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La junta directiva del Banco de la República decidió este lunes mantener las tasas de interés en 9,5 %. Cuatro directores votaron por esta decisión y tres querían una reducción de 50 puntos básicos.
Esta es la primera vez en la que participan en la junta Laura Moisá y César Giraldo, los dos nuevos codirectores, y el ministro Germán Ávila, quien llegó a la cartera recientemente tras la salida de Diego Guevara.
La junta tuvo en cuenta que después de tres meses de permanecer estable en 5,2 %, la inflación en febrero tuvo un ligero incremento, llegando a 5,28 %. “Los aumentos más importantes se presentaron en los precios de los alimentos procesados y de algunos regulados como gas y transporte”, dijo el Banco.
Además, los riesgos de presiones inflacionarias asociadas a los retos fiscales y la incertidumbre en el frente externo persisten. Las condiciones financieras externas, dijo la junta, se mantendrían restrictivas “en un entorno de una lenta normalización de la política monetaria en los Estados Unidos” por la incertidumbre por los efectos de las políticas migratoria y comercial de ese país y sus consecuencias sobre la economía global.
Leonardo Villar, gerente general del Banco, explicó que otra de las razones para mantener las tasas es que la proyección de inflación del equipo técnico indica que la inflación estará en 4,1 % a final de año, todavía por fuera de la meta (3 %). “Todos los miembros de la junta consideran que la tasa refleja una política monetaria restrictiva y que, por lo tanto, la expectativa hacia adelante es tener una tasa más baja”.
El ministro de Hacienda dijo que aunque la cartera y el Gobierno le sugirieron al Banco realizar una reducción en la tasa de interés para estimular la economía, “la opinión no fue atendida por cuatro representantes de la junta directiva”.
En el frente fiscal dijo que los resultados de recaudo que entregó la DIAN a marzo muestran que se están cumpliendo las metas. “Estamos haciendo un énfasis especial en incrementar los ingresos tributarios y para eso hay una estrategia que está implementando la DIAN y ya se empiezan a sentir los primeros resultados positivos. No hemos descartado que para lograr una mayor financiación de la brecha fiscal sea necesario proponer una nueva ley de financiamiento, eso lo estamos analizando. También hemos considerado hacer algunos ajustes en el gasto y en esa materia también se presentará una propuesta, que será el resultado de una evaluación rigurosa y detallada, siempre teniendo como norte que los programas estratégicos del Plan de Desarrollo no deben ser alterados”, dijo.
Villar dijo que espera que la inflación de marzo y otros elementos del entorno macroeconómico ayuden a que se pueda bajar la tasa de interés en las próximas reuniones y para que la meta de llevar la inflación al 3 % con un margen de tolerancia de más o menos 1 % se logre este año.
La mayoría de analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo esperaban que el Banco de la República mantuviera las tasas de interés sin cambios, mientras que en la encuesta mensual de expectativas de analistas económicos, realizada por el Banco, la mayoría esperaba una baja de 25 puntos básicos.
En enero, el Banco también decidió detener sus recortes de tasas de interés, dejándolas en 9,5 %, marcando un quiebre con las nueve decisiones anteriores, en las que la junta del banco central se había decantado por descensos, impulsados por el buen comportamiento de la inflación, principalmente.
Teniendo en cuenta que el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) para enero arrojó una variación anual de 2,5 % y que “datos de alta frecuencia sugieren que la demanda interna habría seguido fortaleciéndose en el primer trimestre favorecida por el buen comportamiento del consumo privado y de la inversión”, el equipo técnico del Banco aumentó su pronóstico de crecimiento económico para 2025 del 2,6 % al 2,8 %.
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¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cómo afectan estas decisiones de tasas al consumo y a la economía diaria, conviene ver las tasas de interés como un engranaje clave que influye en toda la cadena económica.
El Banco de la República, como banco central, establece la tasa de interés que otros bancos deben tener en cuenta cuando deciden los costos de sus créditos. Así, si el Banco sube las tasas, el crédito para ciudadanos y empresas se vuelve más caro, desincentivando el endeudamiento y, en teoría, reduciendo el consumo. Esta reducción en el consumo puede moderar la demanda de bienes y servicios, lo que ayuda a estabilizar o reducir los precios y, por tanto, la inflación.
Por otro lado, cuando el Banco baja las tasas, los créditos se abaratan, lo que incentiva el gasto y la inversión. En este caso, el Banco optó por mantener un recorte progresivo en las tasas de interés, buscando un equilibrio que permita el crecimiento de la economía sin perder de vista el control de la inflación.
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