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Inflación cambiaría planes de la Fed

A pesar de que el indicador sigue por debajo de la meta fijada de 2%, el banco central confía en que mejorará antes de concluir el año.

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Robin Harding/ Financial Times.
24 de julio de 2013 - 09:45 p. m.
Ben Bernanke, presidente de la Fed, aseguró ante el Congreso que el efecto de la baja inflación es transitorio. / AFP
Ben Bernanke, presidente de la Fed, aseguró ante el Congreso que el efecto de la baja inflación es transitorio. / AFP
Foto: AFP - CHIP SOMODEVILLA
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La inflación es la variable económica más caprichosa y los bancos centrales están condenados a ser responsables por ella. Durante los últimos cinco años ha desafiado todas las predicciones en los Estados Unidos y, una vez más, su perversidad general está complicándole las cosas a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

El problema de la Fed es que la guía preferida para la inflación, que se conoce como el índice de precios para el consumo personal, excluyendo la alimentación y la energía, o el PCP base, es de tan sólo 1,1% con respecto a hace un año, cuado el objetivo es de 2%.

Si esto reflejara un colapso hacia la deflación sería un gran problema. En lugar de desacelerar sus compras de activos — que actualmente realiza a un ritmo de US$85.000 millones—, como planea hacer a finales de este año a medida que crece la economía, la Fed tendría que hacer todo lo contrario.

Aunque sus funcionarios creen que regresará al objetivo, la naturaleza caprichosa de la inflación los hace desconfiar de sus opiniones. Como resultado, si no da señales de aumentar en el corto plazo, tendrá que ser un factor más decisivo en los cálculos de la entidad.

Hay tres razones importantes para que la Fed no deba preocuparse aún por una inflación baja. Primero, como dijo su presidente, Ben Bernanke, ante el Congreso: “Esta debilidad refleja, en parte, algunos factores que probablemente sean transitorios”.

Al observar otras medidas, ni siquiera está claro que la inflación sea débil. El índice base de precios al consumidor aumentó 1,6% con respecto a hace un año; el índice promedio, que elimina productos con grandes cambios en su precio para tener un panorama más estable, aumentó 2,1%.

La segunda razón para pensar que la inflación volverá a aumentar es que los mercados también creen que la debilidad es transitoria. La inflación tiende a ser una profecía que se cumple a sí misma: si la gente tiene la expectativa de que los precios aumentarán, demandará salarios más altos y generará precios más altos. Así, las expectativas estables llevarían a una inflación estable.

Tercero, no hay ninguna razón por la cual la inflación debería seguir cayendo si la economía está creciendo a un mediocre ritmo de 2%, luego de haberse mantenido estable durante momentos de un desempleo mucho más bajo, como vimos entre 2009 y 2012.

La conclusión a la que llegan muchos funcionarios de la Fed es que la inflación tiene una fuerte tendencia a regresar a los objetivos, mientras que las expectativas sigan siendo estables.

Por Robin Harding/ Financial Times.

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