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Cuando Charles Phillips anunció en octubre pasado que dejaba su puesto en la Presidencia de Oracle, el gigante estadounidense del software, para unirse a sus competidores de Infor, muchos alzaron sus cejas: ¿por qué dejaría uno de los cargos más anhelados en la industria tecnológica para hacerse cargo de una compañía con apenas ocho años en el mercado y una larga lista de adquisiciones estratégicas?
Pero los expertos, y el mismo Phillips en concreto, sabían que su llegada no sólo posicionaría a Infor en la industria, también consolidaría sus planes de expansión mundial. De hecho, desde su creación en 2002 hasta la actualidad, esta compañía con sede en Georgia se ha convertido en el tercer desarrollador mundial de aplicaciones (calando muy bien en el sector de software corporativo), con más de 70.000 clientes en 125 países y ganancias que sobrepasan los US$2.000 millones.
“Charles Phillips tiene el bagaje, el conocimiento, las conexiones para hacer realidad el sueño de los inversionistas de doblar nuestro tamaño”, comenta Ignacio Moitta, su vicepresidente para América Latina, región en la que ha desplegado oficinas fijas en México, Argentina y Brasil (operan en los demás países a través de canales).
Su presencia en Colombia se ha dado en los más altos niveles, pues empresas de la talla de SAB Miller, Corona, Challenger, Grupo Team, Alquería y el Grupo Nacional de Chocolates trabajan hoy en día con aplicaciones diseñadas especialmente para sus necesidades.
“La estabilidad política de Colombia nos está dando rendimientos financieros. Y también nos favorece su posición geoestratégica, por sus dos costas. Hoy en Día, junto a Perú, son nuestros mercados con mayor crecimiento”, asegura Rafael Cartaya, director regional de Infor para América Latina.
El 2010 le dejó a la compañía un crecimiento del 50% en su facturación regional, sin embargo, este conglomerado ha entendido que el mercado del software corporativo está cada vez más saturado. “Nuestro futuro es elaborar aplicativos específicos para nuestros clientes”, explica Cartaya, quien añade que el actual proceso de compra del diseñador de software ERP Lawson, una operación que ascendería a US$1.800 millones, es crucial para cerrar 2011 con cifras positivas.
“Es una compra que nos convertiría en una compañía valorada en US$3.800 millones”, sentencia Cartaya.