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A finales de abril, granos de café tostados cultivados en el departamento del Huila fueron protagonistas de una jornada de degustación bajo los neones de Chongqing, China, la ciudad que conecta doce provincias con el puerto de Qinzhou mediante dos corredores ferroviarios.
Por esos días se inauguró el Centro de Exposición de Productos de Colombia, la primera vitrina permanente del país en el oeste de China.
2025 avanza con rumbo hacia una mayor profundización en el comercio China-Colombia, así como en las cooperaciones con el gigante asiático para el desarrollo local.
Las cifras del comercio
Durante el primer bimestre de 2025, el comercio total entre Colombia y China alcanzó US $ 3.240 millones.
De ese monto, US $ 302 millones correspondieron a exportaciones colombianas hacia el país asiático y US $ 2.938 millones a importaciones provenientes de China, según datos del DANE.
El déficit comercial se ubicó en US $ 2.636 millones, una brecha que ha sido constante en la relación bilateral.
La reducción en el valor exportado frente al mismo periodo de 2024 (‑15 %) obedece principalmente a la caída en los precios internacionales del carbón y el petróleo, que históricamente representan una porción significativa de los envíos colombianos hacia China.
En contraste, varios productos agroindustriales reportaron crecimientos. Las exportaciones de café y sus extractos aumentaron cerca de 90 % en valor interanual. La carne bovina inició envíos regulares tras la firma de protocolos sanitarios en 2024, mientras que otros bienes como flores frescas, preservadas, aguacate Hass y cacao fino ganaron participación.
Por el lado de las importaciones, China se mantiene como uno de los principales proveedores de maquinaria, buses eléctricos, paneles solares, dispositivos móviles y componentes electrónicos. En algunos casos, estos insumos son ensamblados o adaptados localmente, lo que ha generado oportunidades técnicas y empleos asociados a servicios industriales, transporte y energías renovables.
Chongqing: una vitrina para el agro colombiano
El pasado 21 de abril, Colombia inauguró su primer centro de exposición permanente en el suroccidente de China. La sede, ubicada en el Centro de Consumo del Nuevo Corredor Comercial Internacional Tierra‑Mar, en Chongqing, tiene como objetivo facilitar la entrada de productos colombianos a una región estratégica que conecta por tren con una docena de provincias chinas y con el puerto de Qinzhou.
Allí ya se exhiben productos como café, chocolate, frutas tropicales, carne, flores y esmeraldas, con un enfoque que va más allá de la promoción comercial. El espacio también funcionará como escenario para actividades culturales, catas, ruedas de negocio y capacitaciones, orientadas a adaptar la oferta nacional a las preferencias del consumidor chino.
“Esta vitrina busca acortar las distancias logísticas y darle visibilidad a los productores colombianos, especialmente a las pymes que no tienen canales propios para llegar al mercado asiático”, explicó Santiago Gamboa, ministro consejero de la Embajada de Colombia en China, durante la ceremonia de apertura.
Por su parte, Wu Jiahang, representante principal de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia en China, le dijo a medios de comunicación locales que los productores colombianos utilizan novedosas técnicas de procesamiento y desarrollan nuevas variedades de grano para satisfacer las diversas demandas de los consumidores chinos.
El centro de Chongqing servirá además como base operativa para una delegación de pequeñas y medianas empresas que viajarán en octubre a la Feria de Cantón, el evento comercial más importante del país. Desde el Gobierno y la Cámara Colombo‑China se considera que esta clase de infraestructura comercial puede marcar una diferencia, no solo en términos de visibilidad, sino también en la velocidad con la que se concretan los negocios.
Algunas cooperaciones destacadas
El fortalecimiento de las relaciones entre Colombia y China también se refleja en proyectos concretos. Desde transporte urbano hasta energías renovables, el capital chino está detrás de varias de las obras e inversiones más visibles del país en los últimos años.
Uno de los casos más conocidos es el de la Línea 1 del Metro de Bogotá, cuya construcción ya superó el 50 % de avance bajo la dirección del consorcio Apolo, integrado por las firmas CRCC y China Harbour Engineering Company. Además, ambas compañías también participan en los estudios de factibilidad para el Regiotram de Occidente, que busca conectar Bogotá con municipios de Cundinamarca.
En el sector energético, empresas como Trina Solar, LONGi y Sungrow proveen tecnología para quince parques solares en desarrollo en departamentos como La Guajira, Cesar y Valle del Cauca. Estos proyectos aportarán más de 1,2 gigavatios al sistema eléctrico colombiano a partir de 2026, en línea con los objetivos de transición energética del país.
La presencia china también se ha expandido hacia la minería. En Antioquia, la firma Zijin Mining opera la mina de oro de Buriticá, uno de los yacimientos más grandes del país. Mientras tanto, en el sector de telecomunicaciones, compañías como Huawei y ZTE han ampliado sus servicios en Colombia, incluyendo la provisión de equipos para redes 5G en la banda de 3,5 GHz, utilizadas por operadores como WOM y Telecall.
El comercio electrónico no ha quedado por fuera. Plataformas como Temu, de origen chino, han ganado terreno con ventas directas y entregas puerta a puerta en varias ciudades colombianas. A esto se suman empresas proveedoras de maquinaria y tecnología para agroindustria, manufactura y movilidad eléctrica.
La Cámara Colombo China destaca también el avance de nuevos rubros agrícolas en esta relación. “Hay otras exportaciones dentro de las no tradicionales como el cacao, las flores y lo que tiene que ver con pulpa de fruta congelada que van a aumentar exponencialmente”, afirma Ingrid Chaves, directora ejecutiva de la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio.
Aunque buena parte de la inversión china en Colombia se ha canalizado a través de contratos de infraestructuras públicas, analistas coinciden en que aún hay espacio para ampliar los encadenamientos locales y avanzar hacia relaciones más equilibradas que beneficien a pequeñas y medianas empresas nacionales.
El mapa actual de empresas chinas en Colombia muestra una relación económica cada vez más diversificada:
| Sector | Empresas chinas presentes | Proyectos o actividades |
|---|---|---|
| Transporte urbano | CRCC, China Harbour | Metro de Bogotá; estudios para Regiotram de Occidente |
| Energía renovable | Trina Solar, LONGi, Sungrow | Equipos para parques solares |
| Minería | Zijin Mining | Explotación de oro en Buriticá (Antioquia) |
| Telecomunicaciones | Huawei, ZTE | Implementación de redes 5G en bandas de 3,5 GHz |
| Comercio electrónico | Temu | Marketplace con entrega directa al consumidor |
“Conectar a las pymes colombianas con estas cadenas es la pieza que falta; cacao, flores y pulpas de fruta pueden moverse rápido si ingresan a los canales logísticos chinos”, señala Ingrid Chaves, directora de la Cámara Colombo‑China.
Lo que queda por despejar en 2025
En lo que resta del año, varios hitos ayudarán a definir el rumbo de la relación comercial entre Colombia y China. Por un lado, los próximos boletines del DANE permitirán saber si el impulso de productos agroindustriales alcanza a compensar la caída en los precios del carbón.
En paralelo, avanza el proceso para que Colombia se adhiera formalmente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Si se concreta la firma del memorando en el segundo semestre de 2025, se abriría una nueva ventana de cooperación financiera e infraestructura que podría beneficiar proyectos estratégicos.
También están pendientes los protocolos sanitarios que permitirían exportar limón Tahití, carne porcina y productos avícolas, tres líneas con potencial de escalar rápidamente en el mercado asiático. Y aunque no se ha formalizado, el país explora mecanismos para facilitar pagos en yuanes, lo que reduciría la exposición al dólar en las operaciones bilaterales.
Finalmente, licitaciones en camino como la Línea 2 del Metro de Bogotá, los proyectos de energía eólica offshore y los sistemas de almacenamiento marcarán el grado de participación local en obras impulsadas con capital chino.
A medida que crece el intercambio con China y se consolidan nuevos acuerdos, el reto será traducir esa dinámica en beneficios concretos para Colombia: más empleos formales, encadenamientos productivos y oportunidades reales de desarrollo local en las regiones.
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Por Daniel Felipe Rodríguez Rincón
