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La madera, todo un campo de oportunidades

El proyecto Villanueva de Refocosta representa lo que se puede hacer en Colombia con esta industria.

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Ricardo Gutiérrez Zapata / Villanueva (Casanare)
30 de mayo de 2009 - 10:00 p. m.
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Guido Gasca habla de las particularidades del proyecto forestal Villanueva como quien lo hace de la casa donde ha vivido durante los últimos 28 años.

Es que este ingeniero forestal de la Universidad del Tolima conoce a la perfección los riachuelos que atraviesan los terrenos, los cercos que separan cada uno de los lotes, pero sobre todo a los cerca de 3,1 millones de árboles que hay plantados en este lugar.

Es más, se puede decir que este caleño ha participado de alguna manera en la plantación de todos y cada uno de estos árboles que hoy ocupan 2.250 de las 3.500 hectáreas que la firma Refocosta posee en este sector del departamento de Casanare.

Llegó al proyecto de Villanueva al mismo tiempo que éste se creó, en 1981. Desde ese instante y por los últimos 28 años, ha estado al tanto de todo lo que sucede en esta región que se ubica en el Piedemote Llanero. “Cuando llegué me quedaba hasta dos meses sin salir de acá; ahora lo hago cada viernes. Hay que tener en cuenta que cuando llegué no había vías sino trochas y un viaje hasta Villavicencio podía durar varias horas, sobre todo si era en época de invierno”.

Hoy por hoy Refocosta es la tercera empresa reforestadora más importante de Colombia y la primera en producción de madera para aserrío. Posee cultivos en Magdalena y Casanare, y centros de producción en estos departamentos y Risaralda. Mientras en las plantaciones han invertido cerca de US$25 millones, en el campo industrial éstas ascienden a los US$3 millones. Gracias a su infraestructura, la firma ha logrado vender sus productos a través de grandes superficies como Homecenter, pero también mediante ventas directas a los pequeños empresarios del sector.

De acuerdo con Ernesto Gutiérrez Aparicio, presidente de Refocosta, el éxito en la comercialización es sorprendente, “lo que demuestra que este es un negocio sensible a la oferta”.

El ejecutivo agrega que la clave para penetrar estos mercados ha sido la posibilidad de estandarizar los productos que venden, poseer la capacidad de suministro de material constante, pero sobre todo, “garantizarles a los clientes que están adquiriendo madera cultivada, renovable y sembrada bajo todos los parámetros exigidos por la Ley”.

Sus palabras son respaldadas con el certificado de cadena de custodia recientemente otorgado por el Consejo Mundial de los Bosques (FSC) por intermedio de Rainforest Alliance/SmartWood. También con la estructuración del proyecto para la captura de gas carbónico que espera ser transado en la Bolsa de Chicago.

Pero más allá de los documentos, personajes como Guido Gasca, director de la región Orinoquia de Refocosta, o Antonio Villa, coordinador de sostenibilidad de la empresa, enseñan con orgullo las cerca de 500 hectáreas en bosques nativos que posee la compañía en Villanueva, lo que no sólo permite la presencia de miles de especies de flora y fauna (como armadillos, venados y cientos de aves), sino que el acueducto del municipio casanareño se surte con el agua de una de las quebradas que nace en predios de esta empresa. Incluso, la firma donó el terreno donde hoy funciona la planta de tratamiento para el vital líquido.

A pequeña escala, lo que se da en Villanueva se puede replicar en el resto de Colombia. En este lugar se cultiva, se cosecha y se transforman los árboles en productos terminados. Expertos como Ricardo Hausmann, de la Universidad de Harvard, y quien fue contratado por la Consejería Presidencial para la Productividad y Competitividad, afirmó en 2007 que el sector forestal es uno de los tres más promisorios del país.


La disponibilidad de tierras y de agua, así como el clima se constituyen en dos ventajas comparativas que podrían poner a Colombia en el mismo nivel competitivo de países que son potencia del sector maderero como Chile y Brasil.

De eso también está convencido Gutiérrez Aparicio, quien señala que en la actualidad sería vital contar con un marco legal establecido para generar mayores inversiones en esta cadena productiva. Tras la caída de la Ley Forestal a raíz del fallo de la Corte Constitucional, se trabaja en una ley que únicamente se ocupe de las plantaciones y que ya está en trámite en el Congreso de la República.

Sólo con los planes que tiene Refocosta se requerirían inversiones de entre US$50 y US$100 millones, que podrían provenir de socios nacionales o extranjeros.

Es tal la seguridad del ejecutivo en su proyecto, que el año pasado logró convencer a José Luis Romero de retornar al país para involucrarse en la empresa. Durante 14 años, este ingeniero forestal de la Universidad Estatal de Carolina del Norte laboró en Estados Unidos como consultor, en mejoramiento tecnológico de especies maderables y en biotecnología forestal. “Mi apuesta es total por este sector, hasta me traje a mi esposa gringa. Colombia lo tiene todo para ser un gran jugador. Los extranjeros que traemos acá siempre quedan boquiabiertos al observar la cantidad de tierras que tenemos disponibles para el cultivo de árboles como teca, varias especies de eucalipto y pino”.

Este mismo tipo de árboles se plantan en Villanueva, y allí el mejoramiento genético es fundamental. Diferentes programas con instituciones como el Ministerio de Agricultura y la Universidad Católica de Oriente han permitido seleccionar los mejores individuos para sacarles provecho.

“Esto es parecido a la ganadería, seleccionamos los mejores, los más fuertes, y de allí extraemos material para los nuevos sembrados”. Allí reaparece Guido, quien con emoción enseña en el vivero plantas de escasos centímetros que son las descendientes de 48 pinos traídos desde Honduras y de 100 eucaliptos provenientes de Papúa Nueva Guinea que desde hace dos décadas han sido cultivados en Villanueva.

En sus manos han estado tanto padres como hijos. “La técnica es similar a la que utilizaban las abuelas de sembrar los piecitos. Gasca abandona el lugar para dirigirse a otro de los puntos de esta compañía, con el convencimiento de que quiere hacerla crecer, como quien anhela ampliar su casa.

El gremio busca tener vocería: Fedemaderas

En diciembre de 2003 nació la Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemadera), con dos objetivos fundamentales: servir como interlocutor del gremio y generar los espacios para el mejoramiento de la competitividad del sector, mediante la capacitación de los empleados de las empresas afiliadas.

Según Alejandra Ospitia Murcia, directora ejecutiva de la entidad, en el primer campo están pendientes de un proyecto de ley de plantaciones forestales que ya surtió dos debates en Cámara y hoy se encuentra en la Comisión Quinta del Senado. En cuanto al tema de la capacitación, van de la mano con el Sena.

Por Ricardo Gutiérrez Zapata / Villanueva (Casanare)

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