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China anunciará el martes su primer dato trimestral de Producto Interior Bruto (PIB) desde el fin de las restricciones sanitarias contra el COVID-19, una cifra que según los analistas debería marcar un repunte de la segunda economía mundial.
La política del gigante asiático para contener el virus, con estrictas cuarentenas, ‘test’ masivos y restricciones de viaje, limitó fuertemente la actividad económica, hasta que las autoridades la abandonaron abruptamente en diciembre.
Pekín se ha fijado un objetivo de crecimiento comparativamente modesto, en torno al 5 % este año, una meta que el primer ministro del país, Li Qiang, ya advirtió que podría ser difícil de alcanzar. Por su parte, la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI) es del 5,2 %.
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Casi 4 %: la cifra
De acuerdo con AFP, China apunta a un crecimiento económico promedio del 3,8 % interanual entre enero y marzo. Por su parte, Bloomberg reporta una estimación del 3,9 %.
Aunque supondría una mejora respecto a la expansión del 2,9 % registrada entre octubre y diciembre, sigue estando por debajo del objetivo oficial de crecimiento para todo el año, en torno al 5 %.
También se espera que los datos de marzo muestren aumentos en la producción industrial, la inversión y las ventas al por menor, aunque esto se debe en parte a la baja base de comparación con marzo del año pasado, cuando Shanghái, la mayor ciudad de China, estuvo bloqueada.
La publicación del martes también dará luz sobre indicadores que -hasta el momento- han sido contradictorios: aunque el crecimiento del crédito y de las exportaciones superó las expectativas el mes pasado, la inflación actual sugiere que la demanda sigue siendo moderada.
“La recuperación es real, pero aún está en su fase inicial”, afirmó Larry Hu, economista jefe para China del banco de inversión Macquarie.
Panorama
No obstante, China tendrá que seguir enfrentándose a otras crisis, desde la deuda del sector inmobiliario hasta el debilitamiento de la confianza de los consumidores, pasando por la inflación global y la amenaza de recesión en otras partes del mundo.
La economía china creció solo un 3 % en todo el año pasado, uno de sus peores resultados en décadas. En el primer trimestre de 2022 registró una expansión del 4,8%, aunque el crecimiento retrocedió a solo el 2,9 % en los tres últimos meses del año.
En detalle, la crisis en el sector inmobiliario -que junto con la construcción representa alrededor de una cuarta parte del PIB chino- sigue “planteando desafíos al crecimiento económico”, según Teeuwe Mevissen, analista de Rabobank.
El rubro fue uno de los motores clave de la recuperación de China tras la oleada inicial de la pandemia en 2020, cuando Pekín logró impedir la propagación generalizada del coronavirus.
Desde entonces, la débil demanda asoló a un sector ya afectado por la caída de los precios de la vivienda y una enorme deuda que llevó a algunos promotores a luchar por su supervivencia.
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Medidas del Gobierno chino
En las últimas semanas, la situación parece haber mejorado ligeramente y las ayudas oficiales contribuyeron a estabilizar los precios en marzo, según las cifras de la Oficina Nacional de Estadística del país asiático.
Las autoridades chinas han adoptado este año una postura favorable al crecimiento de la economía, aunque hasta ahora han evitado medidas de flexibilización agresivas, como recortar los tipos de interés oficiales.
En cambio, el Banco Popular de China inyectó en marzo más efectivo en el sistema financiero para fomentar el crédito.
Las ventas de bonos del Estado también han sido importantes, ya que la inversión en infraestructuras se ha acelerado gracias a las ayudas fiscales.
Comercio minorista
Los economistas también estarán muy atentos a los datos de marzo del comercio minorista, principal indicador del consumo de los hogares.
Las ventas al por menor repuntaron en enero y febrero, tras cuatro meses sucesivos de contracción, según cifras oficiales. Pero casi el 60 % de los hogares urbanos siguen dando prioridad al ahorro frente a la inversión o el gasto, frente al 45 % antes de la pandemia, según una encuesta del banco central chino.
La confianza de los consumidores “se mantiene en territorio negativo”, a pesar de la abolición de las restricciones sanitarias, afirmó Harry Murphy Cruise, un macroeconomista especializado en la región Asia-Pacífico de la agencia de calificación Moody’s.
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