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La inflación de la eurozona alcanzó su mayor nivel en más de un año, lo que constituye una buena noticia para los funcionarios del Banco Central Europeo que debaten el futuro rumbo de la política en un momento en que las turbulencias en Italia traen de nuevo a la memoria la crisis de la deuda.
La tasa de 1,9 %, que coincide efectivamente con la meta del BCE, subió desde apenas 1,2 % en abril y superó el indicador de 1,6 % que pronosticaban los economistas. La inflación subyacente avanzó 1,1 %, también mejor que la anticipada.
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Las cifras mejores de lo previsto en Alemania y España que se conocieron este miércoles fueron una sorpresa positiva, en tanto la tasa en el primero de los países alcanzó un máximo de 15 meses. El euro se mantuvo más alto luego de conocerse los datos de la eurozona y había avanzado 0,1 % a US$1,1681 a las 12:24 hora de Fráncfort.
Los precios más altos del petróleo ciertamente influyeron, pero el repunte de la inflación es una noticia bienvenida para el BCE, que realizará su próxima reunión de política dentro de exactamente dos semanas.
Los funcionarios encabezados por el presidente Mario Draghi no han descartado anunciar una reducción gradual de las compras de activos en dicha reunión. Sabine Lautenschläger, integrante del Comité Ejecutivo, dijo esta semana que junio “podría ser el mes para decidir de una vez por todas” poner fin al programa, señalando el crecimiento económico fuerte y resiliente.
Un grupo de indicadores recientes pone en tela de juicio esa visión, en tanto da a entender, por el contrario, que el impulso podría estar disminuyendo. Cualquier debilitamiento podría verse exacerbado por un golpe a la confianza derivado de la persistente crisis política de Italia. Otros riesgos a la baja son una disputa comercial internacional o un impasse entre EE.UU. y Corea del Norte.
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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tituló su más reciente evaluación económica “Risks Loom Large” (Los riesgos se ciernen amenazantes), pero esta semana emitió proyecciones optimistas. Prevé que el crecimiento de la eurozona será de 2,2 % este año, en tanto la inflación promediará 1,6 %. En lo que los funcionarios seguramente considerarán una buena noticia, el organismo con sede en París dijo que, como consecuencia de la creación de empleo y la escasez de mano de obra, hubo “señales claras de que los salarios finalmente están subiendo”.
La caída del desempleo, sobre todo en países afectados por la crisis como España, ha contribuido a impulsar los salarios y supuestamente continuará apuntalando el consumo. El desempleo en la eurozona cayó a 8,5 % en abril, mostró otro informe este jueves. Esto se compara con un 9,2 % un año atrás.