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La administración del presidente Donald Trump planea endurecer su política comercial hacia China y estaría dispuesta a ofrecer alivios arancelarios a países aliados si aceptan limitar sus relaciones comerciales con Pekín. Así lo revelaron fuentes cercanas a las negociaciones citadas por Bloomberg.
El objetivo de Washington sería evitar que China eluda las sanciones comerciales impuestas por EE. UU. utilizando a terceros países como plataformas indirectas. Para lograrlo, el Gobierno estadounidense contempla solicitar a sus socios la aplicación de aranceles secundarios a productos provenientes de naciones con estrechos vínculos con la industria china, así como restricciones al ingreso de excedentes de mercancía china.
¿Qué países estarían en la mira?
Según personas familiarizadas con las conversaciones, México sería uno de los países a los que EE. UU. pediría medidas concretas. En particular, se esperaría que aumente los aranceles a los vehículos eléctricos provenientes de China. Por ahora, la Secretaría de Economía de México no se ha pronunciado sobre esa posibilidad.
La iniciativa está siendo liderada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien ha tomado un papel protagónico en las negociaciones, luego de que Trump anunciara la semana pasada una pausa de 90 días en los aumentos arancelarios a unos 60 países, entre ellos aliados clave, pero excluyendo a China.
“Han sido buenos aliados militares, no aliados económicos perfectos”, dijo Bessent recientemente al justificar la presión a países tradicionalmente cercanos.
Aislar a China como bloque
El gobierno estadounidense busca formar una especie de coalición internacional para presionar a China y frenar su avance como potencia manufacturera. La estrategia, sin embargo, enfrenta dudas. Según el reporte, algunas delegaciones extranjeras ya han manifestado escepticismo tras los primeros encuentros con EE. UU., especialmente por las señales contradictorias del presidente Trump, quien ha mantenido abierta la posibilidad de negociar con el presidente Xi Jinping, a quien ha calificado como “amigo”.
Trump incluso dejó entrever su posición esta semana en entrevista con Fox News en español, al ser consultado sobre si los países latinoamericanos deberían escoger entre la inversión estadounidense y la Iniciativa de la Franja y la Ruta impulsada por China:
“Tal vez deberían hacerlo”, respondió.
Un mensaje contradictorio
Aunque EE. UU. suspendió temporalmente algunos aumentos arancelarios a países aliados, mantuvo y amplió las tarifas impuestas a China, que actualmente alcanzan hasta el 145 % en algunos productos, tras una serie de represalias mutuas entre ambos países.
La presión para que otros países frenen sus importaciones desde China es vista como una forma de cerrar los canales indirectos que podrían aliviar el impacto de esas medidas sobre la economía china.
Sin embargo, la desconfianza de varios aliados ante el enfoque de “presión generalizada” de Trump podría dificultar los acuerdos multilaterales que busca la Casa Blanca. La administración necesitaría el apoyo de países de Europa y Asia, muchos de los cuales han mostrado resistencia a reducir drásticamente sus lazos económicos con China.
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