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El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) publicó este jueves su concepto técnico sobre el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025 del Gobierno (la hoja de ruta para las finanzas públicas de los próximos años), en el que advierte que las cuentas públicas del país siguen por fuera de los márgenes de lo que se considera sostenible.
Según el análisis, tanto el déficit fiscal como la deuda pública proyectados para 2025 y 2026 están por encima de los límites establecidos por la Regla Fiscal, lo que obliga al Gobierno a realizar ajustes.
El vaso medio vacío, según el CARF
En particular, el CARF señala que el déficit estructural del Gobierno Nacional Central (GNC) se ubicaría en 3,7 % del PIB en 2025, cuando el tope permitido es de 2,7 %. En cuanto a la deuda neta del GNC, la proyección oficial es de 58,2 % del PIB, superando el límite legal de 55 % .
Frente a este panorama, el CARF considera que es necesario un ajuste fiscal de al menos un punto del Producto Interno Bruto nacional para 2025, ya sea mediante aumento de ingresos, recorte de gastos o ambos.
“Esta diferencia debe ser corregida para garantizar el cumplimiento de la regla y preservar la sostenibilidad”, advirtió el CARF.
Uno de los elementos que más preocupa al CARF es la alta dependencia de ingresos extraordinarios no recurrentes, como los provenientes del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
Aunque estos recursos ayudaron a mejorar los indicadores en 2023 y 2024, no estarán disponibles en años posteriores. Sin ese colchón, el déficit subyacente es mayor.
Además de la dependencia de ingresos atípicos, el CARF advirtió que las metas de recaudo estructural del Gobierno parecen sobredimensionadas.
La entidad señaló que, si bien el Marco Fiscal proyecta un aumento en los ingresos tributarios como proporción del PIB, esa mejora no se ha materializado en la ejecución reciente. De hecho, el recaudo efectivo observado durante 2024 ha sido inferior al estimado, lo que pone en duda que se cumpla la meta proyectada para 2025.
El ente encargado de velar por el cumplimiento de la regla fiscal también llamó la atención sobre el rezago en la implementación de medidas para fortalecer la administración tributaria.
Aunque el Gobierno ha anunciado una estrategia de fiscalización y lucha contra la evasión, sus impactos aún no se reflejan con claridad en los resultados fiscales. Para el CARF, esto representa un riesgo adicional, ya que se están haciendo proyecciones optimistas sin evidencia suficiente de que puedan cumplirse.
El documento técnico también señala que el gasto público, especialmente en inversión, transferencias y funcionamiento, sigue creciendo por encima del ritmo sostenible. De mantenerse esa tendencia, será difícil cumplir con los objetivos de reducción del déficit en los próximos años.
A corregir el rumbo
El CARF fue enfático en que no se puede seguir postergando el ajuste. “Cuanto más se retrase la corrección, mayores serán los esfuerzos necesarios más adelante”, advirtió. Además, recordó que los límites de deuda y déficit son exigidos por ley, a través de la Regla Fiscal, y no meras recomendaciones técnicas.
Entre otras recomendaciones, el comité planteó revisar los gastos permanentes que se han venido incorporando en los últimos años, repensar algunas fuentes de ingreso que no han sido sostenibles, y buscar una mayor eficiencia en el gasto público. También sugiere una mayor transparencia sobre los supuestos macroeconómicos utilizados en las proyecciones oficiales.
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