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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dio a conocer este viernes 22 de noviembre los nombres de quienes liderarán dos de los principales departamentos económicos de su administración.
Lori Chávez-DeRemer, exrepresentante de Oregón, será nominada como secretaria de Trabajo, mientras que Scott Bessent, reconocido inversionista y director del fondo Key Square Group, será propuesto como secretario del Tesoro. Estas designaciones destacan el compromiso de Trump con una agenda económica ambiciosa que promete fortalecer la posición de Estados Unidos a nivel global.
¿Quién es Lori Chávez-DeRemer?
Trump destacó que Chávez-DeRemer liderará el Departamento de Trabajo con el objetivo de “crear grandes oportunidades para los trabajadores estadounidenses, expandir la capacitación laboral, aumentar los salarios y recuperar los empleos de manufactura”. En su plataforma Truth Social, el presidente electo subrayó su intención de construir una cooperación histórica entre empresas y trabajadores.
Chávez-DeRemer, quien hizo historia como la primera mujer republicana en representar a Oregón en la Cámara de Representantes, es reconocida por su participación en los comités de Agricultura, Educación y Transporte. Su experiencia le permitirá dirigir una agencia clave en la administración de leyes laborales, como el salario mínimo y el seguro de desempleo, y en la publicación de datos económicos cruciales a través de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).
Scott Bessent, el inversionista
Según Trump, Bessent será clave para implementar su visión económica: “Scott ayudará a marcar el comienzo de una nueva Edad de Oro para los Estados Unidos”, aseguró el mandatario electo.
Con una trayectoria destacada en el mundo financiero, Bessent ha trabajado con figuras prominentes como George Soros, gestionando miles de millones de dólares en inversiones. Su nombramiento es histórico, ya que sería el primer secretario del Tesoro abiertamente gay. Entre sus desafíos estarán impulsar una reforma fiscal, abordar la creciente deuda pública y liderar la diplomacia económica en escenarios internacionales como el G7 y el G20.
La cabeza del presupuesto
Así mismo, el presidente electo eligió este viernes a Russell Thurlow Vought, uno de los “arquitectos” del programa de gobierno ultraconservador Proyecto 2025, para estar al frente de la Oficina de Gestión y Presupuesto.
Vought, de 48 años, ya estuvo a cargo de esa misma cartera durante parte del primer mandato de Trump (2017-2021).
“Hizo un excelente trabajo: eliminamos cuatro regulaciones por cada nueva regulación, ¡y fue un gran éxito!”, dijo en un comunicado de su equipo de transición.
Trump recordó que Vought ha pasado muchos años trabajando en políticas públicas en Washington y es un “agresivo reductor de costos y desregulador” que ayudará a su Gobierno a aplicar su agenda de “Estados Unidos primero” en todas las agencias.
“Sabe exactamente cómo desmantelar el Estado profundo (...) y nos ayudará a devolver el autogobierno al pueblo”, añadió el futuro mandatario sobre su elegido.
Trump añadió que restaurarán la “cordura fiscal” del país y llevarán a la población “hacia nuevos niveles de prosperidad”, dijo el magnate neoyorquino, que será investido el próximo 20 de enero.
La agenda económica de Trump
Ambos líderes enfrentarán retos significativos en sus respectivas áreas. Chávez-DeRemer buscará fortalecer las relaciones con los trabajadores, un grupo que mostró un apoyo creciente hacia Trump en las elecciones de 2024. Por su parte, Bessent asumirá la tarea de gestionar la deuda federal, fortalecer la moneda y supervisar las políticas fiscales en un contexto de incertidumbre económica global.
Estas nominaciones marcan un paso importante en la conformación del gabinete económico de Trump, quien promete revivir el Sueño Americano y devolver a Estados Unidos su posición como la economía líder del mundo. La confirmación de ambos nominados por el Senado será clave para definir el rumbo económico del próximo gobierno.
Cabe destacar que, a lo largo de la carrera electoral por la Presidencia de Estados Unidos, las propuestas económicas de Donald Trump se asemejan a una “granada” en el andamiaje del impuesto de renta en ese país: aunque sus políticas económicas son en su mayoría una colcha de retazos entre discursos y entrevistas para Fox, el expresidente ha hablado de reemplazar completamente este sistema mediante su idea de aranceles universales al comercio internacional.
El Comité para un Presupuesto Federal Responsable, una ONG que estudia temas fiscales en ese país, ha estimado que los recortes tributarios de Trump le restarían US$9,5 billones a esta economía a lo largo de una década. Esta cifra no tiene en cuenta los crecimientos que generarían algunas de estas medidas. Pero estos impactos tampoco están claros. Entre otras ideas, Trump propone una reducción de seis puntos para el impuesto corporativo (llevándolo a 15 %) para empresas que se trasladen de vuelta a Estados Unidos, una jugada que, en un mundo de economías de escala y globalizado, puede no solo no ser viable para muchas empresas, sino tampoco deseable.
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