El presidente estadounidense Barack Obama eligió ayer a Jack Lew, su jefe de gabinete, un asesor demócrata desde el segundo gobierno de Bill Clinton y experto en temas presupuestales, como remplazo de Timothy Geithner en el Departamento del Tesoro. El nuevo secretario, de 57 años, tendrá que ocuparse de la próxima ronda de negociaciones en torno al presupuesto con la autoridad que le confiere su cargo.
Fuentes de la Casa Blanca alabaron el trabajo que ha realizado Lew “tanto en el sector privado como en el público durante más de tres décadas, y […] su profundo conocimiento de los temas económicos domésticos e internacionales”.
El nombramiento refleja la confianza del presidente en Lew, pero también la prioridad que la administración le ha dado a los distintos puntos del presupuesto y la economía, el principal de los cuales son las discusiones inminentes en torno al techo de la deuda.
Aunque trabajó en el Citibank y en el Departamento de Estado administrando sus operaciones del día a día, el trabajo de Lew ha estado enfocado en Washington, donde se ha ocupado del nombramientos de demócratas y ha asesorado al presidente. Muchos lo califican como el cerebro detrás del superávit que vivió EE.UU. en los años 90.
Para los republicanos, Lew es más que un demócrata fiel. Dicen que es competente pero tan ideologizado que ha afectado los esfuerzos por encontrar un terreno común para la Casa Blanca y los republicanos del Congreso en las interminables discusiones sobre el presupuesto.
En su último libro, Bob Woodward, el veterano cronista de la política presidencial, cuenta cómo los asesores de John Boehner, el vocero republicano de la Cámara de Representantes, consideraron que el tono de Lew era “irrespetuoso y desdeñoso”.