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“La plata de Isagén alcanza para todas las 4G”

El dinero entrará “en los próximos días”, advierte el presidente de la FDN, justo para las necesidades de la segunda y tercera olas de infraestructura.

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Edwin Bohórquez Aya
26 de mayo de 2016 - 04:23 a. m.
Clemente del Valle, presidente de la Financiera de Desarrollo Nacional. / Archivo
Clemente del Valle, presidente de la Financiera de Desarrollo Nacional. / Archivo
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En el negocio de la infraestructura, la financiación sí que es determinante. Por eso, tras conocerse que el accionista del Proyecto Corredor Vía Perimetral del Oriente de Cundinamarca logró suscribir los contratos de crédito con los que se formaliza su cierre financiero, en donde participan el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Bancolombia, Corpbanca y la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), que aportó cerca de $160 mil millones, El Espectador habló con Clemente del Valle, presidente de la FDN, para que explicara en detalle cómo se llevó a buen puerto este caso y qué disponibilidad de recursos hay para los demás.

Se concretó el segundo cierre financiero de los proyectos de primera ola de la 4G. ¿Quién está detrás?

Es la empresa israelí Shikun & Binui, la constructora más importante de ese país. Es su entrada grande a Colombia y este cierre tiene algunos elementos importantes, como el rol que jugaron el BID y la FDN no solamente en términos de proveer instrumentos especiales como fue el caso nuestro, sino también en liderar la introducción de esta firma al mercado. De alguna manera el problema que tienen algunas firmas nuevas es que no son reconocidas localmente, es que al principio se dificulta el diálogo con los bancos, en algunos casos ni siquiera les dan términos y por eso fue muy importante el acompañamiento y liderazgo del BID y de la FDN.

¿Qué hicieron ustedes?

El BID los conocía y nosotros por nuestro rol de desarrollo les abrimos puertas. Acompañamos para lograr el cierre financiero. La forma en que nosotros entramos es diferente, porque esto fue fundamentalmente bancos y aquí no hubo mercado de capitales, pero lo que sí se logró en esta estructura fue un mejor nivel de apalancamiento gracias a la línea nuestra. Financiamos relativamente poco, porque no se cubre el período de construcción. Es solo operación y mantenimiento. Los bancos estaban en mayor disposición de tomar riesgo en la construcción.

¿A cuánto asciende este cierre?

A $1,3 billones, de los cuales $870.000 millones fueron de los bancos, incluidos $113.000 millones de crédito nuestro, del FDN, y el BID entró con US$153 millones.

¿Por qué existe en el mercado la sensación de que los cierres financieros se están demorando tanto? Hasta ahora vamos en el segundo.

Yo creo que en parte por la inexperiencia de todos en esto y por la falta de claridad sobre qué era cierre Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), y qué era cierre financiero real. Cuando la ANI anunció los cierres financieros, eran cartas en firme de disposición a financiar, pero era sobre la base de cubrir una parte principal del proyecto, no era el 100 %, sino 50 o 60 %, y eran cartas de compromisos, pero ahí no se había empezado a negociar el crédito. Esto es financiación de proyectos, son crédito proyecto, Colombia tiene poca experiencia en esto y por eso ha sido una curva de aprendizaje para nosotros, las firmas de abogados, los bancos, para todos los involucrados en este proceso. Los contratos de crédito son complejos. Aquí se tiene que proyectar todo lo que puede pasar en la vía en los 25 años del proyecto. Para la segunda y tercera olas creemos que ya hay una experiencia con toda la negociación. Y la realidad es que son pocos los actores que están participando. Son los mismo bancos, las mismas firmas de abogados, las mismas firmas de ingenieros independientes, todos los mismos.

¿Y eso, precisamente, no es riesgoso, que sean los mismos en las mismas?

Pues eso pasa en todo el mundo, riesgoso si fuera una sola firma, pero en la primera ola terminaron siendo 17 instituciones las que participaron entre banca internacional, local, mercado de capitales, fondos de deuda y las multilaterales. Más que un riesgo.

Y hablando de financiación, ¿qué pasó con la plata de Isagén, por qué aún no había entrado?

Lo de Isagén va bien, el proceso está en su fase final y no ha afectado el programa para nada, porque esa plata es importante para lo que viene ahora, que es la segunda y tercera ola y las iniciativas privadas. Ya estamos en negociaciones con todos los concesionarios y trabajamos sobre la base de que esa plata ya nos va a entrar. Vamos a estar más involucrados, vamos a poder participar en montos mucho más grandes. Todo el mundo está enfocado en cerrar la primera para empezar a trabajar la segunda y la tercera. La plata nos está entrando en estos días. Desde hace un mes el ministro me autorizó para empezar a hablar con las firmas sobre la base de que la plata nos entra ahorita, en cuestión de días.

Ustedes tienen una lista larga de proyectos, ¿pero se puede estimar realmente para qué alcanza la plata de Isagén?

La plata en este momento nos alcanzaría para todos los proyectos de la 4G si nos lo piden. No creemos que se necesiten todos, de la primera ola hubo al menos un proyecto, prácticamente dos de los primeros que no nos requirieron recursos, entonces si se necesitara estaríamos en la capacidad de apoyar todos los de segunda y tercera olas.

Adquirir créditos está muy caro y en la industria se dice que por eso a la licitación de Pamplona-Cúcuta no llegó nadie, porque el mercado financiero está seco...

Pues lo que le puedo decir es que respecto a Pamplona-Cúcuta yo hablé con los concesionarios de ese proyecto y lo que me aclararon fue que no participaron porque el proyecto no les daba, pero no por temas de financiación, fue que en números no les daba. Y eso es otra cosa. Es cierto que existe preocupación de que en segunda y tercera olas se puedan subir los costos. Se cree que habrá exceso de demanda y no suficientes recursos, lo que generaría un aumento de tasas. Esa preocupación la hay, sin embargo, le puedo decir que la transacción que se acaba de cerrar salió en promedio a la tasa de referencia que nosotros dimos al principio, el IPC+7.50, lo que indica que el mercado todavía tiene condiciones atractivas.

¿Podemos decir que los cierres financieros van bien, que hay plata y que el caso Pamplona-Cúcuta no fue un mal mensaje de falta de recursos?

Lo que le puedo decir es que la segunda y la tercera olas apenas están comenzando y que el Gobierno se está preparando para esa situación con recursos de Isagén. ¿Cómo los vamos a usar? En la medida en que en los proyectos nos podamos enfrentar a situaciones donde alguno de los bancos líderes ya no quieran participar porque ya no tienen el mismo apetito que tenían antes, y que esa salida pueda generar una presión de tasas hacia arriba, pues entramos nosotros para poder reemplazar. Y eso, creemos, ayudará a mantener unas condiciones de mercado más cercanas a lo que hemos estado viviendo. Se vienen muchos retos, una demanda muy grande de proyectos. Y nos estamos preparando, no vamos a dejar que las cosas nos cojan por sorpresa.

Por Edwin Bohórquez Aya

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