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Los precios del petróleo se han mantenido en una trayectoria a la baja por cuenta de las presiones sobre la economía global que está ejerciendo la incertidumbre por la guerra comercial impulsada por Donald Trump en EE.UU.
Esta es apenas una de las malas consecuencias de las presiones internacionales sobre el mercado petrolero. Las otras incluyen una baja en la demanda global de crudo, sumada a un aumento en las proyecciones de producción, de acuerdo con el más reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
De acuerdo con el documento de la AIE, la demanda se contraerá en unos 350.000 barriles diarios para el resto del año, una de las rebajas más drásticas en proyecciones recientes.
Así mismo, la Agencia espera que la producción se incremente en unos 1,6 millones de barriles diarios, llegando así a 104,6 millones de barriles por día a nivel global.
El efecto combinado de estas dos presiones sería el continuo hundimiento de los precios internacionales del petróleo. Esto representa algunas oportunidades para consumidores de gasolina o viajeros en todo el mundo, pero en el fondo es una noticia macro no tan alentadora cuando se le mira desde el punto de vista de las finanzas nacionales.
Para el caso de Colombia, que proyectaba un petróleo Brent por encima de US$74, los niveles actuales (que rondan los US$65) significan una baja drástica en los ingresos de Ecopetrol y, por esta vía, en las arcas del Estado. Esto se da justamente en un tiempo de crisis fiscal, en la que el recaudo tributario puede no cumplir las metas y forzar así más recortes presupuestales.
La Agencia concluye que con los elementos que están en juego en este momento se está preparando un escenario en los que habrá un desbalance más fuerte en las piezas fundamentales del mercado petrolero, introduciendo más incertidumbre en la economía global.
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