La importancia de la reputación empresarial

Por lo menos el 80% de las decisiones que toma una persona a diario están mediadas por consideraciones emocionales. De ahí que en el mundo empresarial también sea necesario tener en cuenta las percepciones que se generan, pues sobre ellas se construye la reputación de cada compañía.

Y, ¿por qué es importante la reputación empresarial? William Pullen, experto chileno en el tema, lo pone en términos claros para cualquier empresario: se generan beneficios económicos si se sabe gestionar.

Pullen, director de Reputation Institute de Chile, estuvo en Colombia en el marco del primer Seminario de reputación corporativa que se realizó en Bogotá.

Ante los empresarios asistentes, Pullen planteó que una buena reputación empresarial fortalece las conductas de apoyo, lo que en la cotidianidad se traduce en que sus empleados trabajan con empeño, el banco brinda créditos, el Gobierno está dispuesto a apoyarlo, y las demás compañías lo consideran como una opción de alianza.

Sin embargo, no es tan simple como suena. Actualmente hay un flujo muy alto de información y en esa medida, cada vez la gente se blinda más contra los mensajes a los que está expuesta. En esa medida el reto de las compañías es tocar las fibras emocionales de sus clientes, claro está, manteniendo un equilibrio entre información y emoción, pues la reputación siempre se basa en un modelo de negocios serio.

Sin embargo, en el contexto actual, la reputación adquiere una dimensión diferente.

Pullen asegura que después de la crisis generada por las subprime, los derivados, los niveles de riesgo que no estaban declarados, etc., el mundo quedó inmerso en una “crisis de confianza, y si lo pudiésemos decir de una forma, también una crisis reputacional en el sistema de la banca”.

Por eso, ahora es necesario privilegiar la sostenibilidad de las compañías y depurar el modelo, y, posteriormente, tener bases sólidas para construir reputación.

La situación se puede ejemplificar con los países. Pullen observa con optimismo el hecho de que Colombia realice seminarios sobre reputación, pues ello evidencia que el tema está presente en la agenda de los empresarios. Sin embargo, explica que es lógico que otros países de la región aún no se preocupen por el tema, en tanto que luchan por sobrevivir a la crisis.

“Es el caso de Argentina, que con la estatización de los sistemas de pensiones se convirtió en uno de los países más riesgosos de todo el mundo, en muy poco tiempo. Sucede del mismo modo con las empresas, los sistemas, los bancos, etc.”.

Tras su estadía en el país, Pullen señala que Colombia y su plataforma reputacional tienen un enorme potencial, y concluye: “Me da la impresión de que lo que sucede es que todavía no tienen la fuerza para poder expresarse”.

Por lo menos el 80% de las decisiones que toma una persona a diario están mediadas por consideraciones emocionales. De ahí que en el mundo empresarial también sea necesario tener en cuenta las percepciones que se generan, pues sobre ellas se construye la reputación de cada compañía.

Y, ¿por qué es importante la reputación empresarial? William Pullen, experto chileno en el tema, lo pone en términos claros para cualquier empresario: se generan beneficios económicos si se sabe gestionar.

Pullen, director de Reputation Institute de Chile, estuvo en Colombia en el marco del primer Seminario de reputación corporativa que se realizó en Bogotá.

Ante los empresarios asistentes, Pullen planteó que una buena reputación empresarial fortalece las conductas de apoyo, lo que en la cotidianidad se traduce en que sus empleados trabajan con empeño, el banco brinda créditos, el Gobierno está dispuesto a apoyarlo, y las demás compañías lo consideran como una opción de alianza.

Sin embargo, no es tan simple como suena. Actualmente hay un flujo muy alto de información y en esa medida, cada vez la gente se blinda más contra los mensajes a los que está expuesta. En esa medida el reto de las compañías es tocar las fibras emocionales de sus clientes, claro está, manteniendo un equilibrio entre información y emoción, pues la reputación siempre se basa en un modelo de negocios serio.

Sin embargo, en el contexto actual, la reputación adquiere una dimensión diferente.

Pullen asegura que después de la crisis generada por las subprime, los derivados, los niveles de riesgo que no estaban declarados, etc., el mundo quedó inmerso en una “crisis de confianza, y si lo pudiésemos decir de una forma, también una crisis reputacional en el sistema de la banca”.

Por eso, ahora es necesario privilegiar la sostenibilidad de las compañías y depurar el modelo, y, posteriormente, tener bases sólidas para construir reputación.

La situación se puede ejemplificar con los países. Pullen observa con optimismo el hecho de que Colombia realice seminarios sobre reputación, pues ello evidencia que el tema está presente en la agenda de los empresarios. Sin embargo, explica que es lógico que otros países de la región aún no se preocupen por el tema, en tanto que luchan por sobrevivir a la crisis.

“Es el caso de Argentina, que con la estatización de los sistemas de pensiones se convirtió en uno de los países más riesgosos de todo el mundo, en muy poco tiempo. Sucede del mismo modo con las empresas, los sistemas, los bancos, etc.”.

Tras su estadía en el país, Pullen señala que Colombia y su plataforma reputacional tienen un enorme potencial, y concluye: “Me da la impresión de que lo que sucede es que todavía no tienen la fuerza para poder expresarse”.