La promesa de descentralizar el manejo de la energía

Cycle, un proyecto ideado en Colombia, es un dispositivo que distribuye autónomamente la energía eléctrica de una comunidad, racionalizando su uso. Quedó entre los tres finalistas que se premiarán en el World Government Summit y aspira a recibir financiación de hasta US$200.000.

Natalia Tamayo Gaviria
10 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.
David Castaño, Kevin Flórez y Nicolás Cuadrado.  / Gustavo Torrijos - El Espectador
David Castaño, Kevin Flórez y Nicolás Cuadrado. / Gustavo Torrijos - El Espectador

Luz para leer en las noches, para cocinar, para estudiar, para tener una vida más digna. El acceso a energía de buen precio y no contaminante es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por Naciones Unidas y hoy puede ser una realidad gracias a un proyecto con etiqueta colombiana. (Lea El preocupante “boom” del bitcoin en Colombia)

Más de 1.000 millones de personas viven sin electricidad a nivel global y más de la mitad de esta población está en África, específicamente en la zona subsahariana. Por ejemplo, si una comunidad en Angola o el Congo es capaz de generar energía para sostenerse, además de un superávit, ¿qué podría hacer con lo que le sobra? ¿La podría compartir o, en el mejor de los casos, venderla?

Estas fueron las preguntas que se hicieron tres colombianos que participaron en el World Virtual Gov Hack, un desafío para emprendedores que busca soluciones para temas como el acceso a la energía y el agua, el restablecimiento de refugiados y la seguridad alimentaria y económica.

De ahí salió Cycle, el proyecto con el que David Castaño, Nicolás Cuadrado y Kevin Felipe Gutiérrez quedaron entre los finalistas mundiales de este desafío, que se premiará en la World Government Summit, del 11 al 13 de febrero, en Dubái. Con el tiempo llegaron al equipo Mateo Rivero, como diseñador de interfaz, y los estudiantes de ciencias de la computación Samwel Kinuthia, de Kenia, y Shivam Sharma, de India. El proyecto comenzó a gestarse en Lab1, un espacio en Bogotá diseñado para promover emprendimiento.

En este lugar nació el harvester, dispositivo que forma el corazón del proyecto. “El harvester (recolector, en inglés) es un aparato que facilita la eficiencia en consumo y generación de energía sostenible distribuyendo excesos de producción en un sistema. Al tener más energía de la que se consume se podría empezar a compartirla entre la comunidad”, dice Castaño, la mente administradora y negociante de Cycle.

En otras palabras, el recolector identifica cuál es la demanda de energía de un usuario y el resto de la que circula en un sistema específico la distribuye entre otros usuarios.

Comunidad es el término en el que más hacen énfasis Castaño, Cuadrado y Gutiérrez, pues la idea detrás del recolector es aprovechar al máximo el potencial energético del sol, el viento u otra fuente sostenible que permita llevar electricidad a todos los que no la tienen.

Energía y criptomonedas

La idea no termina ahí: quienes entreguen su energía sobrante, por pura lógica de mercado, pueden recibir algo a cambio. Y aquí aparecen las criptomonedas.

“El harvester sabe quién tiene un superávit y una demanda de energía. Cuando alguien le suministra a otra persona, el primero recibe a cambio una criptomoneda”, explica Castaño.

La divisa virtual la bautizaron CLE, haciendo referencia al nombre del proyecto, y funciona bajo la plataforma de ethereum, la segunda criptomoneda mejor valorada en el mundo. De este modo, cualquier usuario que produzca excedentes de energía puede obtener CLE, que eventualmente puede transformarse en una moneda tradicional, como el dólar.

“Esto sigue la tendencia de la descentralización de todo. Ahora se descentralizó la moneda con las criptomonedas. La energía se está descentralizando, pues ya hay edificios enteros que son autónomos. Eso es lo que se quiere”, explica Gutiérrez.

En la World Government Summit participan tres proyectos de todo el mundo que compiten por US$200.000 que entrega el primer puesto del desafío.

Castaño, Cuadrado y Gutiérrez, junto con Kinuthia y Sharma, tienen muy claro lo que harán una vez lleguen a Dubái: “Contarle de nuestro proyecto a cuanta persona se aparezca allá. Sabemos que ahí sacaremos contactos”. Uno probable es el fundador de Tesla y Space X, Elon Musk, quien asistirá al evento.

“Yo creo que lo más importante es convertir el proyecto en una realidad, creo que ese es el reto”, dice convencido Castaño, quien piensa que este sistema puede aplicarse no sólo en África, sino también en lugares como Chocó o La Guajira.

Por Natalia Tamayo Gaviria

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