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La Reserva Federal decidirá esta semana qué hacer con sus tasas de interés, uno de los indicadores más importantes en el entorno económico tanto en Estados Unidos, como en el mundo.
La reunión del comité que decide sobre esta cuestión arranca este mates y la decisión se anunciará el miércoles, sobre el medio día.
El encuentro despierta interés entre analistas y prensa especializada, pero también entre el público en general pues marcará un enfrentamiento más entre el presidente de la Reserva, Jerome Powell, y el presidente de EE.UU: el primero tiene el mandato constitucional de cuidar el rumbo de la inflación y la tasa de desempleo, mientras que el segundo lleva gritando varios meses que va a despedir a Powell porque no hace lo que él quiere.
¿En qué punto estamos de las tasas de interés?
Una reducción de tasas de la Fed, que determina los costos de endeudamiento, podría dar un impulso a la economía estadounidense, golpeada por la guerra comercial global desatada por Trump.
Pero según la previsión casi unánime de los actores financieros, tras la reunión a puerta cerrada del martes y el miércoles los tipos de interés permanecerán en un rango de entre el 4,25% y el 4,50%, como rige desde diciembre.
Esto seguramente reavive la impaciencia de Trump, quien el jueves se burló de Powell, a quien tildó de “tonto”. También dijo que no lo iba a “despedir” aunque añadió que no veía por qué eso sería un problema.
El jefe de Estado considera que la inflación está “bajo control” y por eso volvió a instar al banquero central, uno de los 12 con derecho a voto en las decisiones de política monetaria, a bajar las tasas.
El presidente estadounidense aseguró que estaría totalmente de acuerdo con un aumento más adelante, si los precios comenzaran a subir.
¿Hacia dónde irán las tasas de interés de la Fed?
Lo que haga la Fed puede impulsar o frenar la economía estadounidense, la más grande del mundo, al fijar el costo del crédito, influir en el dólar y a su vez en todos los mercados financieros.
“Seguimos esperando que este escenario conduzca a un recorte de tipos de la Fed sólo en diciembre. La resistencia de la actividad y la falta de claridad en las negociaciones comerciales están llevando a la Fed a esperar a ver cuál será el efecto sobre la economía. Las recientes declaraciones de los funcionarios de la Fed han ido cautelosamente en esta dirección, señalando un apetito limitado por recortes de tipos hasta que las repercusiones económicas sean más claras”, dice un informe del Banco Itaú, en el que se discute la perspectiva económica de EE.UU. en medio de la guerra comercial y la subida de aranceles.
Los analistas de Itaú añaden que “seguimos esperando que este escenario no conduzca a una bajada de tipos de la Fed hasta diciembre. La resistencia de la actividad y la falta de claridad en las negociaciones comerciales están impulsando a la Fed a esperar y ver cuál será el efecto sobre la economía. Las recientes declaraciones de los responsables de la Reserva Federal se han movido cautelosamente en esta dirección, señalando un apetito limitado por recortes de tipos hasta que las repercusiones económicas sean más claras”.
Por su parte, Sebastián Chacón Marín, director de la Escuela de Negocios y Desarrollo Internacional del Politécnico Grancolombiano, “las proyecciones y los analistas están divididos sobre la posibilidad de reducción de tasas en junio por parte de la Fed. Esto por dos motivos: la presión inflacionaria de los aranceles no ha impactado aún en gran medida a EE.UU. Y esto podría llevar a pensar en una reducción en este momento”.
En este contexto de presiones constantes, “el hecho de que la Fed no haga nada ya dirá algo” a los mercados, señaló en una nota el experto de High Frequency Economics, Carl Weinberg.
Hasta ahora, los jerarcas del banco central, en combate contra la inflación, han demostrado que su principal preocupación es el riesgo de subidas de precios debido a los nuevos aranceles.
Chacón explica esta prudencia al decir que “todavía hay reservas a lo que puede pasar con la inflación y lo que puede estar pasando en el mundo con respecto a las guerras y a incrementos en precios del petróleo. Y esto puede llevar a que la reducción se deje para la próxima reunión, en septiembre”.
El impacto de los aranceles en la inflación
La Reserva Federal “quiere estar segura de interpretar bien su bola de cristal antes de reducir las tasas de interés”, declaró a la AFP Ryan Sweet, especialista en economía estadounidense de Oxford Economics.
Las últimas cifras de la inflación en Estados Unidos muestran una moderación (con el índice PCE, la métrica preferida por la Fed para decidir su política monetaria, en +2,1% en un año, prácticamente el objetivo del banco central).
Esto corre el riesgo de alimentar una “falsa esperanza”, según Sweet.
“La primera fase de la política arancelaria” —anuncios espectaculares de recargos masivos a los productos importados— “fue desinflacionaria”, lo que “alimentó el temor a una recesión y redujo los precios del combustible y los billetes de avión”, explicó.
La segunda fase impulsará la inflación “durante el verano” boreal, continuó Sweet, porque los aranceles “generalmente tardan tres o cuatro meses en reflejarse en los precios” que pagan los consumidores.
Agregó que los responsables de la Fed “seguramente harán oídos sordos” a los llamados de Trump, concentrados en su misión: que la economía estadounidense registre poca inflación y desempleo.
“Mientras no estén seguros de que la inflación no va a repuntar, no pueden actuar”, analizó la economista de KPMG Diane Swonk, entrevistada por la AFP.
“En un mundo sin aranceles, la Fed sin duda habría recortado las tasas”, consideró.
Eliminada la incertidumbre en cuanto a la decisión del miércoles, los inversores estarán pendientes principalmente de las previsiones actualizadas de la Reserva Federal para la economía estadounidense.
Y ya comienzan a preguntarse quién asumirá el control de la institución al final del mandato de Powell, en menos de un año.
El nombre del secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha estado circulando, pero él lo ha desmentido, afirmando que quiere permanecer en ese cargo “hasta 2029”, cuando finaliza el mandato presidencial.
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