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En el marco del Foro Internacional por la Transformación del Trabajo, el cual a su vez se realiza ad portas de comenzar el debate de la reforma laboral, la representante de la dirección de Empleo, Trabajo y Asuntos sociales de la OCDE, Veerle Miranda, hizo un llamado al gobierno para acabar con los contratos abusivos en Colombia.
Este concepto hace referencia a todo tipo de contratación (o falta de la misma) que implica condiciones que van en contravía de los derechos de los trabajadores, como lo son todos aquellos que orbitan a la formalidad, es decir, acceso a salud, pensión, caja de compensación, estabilidad laboral, vacaciones y un salario justo.
Hay que recordar que la informalidad es parte de las principales problemáticas que tiene el mercado laboral colombiano, pues casi seis de cada diez trabajadores en el país laboran en esta condición. A esto se suma la subcontratación, que se ha convertido en una suerte de gris legal mediante el cual algunas compañías evaden responsabilidades.
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“Invitamos al gobierno a prohibir los contratos sindicales y todas otras formas de contratación abusiva, mientras se espera la aplicación de la reforma, se debe hacer un control y uso de esos contratos, los cuales son cruciales para garantizar los derechos laborales y sindicales de los trabajadores afectados. Garantizar la investigación de este tipo de subcontrataciones, especialmente en las zonas rurales, resolver oportunamente las investigaciones e imponiendo multas, hacer el cobro respectivo de las multas pendientes y exigir a las empresas a que formalicen a los empleados que trabajan en régimen de subcontratación abusiva para dar acceso a todos los derechos laborales básicos”, dijo Miranda.
La reforma laboral, que comenzará su debate en el Congreso en los próximos días, ha sido cuestionada por sectores empresariales e incluso desde la academia, pues todos estos estándares de formalización (aseguran) elevarían los costos de contratación, lo que implicaría recortes de personal, pérdida de capacidad de nuevas contrataciones, la migración de la formalidad a la informalidad o, en últimas, el cierre de las empresas más golpeadas.
Algunos expertos en la materia, como directores de observatorios laborales, aseguran que si bien la reforma va en camino de lo que recomiendan organizaciones como la OCDE y la OIT, puede que no sea este el momento más apropiado para ejercerlas, pues el panorama económico por el que atraviesa el país no es el mejor, lo que implicaría una sobrecarga para el tejido empresarial colombiano.
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“La reforma laboral constituye una excelente oportunidad para aplicar las normas internacionales del trabajo, para poner en práctica el trabajo decente y para avanzar a través del diálogo social y tripartito, en el logro de la justicia social y para ello seguirán contando con el apoyo de la OIT”, sostuvo María Laura Fino, quien es la especialista de Normas Internacionales de Trabajo de la OIT.
Esta profesional también destacó los 61 convenios que ha ratificado Colombia ante la OIT, en donde destacan aspectos como la libertad sindical, el trabajo doméstico,la igualdad de oportunidades y de trato, así como la inspección del trabajo, la seguridad y salud en el trabajo.
Por su parte, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, señaló que “las reformas - incluyendo la pensional - tienen el respaldo tanto de la OCDE como de la OIT, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, porque estos proyectos recogen las recomendaciones de los estándares internacionales que ellos están colocando. Por ejemplo, la OCDE no solo dice que la tercerización profundiza la desigualdad y la pobreza, sino que además hay que prohibir las cooperativas de trabajo asociado, los pactos colectivos y contratos sindicales y en el mismo sentido, lo ha recomendado la OIT que es lo que está expresando nuestro proyecto de reforma laboral”.
Se espera que el lunes se radique la reforma pensional, la cual se unirá al debate en el Congreso con la reforma laboral. Dos grandes discusiones que tienen a los trabajadores en el centro del asunto. Una oportunidad para mitigar los daños históricos que tiene el mercado laboral colombiano.
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