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La economía colombiana crecería 1,4 % este año, según las más recientes proyecciones del Banco de la República, que este martes presentó su informe de política monetaria de abril.
Este documento se presenta, anualmente, en los meses de enero, abril, julio y octubre y contiene el análisis y las perspectivas del Banco sobre cómo está y para dónde va la economía colombiana.
La proyección del PIB para 2024, de 1,4 %, representa una mejoría frente a lo que el Banco había estimado en el informe de enero, cuando la cifra se ubicó en 0,8 %.
De acuerdo con Hernando Vargas, gerente técnico de la entidad, esta revisión al alza se “explica principalmente por los altos niveles de actividad económica en el primer trimestre, especialmente en el sector primario”. En otras palabras, el motor de la economía durante este trimestre vendrían siendo actividades como el agro y, principalmente, las industrias extractivas. Sin embargo, el Banco advirtió que estos buenos resultados trimestrales serían “transitorios”.
Aunque esta cifra presenta una mejoría frente a lo estimado anteriormente, Vargas aclaró que sigue siendo baja a la vez que explicó que el desempeño económico de este año estaría anclado al crecimiento del consumo privado (que igual crecería a tasas bajas) y a una inversión “que continuaría en niveles bajos y reduciéndose”. Todo esto se daría en un contexto interno de “condiciones financieras apretadas debido a los efectos acumulados de la política monetaria y a la pobre dinámica del crédito local. También por un entorno bastante incierto, que afecta especialmente la inversión”, aseguró Vargas durante su presentación.
El gerente técnico del Banco añadió que, sobre la inversión en particular “prevemos caídas en la inversión en maquinaria y equipos y también en vivienda, con alguna recuperación en obras civiles”.
Según el Banco, el panorama de 2025 se ve algo menos turbulento, al registrar un pronóstico de crecimiento de 3,2 % en el PIB nacional.
En las proyecciones de los escenarios del Banco se cuenta con un aumento en el precio del ACPM a partir del segundo trimestre de este año “y por varios trimestres hacia adelante”.
¿Para dónde va la inflación en Colombia?
El informe del Banco continúa señalando una ruta de descenso para la inflación en el país, tanto en su medición total, como en la básica (la que excluye alimentos y regulados).
Estas son buenas noticias, pues permiten seguir pensando en descensos consecutivos en las tasas de interés del Banco y, en consecuencia, en una baja en los precios de los créditos en el sistema financiero colombiano.
“La inflación básica descendería a un ritmo mayor del que estábamos proyectando en el informe de enero, especialmente por menores presiones inflacionarias en la canasta de bienes”, aseguró Vargas durante la presentación de este martes.
La inflación básica cerraría el año en 5,1 %, frente al 5,4 % que se estaba proyectando en enero.
Sobre la inflación total, el Banco proyecta que terminaría 2024 en 5,5 % (anteriormente se había estimado en 5,9 %) y llegaría a la meta de 3 % en 2025 (el pronóstico era de 2,8 % en enero de este año).
Con estos pronósticos de inflación, el informe, claro, también habla de cómo se ve la senda de tasas de interés del propio Banco. Aunque vale aclarar que esto no implica que son proyecciones de la junta directiva (el órgano que toma la decisión final sobre tasas, de forma independiente).
“Dado que las expectativas de inflación se mantienen por encima de 3 % en una parte larga del horizonte, se requiere que la política monetaria mantenga una postura contractiva para garantizar la convergencia de la inflación a nuestra meta en el horizonte anunciado por la junta directiva en noviembre del año pasado”, dijo Vargas durante la presentación.
Para finales de este año, los analistas proyectan que las tasas del Banco lleguen a 9,25 % y se ubiquen en 5,8 % para diciembre de 2025.
Riesgos de la economía, según el Banco
En su informe, el Banco identifica tanto riesgos al alza, como a la baja.
En la primera categoría incluyó un apretamiento de las condiciones financieras externas o “aumento de la percepción de riesgo soberano” que puede resultar en “presiones cambiarias y/o incrementos de la tasa de interés real neutral”.
En la segunda se cuenta un menor crecimiento de lo proyectado, por cuenta de un mayor impacto acumulado de las altas tasas de interés del propio Banco.
También hay un riesgo de que “la caída ya prolongada en actividades como el comercio, la manufactura y la construcción resulten en efectos mayores de los que estamos previendo sobre el empleo y la inversión”, advirtió Vargas.
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