Publicidad

La caída de los tigres

John Sigelman y Knut Hammarskjold, los hombres que planearon el soborno a Ecopetrol, perdieron sus empleos como presidentes de multinacionales y consejeros de fondos por el escándalo en Colombia.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
David Mayorga
17 de enero de 2014 - 10:14 p. m.
Desde 2009, PetroTiger se convirtió en proveedora de servicios petroleros en Colombia. / Archivo
Desde 2009, PetroTiger se convirtió en proveedora de servicios petroleros en Colombia. / Archivo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Era, a toda vista, un país en el que había que invertir. Así lo entendieron John Sigelman y Knut Hammarskjold en 2007, dos empresarios que aterrizaron en Colombia con el objetivo de participar en el naciente boom petrolero del país, ese que comenzó a configurarse en 2003 con la reforma a la ley que les permitió a firmas extranjeras acompañar a la estatal Ecopetrol en la exploración de nuevos pozos.

Pero ambos sabían que era más fácil ganar dinero prestando servicios asociados a los trabajos de perforación y producción. Ese conocimiento lo adquirieron, más allá de la Universidad de Princeton, en sus años de trabajo en el área de banca de inversión de Goldman Sachs y Morgan Stanley, donde aprendieron tanto la dinámica de los fondos de inversión como los vericuetos de las transacciones con recursos naturales.

Su alto perfil les ayudó, además, con la tarea de abrirse un espacio en la industria colombiana. Para su aterrizaje en Bogotá, Sigelman había sido reconocido en 2005 por la revista Business Week como uno de los empresarios más sobresalientes de Asia, gracias a Office Tiger, la firma que fundó en 1999 y que proveía consultoría a diversas industrias. Su socio, por su parte, invirtió en varias firmas de inversión y de comercio de recursos en países emergentes como Sudáfrica y Afganistán.

En 2008, mientras Sigelman era reconocido por el Foro Económico Mundial como uno de los más relevantes líderes jóvenes, fundaron PetroTiger, la firma de servicios petroleros con la que se harían un nombre en Colombia. La idea no tardó en llamar la atención de fondos locales y externos que la capitalizaron con US$45 millones para participar, con el 95% de las acciones, en el millonario negocio.

Pero la historia tomó un curso diferente en 2010, cuando la junta directiva notó graves irregularidades de administración que, además de causar su retiro como copresidentes, fueron la base de una investigación posterior del Departamento de Justicia de EE.UU. en la que se descubriría el pago de un soborno para obtener un jugoso contrato con Ecopetrol.

Desde su arresto, a inicios del presente año, sus nombres han caído en desgracia: Sigelman, que convirtió a la filipina Atlantic, Gulf & Pacific en una de las principales proveedoras de estructuras modulares para petróleo en el Sudeste asiático, fue relevado la semana pasada en la presidencia por Marcial Morales, su antiguo director de finanzas.

El de Hammarskjold, por otra parte, se ha convertido en un nombre poco deseado. A pesar de que registra como fundador de Oxiana Capital, firma que comercia con recursos naturales desde EE.UU., fue removido del puesto de asesor global de la junta directiva del fondo privado estadounidense Panamax Capital.

 

dmayorga@elespectador.com

Por David Mayorga

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.