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Esconder la mercancía dentro de la ropa, en bolsos o sofisticados maletines; hacerse pasar por una embarazada para encubrir productos, e, incluso, usar desactivadores y emplear bolsas y tiquetes falsos para despistar a los guardias de seguridad, son sólo algunas de las modalidades que utilizan los delincuentes para hurtar mercancías de las grandes superficies que, por ese concepto y tan sólo durante 2014, registraron pérdidas cercanas a los $189.000 millones.
En comparación con 2013, a lo largo del año pasado se presentó un incremento del 64% en los casos de robo en los almacenes de cadena, algo que tiene alarmados a los comerciantes, quienes ayer divulgaron los resultados del censo nacional de mermas, que mide los niveles de pérdida o disminución del inventario, con la participación de firmas como Éxito, Cafam, Alkosto y Carulla.
Según el informe, realizado conjuntamente por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y el Centro de Investigación del Consumidor (Cico), el robo alcanza a ser el 38% de la merma total de los supermercados, por encima de averías, vencimientos y errores administrativos o de proveedores. Y, pese a la implementación de mecanismos como circuitos cerrados de televisión (responsables del 40% de las detecciones), personal de seguridad y antenas, sigue disparado.
La participación de los empleados de las organizaciones en este tipo de hechos también es preocupante. De acuerdo con el estudio, los hurtos perpetrados por los trabajadores significaron pérdidas por $94.263 millones. “Esto es un duro golpe para las empresas, porque es la deslealtad de los mismos empleados con su organización, que es la que les da de comer. Se les cumple con su salario, con sus prestaciones, aportes de salud e, incluso, reciben educación”, explicó el presidente de Fenalco, Guillermo Botero, quien advirtió además sobre el incremento de los robos no por individuos, sino por sofisticadas organizaciones delincuenciales dedicadas al hurto en grandes superficies.
Por su parte, Leonardo López, de Cico, explicó que el fenómeno de la merma se incrementó en $80.000 millones con respecto a 2013, generando un impacto de más de $498.000 millones: “Este aumento año a año se traduce en 4.500 empleos de más o 1.578 viviendas de interés social construidas”.