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La economía de la fantasía: “Los anillos de poder” y “La casa del dragón”

Las nuevas megaseries de fantasía de Prime Video y HBO Max son motores que revitalizan todo un segmento del entretenimiento, que incluye librerías y creadores de contenido en línea. Pero también pueden ser una apuesta para llevar las batallas del ‘streaming’ más allá de la frontera de los superhéroes.

Santiago La Rotta
03 de septiembre de 2022 - 02:00 a. m.
“Los anillos de poder” y “La casa del dragón”. / Getty Images
“Los anillos de poder” y “La casa del dragón”. / Getty Images
Foto: Mario Fernando Rodríguez

Esta semana, con el estreno de Los anillos de poder, Prime Video se juega una carta tan poderosa, como costosa, en las batallas del streaming de contenido.

La serie está basada en la obra de J.R.R. Tolkien, el maestro detrás de El señor de los anillos. Aunque no sigue los eventos de esa saga, sino que se sitúa unos 3.000 años atrás, en la Segunda Era de la Tierra Media. Para referencia, la saga de Frodo y su misión para destruir el Anillo Único, que está en las películas dirigidas por Peter Jackson, sucede en la Tercera Era.

Esto trae desafíos narrativos para los creadores de la serie, pues no se pueden apoyar en buena parte de los personajes que ya conoce la audiencia (varios están a miles de años de nacer, como Aragorn, o están en otros asuntos). Además, implicó comprar los derechos de obras como El silmarillion o Los cuentos inconclusos, textos de Tolkien en los que el autor se adentra en los sucesos anteriores a la Guerra del Anillo de Frodo y compañía.

Y por acá es que entramos a la parte costosa de la ecuación. Según varios reportes, Prime Video invirtió unos US$250 millones sólo para adquirir los derechos de estas obras y poder comenzar a adaptarlas para una serie que tiene proyectadas cinco temporadas; la segunda, al parecer, ya cuenta con luz verde para entrar en la fase de producción.

Para producir la primera temporada, la compañía invirtió más de US$450 millones, de acuerdo con cifras reportadas por The Wall Street Journal. Sumadas ambas cantidades, el costo de la primera temporada excede los US$700 millones, lo que lleva a pensar que toda la serie, una vez esté concluida (si, en efecto, las cinco temporadas ven la luz), superará cómodamente los US$1.000 millones.

La cifra llevaría a la serie al primer lugar entre las producciones más costosas hechas para televisión (acá la palabra se refiere al streaming y no a la televisión abierta).

El estreno de Prime Video llega tan sólo un par de semanas después de que HBO Max comenzara a emitir La casa del dragón, una serie que sigue una de las historias en el universo narrativo de George R.R. Martin, a su vez autor de la saga en la que se basó Juego de tronos, uno de los productos más exitosos de HBO.

Para tener un punto de comparación, el costo de producción de esta serie se estima, en total, entre US$150 millones y US$200 millones. A su vez, otras producciones originales de Prime Video palidecen frente al costo de Los anillos de poder, por ejemplo The man in the high castle (US$107 millones), Sneaky Pete (US$93 millones), Jack Ryan (US$64 millones), por nombrar algunas.

La economía de la fantasía

Aunque estos proyectos difieren enormemente en alcance y presupuesto, los estrenos son el equivalente a un terremoto en el mundo de la fantasía. Este hoy excede por mucho el espectro de lo literario para cubrir territorios que, obvio, abarcan el merchandising, pero también la producción de podcasts y videos y, con ellos, la supervivencia de cientos de creadores de contenido alrededor de estas poderosas sagas.

“Sí se perciben tendencias alrededor de estos estrenos. El último gran ejemplo fue con la película Duna el año pasado. Ahí se disparó la venta de la novela y de otros libros de la saga”, cuenta Felipe López, dueño y fundador de Mirabilia, una de las pocas librerías en Colombia dedicadas a la venta de obras de ciencia ficción y fantasía.

López asegura que La casa del dragón no ha impulsado ventas aún, pero sí ha revivido el interés en los lectores, “que volvieron a preguntar por los libros de Martin, cosa que no pasaba hace rato”.

El interés es un asunto clave porque, de fondo, ambas sagas tienen seguidores, y detractores, de culto. El fandom alrededor de ellas es poderoso, independientemente de los vientos en las batallas del streaming. Lo que sí resulta cierto es que estos grandes estrenos en plataformas traen nuevos interesados a una conversación que tiene tanto de ancho, como de profundo.

Es algo que ha experimentado In Deep Geek, por ejemplo, un creador de contenido del Reino Unido (principalmente con canal de YouTube y página de Patreon) que analiza a fondo la mitología y las historias detrás de los universos de Martin y Tolkien, entre otros temas.

Poco antes de que HBO debutara su desarrollo sobre la historia de los Targaryen (la dinastía de amos de Westeros que dominó el poder de los dragones), su canal de YouTube y, más importante aún, su página de Patreon ha experimentado un crecimiento sostenido.

Hay que aclarar que el contenido producido por este youtuber suele ser más especializado del que, quizá, le puede interesar a una audiencia más general. Pero, de fondo, lo que la experiencia del canal refiere es que hay más personas llegando a la conversación gracias al movimiento tectónico que generan las series.

En la experiencia de López, la serie de Prime Video no había generado, hasta el momento, un mayor interés en la obra de Tolkien, “lo que me hace especular que ocurre luego de vistos uno o dos capítulos, no tanto en anticipación”.

El librero hace una diferenciación que también ayuda a entender un poco mejor el mercado: “son productos diferentes: La casa del dragón está vinculada a la serie superexitosa que más gente tiene presente; la de los anillos dice más Tolkien que Peter Jackson, y eso hace pensar un poco al público nuevo. Y esto sucede no por Tolkien precisamente, sino porque igual se trata de una obra con más de 50 años de historia y el público más joven quiere ver cosas más recientes, tiene una relación conflictiva con la historia en general”.

Además de las olas que generan estos estrenos en otros sectores del entretenimiento, las apuestas de Prime Video y HBO Max bien pueden definir una nueva era en las guerras del streaming al abrir un nuevo filón de explotación, adaptación y utilización del contenido: no tanto superhéroe (te hablan, Marvel), pero sí quizá fantasía.

Y esto sucede en momentos en los que, por primera vez, el streaming superó en consumo a la televisión abierta y por cable en EE. UU., según cifras reportadas por la firma Nielsen para julio de este año.

El mundo de la fantasía en cifras

100 millones de dólares costó, en promedio, cada episodio de “Juego de tronos”.

175 millones de usuarios registrados tiene Amazon Prime a nivel global.

2.991 millones de dólares fue la taquilla de la trilogía de “El señor de los anillos”, dirigida por Peter Jackson.

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