Heladas, de nuevo el dolor de cabeza

Anualmente, la temporada de bajas temperaturas en las madrugadas y de alta radiación solar en las tardes daña cultivos y ganado en departamentos como Boyacá, Cundinamarca y Santander. Se espera un censo de afectaciones.

Redacción Negocios.
09 de enero de 2020 - 02:00 a. m.
El páramo de Berlín ha sido una de las zonas más afectadas por la temporada. / Fotos: Liliana Rincón
El páramo de Berlín ha sido una de las zonas más afectadas por la temporada. / Fotos: Liliana Rincón

En zonas como el altiplano cundiboyacense, los primeros días del año suelen ser estresantes para los cultivos, los animales, y, por supuesto, para los productores de alimentos como hortalizas, papa y leche. Lo corrido de 2020 no ha sido la excepción. Han comenzado las llamadas heladas, es decir, muy bajas temperaturas en las madrugadas, que contrastan con intensas horas de sol a mediodía y gran parte de la tarde.

La temporada suele afectar, o incluso arruinar, por completo las cosechas o los pastos con los que se alimenta el ganado. Como explica Javier Ardila, gerente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), con temperaturas que rondan o bajan de los cero grados se quema sobre todo el llamado “retoño”, el pasto que apenas está empezando a crecer y que alimentaría a los animales durante el próximo mes y medio.

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Además, en las mismas zonas, durante el día se pueden alcanzar temperaturas por encima de los 25 grados. “Esto altera el desempeño de las vacas, pues no están acostumbradas a esos dos extremos”, dice Ardila. Por eso señala que es esencial contar con alimento reservado y, teniendo en cuenta que este es un fenómeno anual, estar siempre preparados (vea más recomendaciones en el recuadro). No hacerlo no solo afecta el bienestar de los animales y los ingresos de los productores, sino eventualmente al resto de la cadena en caso de que la materia prima escasee.

Organizaciones como Analac, e incluso la Sociedad de Agricultores de Colombia, se encuentran apenas haciendo acopio de información, por lo que aún no se tiene un consolidado de productores, animales o hectáreas dañadas o pérdidas generadas. El Ministerio de Agricultura, por su parte, ha hecho un llamado para que los alcaldes convoquen a los consejos municipales de gestión del riesgo para hacer un censo o conteo de los daños, y así poder empezar a tomar las acciones necesarias.

Santander también ha estado entre los departamentos afectados. En particular, en el páramo de Berlín se han visto temperaturas de cero grados que han acabado cultivos de papa, cebolla y avena. Meses de trabajo han quedado frustrados. Según familias de la zona, las afectaciones económicas ascienden a los $60 millones por cosecha y lo poco que se rescató tuvo que ser vendido a bajos precios.

“Estamos realizando un censo que permita establecer el número de familias afectadas, el tipo de cultivos y en qué cantidad para que, a través de la Gobernación, se pueda atender la emergencia. La oficina de Gestión del Riesgo está monitoreando todo el departamento, pero la situación crítica se presentó en Berlín. Las cifras son preocupantes. Los agricultores estaban produciendo 450 toneladas de cebolla junca y con este helaje ha bajado la producción a 150 toneladas”, dijo Rosmery Mejía, secretaria de Agricultura de Santander.

El ministro de Agricultura, Andrés Valencia, aseguró que dio instrucciones al Banco Agrario para que haga una revisión a la cartera en los municipios afectados “para que se acerque a los productores a ver si requieren un reperfilamiento de los créditos o no”. En caso de que se estén deteriorando las cosechas y que no puedan cumplir con sus obligaciones, tendrían la oportunidad de pagar con más plazo, según las políticas del banco, dijo Valencia. Fue enfático, además, en que deberá analizarse caso por caso, pues los daños y las condiciones financieras son diferentes para cada productor.

En cuanto a abastecimiento de alimentos, pese a que hasta el momento se reporta normalidad, Valencia no descartó que se pueda presentar escasez de productos de cultivos afectados, como papa y hortalizas, con un eventual impacto en la inflación de enero. “Hay que monitorear el abastecimiento”, afirmó Valencia, y recordó que el Ideam tiene previsto que esta temporada se puede extender hasta la primera o segunda semana de febrero.

En Corabastos, en Bogotá, de hecho, en los últimos días se ha presentado un buen abastecimiento de productos como la papa (alrededor de 900 toneladas en un solo día), debido a que productores en zonas como Boyacá y Cundinamarca han anticipado su cosecha antes de que esta se pueda arruinar. Por eso los precios incluso han bajado en esa plaza, de $45.000 a $40.000 por bulto de papa. No se descarta, sin embargo, que de mantenerse las afectaciones se perjudiquen más cultivos y que los precios puedan empezar a mostrar variaciones la próxima semana.

Por Redacción Negocios.

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