor, de imaginación… Se pueden remitir al documento Conpes y Confis de 2015, se lo pueden preguntar al DNP y a Hacienda cómo nos entregaron los recursos y por qué de esa manera.

Él dice que usted es un corrupto…

Me trata de corrupto. Dice que aquí hay corruptos. Han pasado cinco directores por este proyecto y seguramente para él todos son corruptos. Él dice que el acto de corrupción es que yo no le prorrogara el contrato porque yo tenía la obligación, cuando las prórrogas del Invías están regladas por un manual de interventoría, que es el supervisor del proyecto, además de un comité de adiciones y prórrogas quien tiene decisión.

Y de los equipos también dijo que era una firma de Manizales la que se la había ganado, entonces me tocó ir a averiguar y yo dije: tan de malas yo, y no, no era de Manizales sino de Bogotá. Además con otros socios.

Siempre habla de diferencias en plata...

¿Cuáles son las diferencias en plata? Nosotros sí las decimos. Él diseñó los equipos electromecánicos para el túnel principal, nosotros en ese contrato los pusimos no solo para el túnel principal, sino para el túnel piloto sino para los 23 túneles más que tiene el proyecto. Además porque él no incluyó un sistema eléctrico y la integración de todos los sistemas. Tampoco incluyó las obras ambientales. Y tampoco incluyó la tasa de cambio. Entonces dice también con suspicacia que ese contrato se va a pagar en el 2018, cuando eso lo definió fue las vigencias futuras.

Él dice que tiene mucha experiencia en túneles cuando mire la denuncia que voy a hacer: En Sumapaz, de 20 ventiladores que se tenían solo funcionaban 12, y el de repuesto estaba malo, nos tocó en ocho meses reparar todo eso, y ni le digo la fecha de la que estaban vencidos los extintores. Ese es el proceso que le metió la ANI. Él no terminó la segunda calzada. Qué bueno que recorrieran esa obra.

Esta obra terminará costando más del billón de pesos...

Correcto. Pero no es como dice la gente que de 600.000 millones se subió a más de un billón, no, es que los $700.000 que nos han costado las otras obras no estaban en ese contrato inicial. Pero Collins decía que él todo lo hacía más barato. Incluso le dijo al vicepresidente un día que le diera los peajes, el de Cajamarca, que con esa plata le hacía el otro túnel. Es que esto no es una plaza de mercado. Eso no es así.

Collins afirma que ustedes se demoraron un año para tomar esa decisión del revestimiento…

Eso fue lo que se tomó el instituto para hacer los estudios y la interventoría determinó que debía ser en concreto rígido. Esa es una divergencia contractual que existe. Alguien me preguntó que si desde el año pasado veíamos que el señor no iba a poder, por qué no le quitábamos el contrato de una vez? Eso es paradójico, porque en la medida en que el señor fuera haciendo, era menos lo que le debía a la Nación porque eso ya se le había reconocido. Eso pasó cuando estaba la obra en 70% y logramos que llegara hasta el 88%. Avanzó un 18%.

¿Y ahora qué va a pasar?

Vale $238.000 millones lo que falta. Aparece Collins y dice que lo hace por menos, y claro, es que si lo hiciera él no se le puede pagar el revestimiento o los pavimentos, pero la pregunta es de dónde va a sacar plata para hacerlo. Le digo porque él me lo dijo: la dificultad es “el señor plata”. Ahora estamos adelantando un trámite en el Confis, publicamos el prepliego, sacamos una segunda versión el 12 de enero y estamos trabajando con Hacienda y DNP para que nos autoricen el recurso y poder sacar el pliego definitivo. Esperamos adjudicar en tres meses. Hemos pensado que el túnel se puede terminar de construir en seis meses, y para los viaductos podemos dejar un poco más de tiempo. La licitación sale para un año, hasta abril de 2018. Si adjudicamos en abril, serían dos meses de preconstrucción, calculamos que en seis meses se puede revestir lo que falta, luego viene meter los equipos y salirnos a atender lo externo. Pero todos tienen que trabajar a la par.

¿Se cumpliría le fecha estimada?

Vamos a hacer el mayor esfuerzo para que quede en el 2018, sabiendo que esto es una herencia mala, por eso nuestro esfuerzo es que se entregue en el 2018. El señor Collins tiene las formaletas, hablé con él tres veces después de que se terminó el contrato, y él me dijo: ‘no me voy a atravesar, esas formaletas son mías y soy un negociante, yo veré si se las vendo al que llegue o se las alquilo’. Si no es así, se tardaría cuatro meses en adquirir las formaletas y hay que darle ese plazo al nuevo contratista.

Usted habla de afectación del Estado por lo que le faltó cumplir a este contrato…

Tendremos lista a finales de este mes esa información, la cuantificación. Vamos a hacer lo mismo que se hizo en la ANI y eso es recuperar la plata.

¿Eso para cuándo estaría listo?

Primera semana de febrero.

¿Demandarán ante un tribunal de arbitramento?

Yo creo, porque el contrato permitió tribunales de arbitramento. Él es experto en meter tribunales, pero lo que yo sé es que los abogados lo demandaron a él porque no les pagó.

¿Qué pasó con el contrato que tenía Odebrecht en Boyacá?

Ese contrato se terminó. Hizo 26 puentes y un túnel falso. Le cuento que esos señores habían insistido muchísimas veces aquí que les adicionáramos el contrato para terminar los pavimentos y nosotros no respaldamos eso, les hicimos unas adiciones para garantizar la terminación de los puentes, que todos estaban en servicio. Pero se habla de lo que les dieron y no se habla de lo que no se les dio. Lo que no se les adjudicó. En mi período de gobierno y el del vicepresidente también, Odebrecht se presentó a tres licitaciones del Invías: Anapoima-Mosquera, que era de más de $600.000 millones, porque ellos querían las más grandes y las que le quedaran cerquita de la Ruta del Sol. Se presentaron a Honda-Manizales y a la fase 3 de la Transversal de Boyacá. No se ganaron ninguna. Hubo una pluralidad grande en esos procesos. Mi Dios es muy grande.

¿Qué hay que hacer para eliminar la corrupción de este sector?

Mientras haya un ayudante o un ingeniero en la obra que quiera tener mala fe, un contratista que se quiera ganara ventajosamente, es que se debe tener una utilidad razonable, porque situaciones como las que se viven hoy hace que muchos funcionarios públicos tengan temor. Uno en estos cargos está para tomar decisiones porque si no los contratos no avanzan. Imagínese yo frenando decisiones porque me da miedo irme para la cárcel. Uno debe tomar decisiones pensando en el país. Lo que se necesita es mucho más control, que la decisión de algo importante sea asumida por mucha gente. Aquí hemos adelantado políticas, por ejemplo cuando pasó lo de la 26, desde el Invías se definió que no se daban anticipos, porque esa plata se aprovechaba para pagar las coimas, para viajar al exterior y llenarse plata y no hacer la obra. La otra decisión que tomamos fue no adicionar los contratos al 50 %, yo aquí me cansé de decir: las adiciones están en vía de extinción, solamente llegamos a adicionar contratos si eso garantiza el funcionamiento de la obra. Ah, y lo otro son los convenios interadministrativos, entonces aquí es una lucha entre la autonomía administrativa y la pluralidad de oferentes.

¿Han tratado de sobornarlo?

Nunca. ¿Y por qué puede ser? Me imagino que cuando llegué al Invías, preguntaron quién es y de dónde viene, porque imagino que la corrupción ya sabe con quién tratar. Por eso me hice el polígrafo, y pues que nos lo hagamos todos. El ministro de Hacienda dice que a los funcionarios que entran a la DIAN se la hagan, yo le diría: hagámosnosla todos de una vez. ¿Y qué pasa si el director el Invías no pasa la prueba? Tendría que renunciar. Sin excepción, todos deberían hacerse la prueba del polígrafo. Porque es un tema de privacidad, pero yo le apostaría a hacerla frente a todo el mundo.

¿A usted o a su gente los han amenazado?

No.

Por Edwin Bohórquez Aya

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.