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La Aeronáutica Civil reportó este lunes que el transporte de pasajeros vía aérea se mantuvo estable en sus cifras de movilización durante el primer semestre de 2023 (en comparación con el mismo periodo de 2022).
“Entre el primero de enero y el 30 de junio de 2023, un total de 22′963.000 pasajeros se trasladaron desde y hacia los aeropuertos en Colombia. Esta cifra es similar a la de 2022, cuando se registraron 22′975.000 usuarios por vía aérea”, informó la entidad a través de un comunicado.
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Sin embargo, las cifras revelan un asunto que, a la vez, no es revelador: el tráfico de pasajeros doméstico cayó entre 2022 y 2023, 11,6 %, para ser exactos (según los datos revelados por la Aerocivil.
De los casi 23 millones de pasajeros que se movilizaron a través de aeropuertos colombianos en los primeros seis meses de este año, la gran mayoría son viajeros domésticos (un poco más de 16 millones). Por eso, una disminución en este renglón puede ser un problema para una industria que, de entrada, ya está pasando por un momento complejo.
El peor mes en el tráfico de pasajeros domésticos fue abril, que paradójicamente coincidió con la temporada de Semana Santa, uno de los momentos cruciales para el turismo (y la industria aérea) en todo el año.
La razón de esta coincidencia, que más bien parece una paradoja, tiene que ver con la crisis de Viva Air (que hoy se encuentra en proceso de liquidación) y de Ultra Air (también en liquidación). Esta última decretó su cese de operaciones justo la semana antes de la temporada de Semana Santa.
La salida de Viva fue la más crítica, sin duda, pues en su momento llegó a ser el tercer jugador en el mercado aéreo nacional, movilizando 16 % de los pasajeros del país, según cifras de la propia Aerocivil.
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Entonces, la fuerza que mantuvo a flote las cifras de transporte aéreo fueron los pasajeros internacionales, que registraron un crecimiento de 26,6 % en el primer semestre.
El mes de mayor aumento fue febrero, cuando el flujo de pasajeros desde afuera del país subió 35,5 % frente al mismo mes de 2022.
“Para la Aeronáutica Civil, el incremento en la cifra de pasajeros internacionales, comparada con el 2022, es una muestra de confianza hacia el transporte aéreo y el turismo nacional. La estabilidad en los números además evidencia la solidez de la industria y el creciente desarrollo económico del sector aéreo en Colombia”, dijo la entidad.
¿Un buen panorama?
Resulta particular, por decir lo menos, que la Aeronáutica hable de solidez de la industria aérea en un año en el que dos aerolíneas de gran calado se fueron a pique con apenas meses de diferencia. Todos los expertos, y las propias empresas, hablan de crisis. Solidez es una palabra reservada para otros tiempos.
En estos se habla de inflación y dólar, dos de las variables que, según analistas, le pegaron duramente a la industria aérea.
Por un lado, hasta mayo de este año al menos, la depreciación que había experimentado el peso impactó el esquema de costos de la industria está hecho en dólares, aunque sus ventas (al menos para el mercado nacional) están en pesos. Esto crea un desbalance que, en parte, explica la salida de Viva y Ultra del aie.
Por otra parte, los precios internacionales del petróleo tampoco ha sido el mejor amigo de la industria desde hace un tiempo. Si bien, la cotización del crudo Brent (referente para Colombia) lleva una tendencia primordialmente a la baja desde noviembre del año pasado, los precios han estado inusualmente altos por cuenta de una serie de factores globales, entre ellos la guerra en Ucrania.
Hace apenas seis meses, el barril de Brent rozaba los US$100 y para mediados del año pasado estaba cómodamente por encima de los US$120. Hoy se ubica por encima de los US$80.
A este panorama hay que sumarle la inflación, que apenas comienza a ser controlada (y no tan rápido como se desea o necesita). Este factor ha erosionado el poder de compra de los consumidores, a la vez que desató una carrera de tasas de interés del Banco de la República para tratar de atajar el IPC. Este último factor también le pega a los usuarios, pues al final se trata de encarecer el crédito.
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