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Aranceles de Trump: países negocian a contrarreloj antes del 1º de agosto

Tras el acuerdo con la Unión Europea de este domingo, otras naciones aceleran los diálogos para evitar aranceles de hasta 50 % que Estados Unidos aplicaría desde el 1º de agosto a quienes no logren pactos.

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28 de julio de 2025 - 01:00 a. m.
JAKARTA (Indonesia), 16/07/2025.- Container ships are unloaded at the Tanjung Priok port, operated by the Indonesian state-owned PT Pelindo, in Jakarta, Indonesia, 16 July 2025. US government has reached a trade deal with Indonesia to lower the tariffs on Indonesian goods to 19 percent from previous 32 percent, following negotiations, according to Indonesian President Prabowo. EFE/EPA/BAGUS INDAHONO
JAKARTA (Indonesia), 16/07/2025.- Container ships are unloaded at the Tanjung Priok port, operated by the Indonesian state-owned PT Pelindo, in Jakarta, Indonesia, 16 July 2025. US government has reached a trade deal with Indonesia to lower the tariffs on Indonesian goods to 19 percent from previous 32 percent, following negotiations, according to Indonesian President Prabowo. EFE/EPA/BAGUS INDAHONO
Foto: EFE - BAGUS INDAHONO
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El plazo fue fijado por Donald Trump, quien afirma que esta vez sí será en serio y no habrá más prórrogas.

Desde este 1º de agosto, Estados Unidos comenzará a aplicar nuevos aranceles “recíprocos” que van del 10 % al 50 % a las importaciones de países con los que, según la administración Trump, persisten relaciones comerciales “desequilibradas”.

La Unión Europea logró un acuerdo con Washington este domingo y, mientras tanto, los gobiernos de países como México, Canadá, Japón, Corea del Sur, India o China han intensificado los contactos para alcanzar acuerdos bilaterales antes de la fecha límite.

Las medidas estadounidenses, que se suman a aranceles ya vigentes sobre sectores como acero, aluminio o productos agrícolas, podrían tener efectos significativos sobre el comercio global si no se logran más exenciones.

Un acuerdo con la UE, pero con interpretaciones distintas

La Unión Europea aceptó un arancel del 15 % para casi todas sus exportaciones a EE. UU. como parte del acuerdo preliminar anunciado por el presidente Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Sin embargo, hubo diferencias en la interpretación del alcance del pacto.

Trump afirmó que la UE se había comprometido a abrir sus países al comercio “a cero arancel”, mientras von der Leyen aclaró que el trato contempla una tarifa del 15 % incluso para sectores sensibles como el farmacéutico.

Trump había señalado que los productos farmacéuticos no estarían incluidos, lo cual implicaría tarifas más altas.

Funcionarios estadounidenses confirmaron posteriormente que el arancel del 15 % sí se aplicará a las exportaciones farmacéuticas de la UE, aunque también explicaron que una investigación separada bajo la Sección 232 sobre seguridad nacional sigue en curso y podría traer medidas adicionales en tres semanas.

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Otra diferencia clave fue sobre el sector metalúrgico. Trump aseguró que los aranceles del 50 % al acero y al aluminio se mantendrán, mientras von der Leyen dijo que se reducirían y se establecería un sistema de cuotas. Voceros de EE. UU. aclararon que el acuerdo no cubre las exportaciones de acero y aluminio del bloque, por lo que seguirán con el 50 %.

En cuanto al sector aeroespacial, se mantendrá sin aranceles por ahora, aunque también está sujeto a una investigación separada.

“La atención ahora se centrará en la interpretación y el riesgo de implementación”, explicó Carsten Nickel, subdirector de investigación de Teneo. “Dada la naturaleza del acuerdo, es probable que persistan grandes incertidumbres”.

Lo que puede pasar este 1º de agosto

Este viernes 1º de agosto marca el fin del aplazamiento de los “aranceles recíprocos” que Estados Unidos anunció en abril. Si el presidente de Estados Unidos no anuncia una prórroga (como ya lo ha hecho en condiciones anteriores) a partir de esa fecha entrarán en vigor nuevas tarifas específicas para distintos países, en un rango que va desde el 25 % hasta el 50 %, según el trato bilateral alcanzado (o no) con Washington.

Por ejemplo, Brasil enfrentará un arancel del 50 % si no tiene un acuerdo con EE. UU. para ese día, o Canadá y México verán subir la tarifa del 25 % al 30 %, salvo para productos compatibles con el USMCA (el tratado de libre comercio entre estos países), que podrían quedar exentos temporalmente.

Japón, después de negociaciones, alcanzó una reducción de su tarifa al 15 %, frente al ya anunciado 25 %, y naciones como Indonesia y Filipinas aceptaron tarifas del 19 %, mientras que otros como Camboya, Bangladesh, Tailandia o Sri Lanka quedaron en torno al 30–40 %.

Además, se mantiene una tarifa general del 10 % sobre la mayoría de importaciones, establecida desde abril, que sirve como tasa base hasta el 1º de agosto. Más allá de esa fecha, prevalecerán solo los niveles específicos por países.

Por otro lado, los gravámenes arancelarios sectoriales vigentes, como el 50 % al acero y aluminio o el 25 % a automóviles y autopartes aplicados bajo la Sección 232, seguirán en vigor y pueden superponerse con los aranceles recíprocos.

En el caso de China, continúa vigente una tregua arancelaria con tarifa temporal del 30 % que expirará el 12 de agosto, salvo que se firmen otros acuerdos antes de esa fecha.

México, Canadá y otros países en negociaciones

México y Canadá ya han expresado que buscan un tratamiento similar al de la Unión Europea. Según fuentes diplomáticas, ambos países han propuesto tarifas reducidas temporales mientras se negocia una revisión integral del T-MEC, el tratado comercial que comparten con EE. UU.

Corea del Sur y Japón también están en diálogo activo. En el caso de Japón, se espera que una delegación de alto nivel viaje esta semana a Washington para tratar de asegurar otras exenciones.

Colombia, por lo pronto, envió cartas formales solicitando una revisión de su estatus comercial, según el Ministerio de Comercio.

¿Qué busca EE. UU. con estos aranceles?

Según la administración Trump, el nuevo paquete de tarifas busca corregir desequilibrios estructurales en la relación comercial con sus principales socios. La lógica es que EE. UU. cobra menos impuestos a las importaciones de otros países que lo que esos países cobran a las exportaciones estadounidenses.

“El objetivo es lograr acuerdos bilaterales que aseguren condiciones de competencia justas y recíprocas”, indicó un comunicado de la USTR.

En la práctica, sin embargo, esta política ha generado tensión con aliados estratégicos y plantea desafíos para el comercio global.

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