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El producto interno bruto (PIB) ajustado a la inflación aumentó a una tasa anualizada del 2,8 %, tras crecer un 3 % el trimestre anterior, según la estimación inicial del gobierno publicada el miércoles. La mediana de las proyecciones en una encuesta de Bloomberg a economistas era de una tasa del 2,9 %.
El gasto del consumidor, que constituye la mayor parte de la actividad económica, aumentó un 3,7 %, el mayor incremento desde principios de 2023. La aceleración fue liderada por amplios aumentos en el gasto en bienes, como automóviles, muebles para el hogar y artículos recreativos.
Al mismo tiempo, una medida de inflación subyacente muy vigilada subió un 2,2 %, aproximadamente en línea con la meta de la Reserva Federal, según cifras de la Oficina de Análisis Económico.
El informe de la mayor economía del mundo ilustra el sólido impulso de la demanda interna, en un momento en que la Reserva Federal (Fed) ha comenzado a relajar su programa de política monetaria más restrictivo en décadas.
También es el último reporte antes del día de las elecciones, cuando los votantes estadounidenses comparan el panorama general de la actividad económica de EE. UU. con su propia situación financiera, que se ha visto afectada en los últimos años por el alto costo de la vida.
“No hay casi nada malo en este panorama”, señalan en una nota Carl Weinberg y Rubeela Farooqi, economistas de High Frequency Economics. “Lo que la economía necesita es una normalización constante de las tasas a un ritmo moderado, nada más”.
El PIB del tercer trimestre se vio frenado por la volatilidad de las cifras comerciales, que mostraron que las exportaciones netas restaron 0,56 puntos porcentuales a la cifra total. Los minoristas aumentaron las importaciones de bienes de consumo a medida que el trimestre se acercaba a su fin por el temor a una persistente huelga de estibadores. Las existencias también restaron 0,17 puntos porcentuales.
Ventas finales
Sin embargo, una medida de las tendencias de crecimiento subyacentes que es favorecida por los economistas, la cual combina el gasto del consumidor y la inversión empresarial, conocida como ventas finales a compradores domésticos privados, subió un 3,2 %, el mayor nivel este año.
El gasto público aumentó un 5 % anualizado, liderado por el mayor incremento de la producción federal desde principios de 2021. El gasto en defensa nacional creció a una tasa del 14,9 %, la mayor desde 2003. El gasto del gobierno federal, excluida defensa, aumentó al ritmo más rápido en un año.
Las cifras deberían mantener a la Fed en camino de seguir recortando las tasas de interés en los próximos trimestres, incluyendo la reunión de la próxima semana. Las cifras son una buena noticia para la vicepresidenta Kamala Harris en los últimos días de la campaña electoral contra el expresidente Donald Trump.
Sin embargo, el crecimiento no se ha distribuido de manera uniforme en los últimos años, ya que la parte de los ingresos destinada a las ganancias se ha mantenido muy por encima de las normas históricas. Los ingresos personales ajustados a la inflación después de impuestos aumentaron un 1,6 % anualizado, el menor avance en un año, según los datos del PIB.
“El PIB del tercer trimestre parece fuerte, pero bajo la superficie las cosas son menos estables. El gasto de los consumidores, principal motor de crecimiento, se ha visto impulsado por los hogares de altos ingresos, mientras que los de ingresos bajos se han vuelto más sensibles a los precios”, finaliza la economista Eliza Winger.
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