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La base de la pirámide y su potencial como consumidor. Ese es el tema central de uno de los foros económicos más importantes en América Latina del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que tendrá lugar este jueves 6 de junio en Medellín. Por eso, Luiz Ros, representante gerente del Sector de Oportunidades para la Mayoría del BID, quien tiene a su cargo la responsabilidad de promover y coordinar las actividades correspondientes a este nicho, destaca por qué hay que hacer cambios de fondo en los modelos de negocio para atender esta creciente población.
Privados y públicos en una sola escena...
Lo que estamos armando es una plataforma regional de diálogo sobre un tema que ha crecido mucho y es cómo el sector privado mira los negocios de la base de la pirámide. Nosotros como banco de desarrollo les ayudamos a pensar sobre la generación de productos de calidad para que lleguen a esa base. Siempre se piensa que es el sector público el que debe atender a los más pobres, por eso estamos trayendo casos de éxito de Brasil, México, Ecuador, Perú y Chile, donde las empresas ya miraron ese nicho para crecer.
Traen un caso de éxito brasilero para explicarlo en detalle ¿De qué se trata?
Llegamos a 45 operaciones en 18 países de América Latina con más de US$250 millones, es una operación regional. Brasil ha incluido a 30 millones de personas de clase media baja y ha creado demanda grande de productos y servicios para atender esta masa. Ahí estamos mirando cómo atender vivienda, educación y entrenamiento para que las empresas entren. Apoyamos una empresa en Brasil, parte norte, donde está la población de menos recursos, y es un banco pequeño que lleva crédito a las pequeñas tiendas en las áreas remotas. El banco lo que hace es usar la capilaridad de los distribuidores para llevar los servicios financieros a las tiendas. Es un modelo innovador, porque las tiendas muchas veces no tienen cuenta bancaria y relación con el sistema financiero.
¿Cómo están respondiendo los empresarios? Al final también resultan muy beneficiados...
Hasta ahora están mirando este mercado, porque se pensaba que no tenía poder de compra. Ya vieron que tiene disposición de pagar. El poder de compra anual es de US$500.000 millones, entonces es un mercado que debe ser atendido por la empresa privada. Los empresarios están entendiendo la dinámica social. Muchas veces se piensa que en los barrios bajos todos son pobres y no es así, hay gente con poder de compra. No se trata de modificar la calidad de los productos, bajarla y venderle a ese nicho. Eso no funciona. Lo que hay que hacer es entender ese mercado.
Los productos que consumen las clases bajas no son tan buenos y la rentabilidad no es tan alta para las empresas...
El modelo de negocio tradicional es de altos márgenes de retorno para bajos volúmenes. Pero en la base de la pirámide hay que invertir esta ecuación: debe ser alto volumen y bajos márgenes. La cantidad aquí te compensa. Y cuando logran hacer productos de buena calidad a la base, luego te será más fácil llevar productos de buena calidad a la clase media y alta.
En Colombia más del 70% lo generan las pyme. ¿Están incluidas en el objetivo del BID?
Muchas veces son las pyme las que están entre los barrios pobres. Muchos de los modelos más innovadores están en ellas. Es crecer desde un nuevo enfoque. Hay que aprovechar la proximidad con el cliente y muchas de estas pymes tiene la credibilidad que no tiene las grandes empresas en la población de bajos recursos.
¿Por qué Medellín?
Queremos decirles a los empresarios que sean innovadores en sus propuestas para la base de la pirámide. Y Medellín es eso, innovación. Tiene un empresariado muy emblemático y comprometido con la inclusión social.
Macroeconómicamente hablando Europa sigue golpeada, Estados Unidos hasta ahora empieza a tomar rumbo y Asia se desacelera. ¿Cuál es el potencial que usted ve en América Latina dentro de ese panorama?
Esta sigue siendo la década de América Latina. Se hicieron todas las reformas macroeconómicas importantes desde el punto de vista de los recursos naturales para asegurar que nuestros activos ambientales son bien cuidados. La sociedad civil organizada tuvo un papel importante en todo eso. La inclusión social que acontece en la última década y que sigue pasando creará una sociedad latinoamericana muy fuerte desde el punto de vista del mercado doméstico que nos va a ayudar a lidiar todas estas crisis del mercado global de una forma mucho más sostenible. Si logramos seguir con la inclusión social y que el sector privado sea parte importante de sus crecimientos económicos y de su innovación, a partir de servir a los grupos de más bajos ingresos, vamos a lograr en las próximas décadas un crecimiento que hará de nuestra región una muy diferente a la que tenemos hoy, con más potencial y mayor importancia.
ebohorquez@elespectador.com
@EdwinBohorquezA