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La Reserva Federal mantuvo este miércoles como se esperaba sus tasas de interés por cuarta reunión consecutiva, y degradó sus pronósticos para la economía y la inflación de Estados Unidos.
En medio del cambio de política arancelaria del gobierno de Donald Trump y un aumento de la incertidumbre geopolítica, el banco central estadounidense mantuvo sus tasas de referencia entre 4,25 % y 4,5 %, aunque sigue apostando por dos recortes en lo que resta del año.
En un comunicado, añadió que “la incertidumbre sobre la perspectiva económica bajó, pero sigue alta”, en tanto el PIB crecerá menos de lo previsto y la inflación será más elevada.
La Fed espera un PIB al alza de 1,4 % este año frente a 1,7% que preveía en marzo y 2,1 % en diciembre de 2024.
La inflación, según el banco central, será de 3% y no de 2,7% como vaticinó en marzo, de acuerdo a una actualización de sus pronósticos económicos presentada al término de dos días de reunión de su comité de política monetaria.
Asimismo, prevé un aumento del desempleo a 4,5 %, frente a 4,4 % esperado antes.
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Presiones del gobierno
Poco después de que la Fed iniciara el segundo día de reuniones este miércoles, Trump volvió a presionar por un recorte de tasas y a criticar duramente al presidente del banco central, Jerome Powell.
“Francamente, tenemos un estúpido en la Fed, probablemente no recortará hoy”, dijo Trump en la Casa Blanca.
“No tenemos inflación, solo éxito, y me gustaría ver que las tasas de interés bajaran”, añadió, antes de conocerse los pronósticos del organismo.
Powell dará una rueda de prensa a las 6:00 p.m.
Se trata de la cuarta reunión de la Fed desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero.
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El banco central estadounidense tiene un doble mandato: mantener baja la inflación y buscar el pleno empleo, principalmente aumentando o reduciendo su tasa de interés de referencia, que actúa como un impulso o un freno para la demanda.
Trump impuso en los últimos meses aranceles mínimos de 10 % sobre la mayoría de productos que Estados Unidos importa y valores más altos a la importación de acero, aluminio y automóviles.
Pero no han provocado por ahora un aumento generalizado de los precios, en parte porque Trump redujo o pospuso la entrada en efecto de los gravámenes más altos, y también porque las empresas se han apoyado en sus inventarios previos para no trasladar el costo a los consumidores.
En mayo, el índice de precios al consumidor fue de 2,4 % interanual, frente al 2,3 % de abril.
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Los economistas esperan que tome varios meses para que los aranceles de Trump se reflejen en los precios al consumidor, y la Fed está procediendo con cautela.
El consumidor, motor de la economía estadounidense, parece en cualquier caso más atento a su monedero. Un indicador publicado el martes muestra que las ventas minoristas retrocedieron 0,9 % en mayo.
La escalada militar en Medio Oriente complica más las apuestas. La moderación de la inflación, de la que Trump se jacta, se debe en buena parte a la baja de los precios del petróleo, pero el conflicto actual puede hacer que los precios del crudo se disparen.
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