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El Gobierno anunció el Presupuesto General de la Nación para 2025, fijado en $511 billones en ingresos y $523 billones en gastos.
Este monto representa un crecimiento de 1,5 % frente al presupuesto aprobado para 2024, que fue de $503,2 billones. Sin embargo, el gasto proyectado, que incluye funcionamiento, inversión y servicio de la deuda pública ($523 billones), deja un faltante de $12 billones.
Por este motivo, el Gobierno anunció que a partir del 2 de enero suspenderá $12 billones en gasto, con el objetivo de ajustar las cuentas desfinanciadas tras la caída de la Ley de Financiamiento en el Congreso.
He firmado el presupuesto desfinanciado en 12 billones de pesos tal como se presentó al Congreso de la República y tal como ordena la Constitución nacional
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 19, 2024
En el decreto de liquidación se expresará cuáles partidas de funcionamiento e inversión se aplazarán en el 2025, mientras… https://t.co/kvKYnYY96W
¿Cómo se financiará el presupuesto?
Los $511 billones se obtendrán de las siguientes fuentes:
- $305 billones de ingresos corrientes de la nación.
- $155 billones de recursos de capital.
- $18,1 billones aportados por fondos especiales.
- $4 billones provenientes de rentas parafiscales.
Además, los ingresos de los establecimientos públicos sumarán $27,3 billones.
¿Un presupuesto realista?
Cuando se trata de presupuestos, la clave del éxito radica en mantener expectativas lo más cercanas a la realidad posible. Esto aplica tanto para las cuentas nacionales, como para la economía doméstica de cualquier ciudadano.
A pesar del incremento general, el ritmo de crecimiento del presupuesto ha desacelerado considerablemente en comparación con años anteriores. Para ilustrarlo, basta con observar que el presupuesto de 2024 creció un 18 % respecto a los $422 billones aprobados en 2023, un ritmo mucho más acelerado que el observado este año.
Por su parte, los supuestos macroeconómicos que sustentan el decreto incluye factores como la inflación, el peso frente al dólar, el crecimiento económico y el precio del petróleo. Estos indicadores ofrecen una proyección del entorno nacional e internacional en el que se ejecutaría el plan de gastos
En principio, la inflación: el Ejecutivo proyecta que el costo de vida, medida a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), cerrará 2025 en 3,2 %. Este dato refleja un camino hacia la meta de inflación del Banco de la República y una desaceleración frente a los niveles estimados para finales de 2024, cuando el IPC alcanzaría 5,3 %.
En el frente cambiario, el peso colombiano seguiría perdiendo terreno frente al dólar. Para finales de 2025, el Gobierno estima un tipo de cambio en $4.179 por dólar, un aumento frente a la proyección de $3.997 para finales de 2024.
El Producto Interno Bruto (PIB), que mide el desempeño económico del país, sería uno de los indicadores con mayor optimismo en las proyecciones oficiales. Según el Ejecutivo, la economía colombiana crecería 5,7 % en 2025, un dato que contrasta con los vientos de desaceleración económica observados en años recientes.
Como principal producto de exportación y fuente crucial de ingresos fiscales, el petróleo juega un papel decisivo en el Presupuesto Nacional. El Gobierno espera que el precio del barril de crudo Brent ronde los US$80 en 2025, un nivel que podría determinar la disponibilidad de recursos para ejecutar el plan presupuestal.
Con estas proyecciones sobre la mesa, el debate se centrará en si los supuestos son lo suficientemente realistas para cumplir con las metas propuestas o si, por el contrario, presentan un optimismo que podría desbordar la realidad económica del país. En todo caso, las cifras planteadas no solo tendrán implicaciones en las finanzas nacionales, sino también en el bolsillo de cada colombiano.
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