La CCA cerró sus puertas

Luego de 41 años de operaciones, la Compañía Colombiana Automotriz (CCA) dejó de fabricar vehículos. Bajo uso de la capacidad instalada y pérdida de competitividad llevaron a los directivos de Mazda a tomar una decisión con la que quedarán cesantes cerca de 500 trabajadores.

Héctor Sandoval Duarte
03 de mayo de 2014 - 01:40 p. m.
 Fabio Sánchez, presidente de la Compañía Colombiana Automotriz (CCA).  / El Espectador
Fabio Sánchez, presidente de la Compañía Colombiana Automotriz (CCA). / El Espectador

Desde marzo de este año fuentes de la Compañía Colombiana Automotriz (CCA) -ensambladora de la japonesa Mazda- habían dicho a este diario que los directivos estaban planeando cerrar la fabricación de vehículos el 30 de abril de 2014 dadas las dificultades que estaba comenzando a atravesar la firma. Esa fecha se cumplió ayer, cuando la CCA confirmó el cierre de sus operaciones en el país tras más de 30 años de actividades (sus orígenes se remontan a la alianza de la firma Leonidas Lara e Hijos con la italiana Fiat y el Instituto de Fomento Industrial en 1973).

“A pesar de los esfuerzos por sostener su actividad industrial, la Compañía Colombiana Automotriz (CCA) decidió terminar su operación de ensamblaje en Colombia”, informó la firma a través de un comunicado. El cierre de la planta, localizada en Bogotá y que tiene aproximadamente 500 empleados, según los directivos de la compañía atiende una revisión de competitividad global hecha por Mazda Motor Corporation (cuya casa matriz se encuentra en Japón).

“Ese análisis incluyó una revisión del modelo de operación y de sus plantas de producción alrededor del mundo y en Colombia. Mazda determinó que sus operaciones seguirán bajo un modelo basado en importación de todo su portafolio de vehículos”, explicó la CCA.

Pocos meses antes del cierre de operaciones, la ensambladora venía fabricando apenas 60 automóviles Mazda al día lo cual se traducía en un uso de un 30% de la capacidad instalada. Tan sólo hace una década, la CCA también tenía en su línea de montaje automotores Ford y Mitsubishi. Asimismo, el presidente de la compañía, Fabio Sánchez, había dejado claro que parte del futuro de la planta dependía de los directivos de Mazda en Japón.

“Hay dos fuertes impactos: uno es laboral y el otro, está asociado a los fabricantes nacionales de autopartes”, comentó el presidente de Asopartes, Tulio Zuloaga quien señaló que la CCA había venido realizando despidos graduales entre sus empleados algunos meses atrás. “El mensaje es muy claro, el sector está en problemas. El Estado no le ha puesto cuidado”.

Bajo este panorama, los trabajadores asociados a los fabricantes de autopartes están pagando los platos rotos. En el caso de Mazda, estos últimos eran los proveedores de algunos elementos como baterías, partes de suspensiones y también de componentes del sistema de frenos.

El cierre de las operaciones de la CCA, se da en medio de un contexto en el que la industria automotriz del país busca dejar atrás sus balances negativos a través de estrategias como la reconversión de las plantas y la diversificación de exportaciones. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en febrero de este año la producción del sector se contrajo 5,7% (tan sólo entre el segundo mes de 2013 e igual lapso de 2014, las industrias de vehículos cayeron 23,1%).

“El sector ha sido muy golpeado en los últimos años. Sin embargo, al igual que otros subsectores, tiene posibilidades de recuperación ya que los fabricantes han hecho inversiones. Una mejor tasa de cambio (dólar) hace ver mejores perspectivas en medio de un contexto complejo”, comentó el presidente de Fedesarrollo, Leonardo Villar Gómez.

“Mazda llevará su planta a México; los carros se importarán de allá. Lo que ofrece Colombia en el sector poco les sirve a las ensambladoras para quedarse. Perdimos la oportunidad que teníamos para doblar su industria automotriz”, dijo Oliverio Enrique García, presidente de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos) quien señaló que parte de las dificultades del sector recaen sobre las políticas industriales del Gobierno.

Pese a la decisión, Mazda sostuvo que la presencia de la marca en el país “está plenamente garantizada” y que “se continuará con los planes de fortalecimiento y ampliación de portafolio de vehículos y servicios”. En cuanto al despido de los empleados, la CCA sostuvo: “A los colaboradores de la compañía se les ha ofrecido un plan de retiro que contempla excelentes beneficios económicos y varias opciones de acompañamiento profesional encaminado a facilitar su proceso de reubicación laboral”.

 

 

hsandoval@elespectador.com

@hector_sandoval

Por Héctor Sandoval Duarte

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