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Esta semana, el DANE presentará las cifras de pobreza monetaria para 2024.
El dato es clave por sus implicaciones sociales, en general, pero también porque ofrecerá una actualización sobre la llamada línea de pobreza, con la cual se calculan algunos subsidios y asistencias del Estado.
Así mismo, se verá también una actualización en el llamado coeficiente Gini, que es una medida para ver qué tan desigual es Colombia, país que está clasificado como uno de los más inequitativos en el planeta.
La expectativa general es que la pobreza haya seguido recorriendo una senda de bajada, que en años recientes sólo fue interrumpida por la crisis social y económica que introdujo la pandemia en prácticamente todos los países.
Vale recordar acá que en diciembre del año pasado, el DANE realizó una actualización en las cifras históricas de la pobreza monetaria mediante un proceso de empalme de los datos entre 2012 y 2020.
Esta actualización se hizo, básicamente, para que los cálculos partieran de una base más actualizada sobre la población colombiana: la información aportada por el censo poblacional de 2018 (hasta ahora, se trabajaba con estadísticas del censo de 2005).
¿Qué es la pobreza monetaria y por qué es importante?
De entrada, hay que establecer unas diferencias clave.
La primera es aclarar que el país hace dos grandes mediciones de pobreza: la monetaria (con el añadido de la extrema) y la multidimensional.
La que fue presentada este martes por el DANE fue la monetaria (con la extrema), que tiene en cuenta sólo el poder adquisitivo de los hogares: es una medición que se hace en relación con el dinero.
La multidimensional (como su nombre lo indica) tiene en cuenta una serie extra de elementos y dimensiones; es un índice más complejo, que busca pintar un panorama más granular y complejo de la situación de una familia (si tiene acceso a servicios de salud o cuál es la calidad de su vivienda, por ejemplo).
Ahora bien, la medición de pobreza monetaria establece un monto de dinero que permite tener unas condiciones mínimas de vida en términos de acceso a alimentación, vivienda y servicios, por ejemplo.
La pobreza monetaria extrema se reduce exclusivamente al tema de alimentos: esta categoría se entiende como la posibilidad de que una persona tenga una alimentación básica (2.100 calorias diarias).
Y de estas mediciones se desprende un término que tiene algo de popularidad: las líneas de pobreza. Estas son, en palabras sencillas, el monto de dinero que permite unas condiciones mínimas de vida.
Las líneas tienen un cálculo nacional, pero también local, puesto que el costo de los arriendos, servicios y alimentos varía entre ciudades y departamentos.
Así mismo, las líneas se utilizan para definir asuntos como subsidios y otras asistencias del Estado.
¿Cómo está la pobreza monetaria en Colombia?
Para 2023, la pobreza monetaria se presentó en 33 % de la población, lo que representa una reducción de 3,6 % frente a las cifras de 2022, cuando este indicador se ubicó en 36,6 %.
La mayor reducción se presentó en los centros poblados y rurales dispersos, en donde la caída fue de 4,7 puntos porcentuales.
Así mismo, la pobreza monetaria extrema presentó una incidencia de 11,4 %. Esto implica una caída de 2,4 % frente a los resultados de 2022. Esto representa una buena noticia, pues entre 2022 y 2021 este fenómeno había tenido un crecimiento, pequeño, pero crecimiento al final.
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