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ICRICT propone registro mundial de activos offshore para gravar riqueza oculta

La Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional propone un registro público y abierto que identifique todos los activos offshore. La riqueza oculta ascendería al 10 % del PIB global.

19 de abril de 2022 - 02:06 p. m.
Los paraisos fiscales ha llevado que el 1% más rico (que posee hasta el 40% de la riqueza en algunos países) pueda evadir hasta el 25% de sus impuestos sobre la renta utilizando estructuras extraterritoriales u offshore.
Los paraisos fiscales ha llevado que el 1% más rico (que posee hasta el 40% de la riqueza en algunos países) pueda evadir hasta el 25% de sus impuestos sobre la renta utilizando estructuras extraterritoriales u offshore.
Foto: Getty Images - Cemile Bingol

La Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), que reúne economistas como el colombiano José Antonio Ocampo, y el francés Thomas Piketty, emitió este martes un informe en el que propone crear un registro mundial de activos offshore.

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Para el ICRICT gravar la riqueza oculta es vital en el complejo contexto internacional actual: rezagos de la pandemia del COVID-19, las presiones inflacionarias, y la guerra en Ucrania que está presionado cada vez más las necesidades presupuestales de los diferentes Gobiernos del mundo.

“En la difícil búsqueda de ingresos adicionales para garantizar paquetes sociales reactivos que contengan la inflación y eviten las perturbaciones sociales, los gobiernos deben asegurarse de que todos -incluidos los súper ricos- paguen los impuestos que les corresponde. El dinero necesario está en realidad muy cerca, escondido en los paraísos fiscales, y llevamos décadas de retraso en la aplicación de los mecanismos para develarlo. Los gobiernos y las instituciones mundiales no pueden seguir ignorando la magnitud de riqueza oculta en paraísos fiscales y la evasión de impuestos”, comenta el informe.

ICRICT indica que investigaciones periodísticas como Los “Panamá Papers”, los “Pandora Papers”, los “Paradise Papers” y la revelación de los “Suisse Secrets” han permitido establecer que hasta el 10% del PIB mundial se oculta en paraísos fiscales.

Por esto, el informe advierte que los paraisos fiscales ha llevado que el 1% más rico (que posee hasta el 40% de la riqueza en algunos países) pueda evadir hasta el 25% de sus impuestos sobre la renta utilizando estructuras extraterritoriales u offshore.

“Con el apoyo de una infraestructura de banqueros, contadores y abogados, durante décadas los paraísos fiscales han permitido a particulares y empresas amasar enormes fortunas, protegidas de los impuestos, y ocultar el dinero obtenido mediante la corrupción y las actividades ilegales. Estos flujos financieros ilícitos drenan recursos que podrían financiar el desarrollo sostenible, exacerbando los problemas sociales y políticos en todo el mundo Los canales de daño se extienden desde los graves costes humanos de la pérdida de ingresos públicos en los países de renta baja, hasta las excesivas desigualdades asociadas al auge de los mercados financieros e inmobiliarios de los países de renta alta, donde se reinvierte el dinero extraterritorial”, advierte el informe.

Un problema que también está presente en Colombia: el reporte local de “Pandora Papers”, investigación que fue realizada por El Espectador y CONNECTAS, reveló que hay empresarios, políticos, expresidentes e incluso el actual director de la Dian Lisandro Junco que están vinculados a sociedades offshore. (Lee aquí la investigación de Pandora Papers)

De hecho, la Dian confirmó que tan solo en 2019 se identificaron más de $19 billones de activos de colombianos (DE personas naturales y jurídicas) en jurisdicciones offshore. Además la entidad reconoció que gracias a las revelaciones periodísticas, entre 2015 y 2019 se impulsó el recaudo de $4,3 billones del impuesto temporal de normalización tributaria.

El registro global de activos

Para gravar la riqueza oculta el ICRICT propone crear un Registro Global de Activos que vincule todos los tipos de activos, empresas y otros vehículos legales con las personas que realmente los poseen o controlan -o se benefician de ellos. Es decir, que se logre rastrear los llamados “propietarios efectivos” (que pueden ser diferentes de los propietarios legales).

Para esto el registro global debería incluir todos los tipos de activos relevantes y las estructuras creadas para poseer legalmente activos. De esta manera, deberá haber información sobre los bienes inmuebles, las cuentas bancarias, las cajas de seguridad, los fideicomisos y acuerdos legales utilizados para poseer activos. También deberán estar registrados otras modalidades de acumular riqueza como los criptoactivos, obras y colecciones de arte, joyas, yates, aviones y otros artículos de lujo.

La información del registro global debería proceder de la interconexión de todos los registros nacionales de propiedad efectiva del mundo. “Esto requerirá la creación de registros nacionales de titularidad real que recopilarán sistemáticamente información sobre la titularidad real de todos los tipos de activos a nivel nacional”, explica el informe.

Finalmente, ICRICT asegura que el Registro Global de Activos debería ser público y tener un formato de datos abierto. La clave del éxito es que sean datos accesibles para las instituciones gubernamentales nacionales e internacionales, pero también para el público en general.

De esta manera, el informe establece cinco recomendaciones puntuales para solucionar las lagunas de información sobre los activos offshore:

  1. Introducir requisitos de titularidad real para las empresas, los fideicomisos y todo tipo de vehículos legales (por ejemplo, fondos de inversión, fundaciones privadas, etc.) y sobre los tipos de riqueza “clásicos”, como los bienes inmuebles.
  2. Conectar los registros de las distintas clases de activos a nivel nacional con los registros de titularidad real existentes.
  3. Ampliar el registro de titularidad real a todos los tipos de vehículos legales y clases de activos.
  4. Empezar a centralizar los datos nacionales sobre la titularidad real en una fuente única, un Registro Nacional de Activos.
  5. La información existente a nivel nacional podría recopilarse a nivel regional, por ejemplo, mediante la creación de un grupo de trabajo para la titularidad de activos, como ha propuesto recientemente el Observatorio Fiscal de la UE, que podría cotejar y analizar toda la información disponible sobre la riqueza y activos que se poseen en los Estados miembros de la UE por parte de personas ricas (por encima de un umbral determinado). Este grupo de trabajo podría allanar el camino para establecer un Registro Europeo de Activos permanente, encargado de recopilar y relacionar sistemáticamente la información sobre la riqueza en todos los tipos de activos que la conforman.

Esta es la carta abierta de los miembros de ICRICT:

Desde el comienzo de la pandemia, los 10 hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas, mientras que ha surgido un nuevo multimillonario cada 26 horas. Sin embargo, a menudo es imposible saber dónde está gran parte de esta riqueza, pues, mucha de esta se oculta a través de elaboradas estructuras para evitar el pago de impuestos o para esconder el dinero generado por la corrupción y las actividades ilegales. El caso de los oligarcas rusos habla por sí mismo. Según algunas estimaciones, poseen al menos 1 billón de dólares de riqueza en el extranjero, fortunas ocultas en empresas offshore cuya verdadera propiedad es difícil de determinar. Sobre este muro de opacidad tropiezan ahora los esfuerzos de los países que quieren sancionarlos.

Los paraísos fiscales dificultan la capacidad de los gobiernos para imponer sanciones, y esta incapacidad obstaculiza el estado de derecho internacional que permite la coexistencia de nuestros países. En todas partes, las poblaciones están agotadas tras dos años de pandemia de Covid-19 y sus dramáticas consecuencias económicas y sociales. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha agravado este contexto, ya de por sí preocupante, con la subida de los precios de la energía y los alimentos, el retorno de la carrera armamentística y el temor a que el enfrentamiento sea aún más destructivo.

Como líderes de los países más importantes del planeta, ustedes tienen la responsabilidad de tomar decisiones urgentes para evitar que el mundo se deslice hacia el caos. Y también tienen una oportunidad de oro para hacerlo. La pandemia y la guerra de Ucrania mostraron la falta de resiliencia de nuestras economías, tanto las emergentes como las desarrolladas. También revelaron al mundo la magnitud de la desigualdad y de la riqueza oculta en paraísos fiscales por los más ricos de nuestras sociedades. Esta extrema concentración de la riqueza está socavando nuestros principios democráticos. Cuando algunos de esos ultrarricos utilizan su poder para evadir sus obligaciones fiscales, privan a los Estados de recursos preciosos y empobrecen al resto de la sociedad.

Obviamente, el problema no se limita a los multimillonarios rusos. Demasiada riqueza se oculta en paraísos fiscales, empleando cuentas bancarias, empresas y fideicomisos que pretenden mantener inidentificables a sus verdaderos beneficiarios. Las finanzas globales permiten que florezcan los abusos fiscales, la corrupción y el blanqueo de dinero. Estos flujos financieros ilícitos drenan recursos para el desarrollo sostenible.

La guerra en Ucrania demuestra que hay que atacar a los paraísos fiscales de frente y con urgencia, aplicando medidas de transparencia. Se trata de apuntar a todos los oligarcas, y a todas las formas de riqueza ocultas en jurisdicciones con altos niveles de opacidad financiera, con el objetivo de escapar la vigilancia de las autoridades fiscales y del público en general. Aunque se han producido algunos avances en los últimos años, como la introducción del intercambio multilateral y automático de información sobre cuentas financieras y los registros nacionales de beneficiarios reales, queda mucho por hacer para arreglar el sistema financiero internacional roto que actualmente está sesgado a favor de los ricos que no pagan los impuestos que les corresponden y de otros que quieren ocultar sus ganancias mal habidas. Lo que hemos hecho hasta ahora dista mucho de ser un verdadero mecanismo para rastrear, divulgar y revelar la riqueza en todas partes. Queda un largo camino por recorrer para lograr incluso el mínimo de transparencia que se necesitaría para desalentar la evasión y elusión fiscal y las actividades ilícitas de los ultra-ricos, incluidos los oligarcas, pero sin limitarse a ellos.

Ahora tenemos una oportunidad única de avanzar en la implantación de un registro global de activos (GAR), para vincular todo tipo de activos, empresas y otras estructuras jurídicas, no al propietario legal, que a menudo es solamente una fachada, sino al beneficiario final, la persona que realmente los posee. Afortunadamente, no partimos de cero: a pesar de la magnitud de la riqueza oculta, la infraestructura de recopilación de datos existente incluye herramientas potencialmente potentes para la transparencia.

Es técnicamente posible. Lo que falta es la voluntad política de atajar de una vez por todas los paraísos fiscales y el secretismo, tanto onshore como offshore. La idea es sencilla, requiere la creación de una red que interconecte todos los registros nacionales de activos de todas las diferentes formas de riqueza que puede poseer un individuo donde ya existen, al tiempo que se anima a todos los países que aún no han creado registros de activos completos a hacerlo. ¿Qué tipo de activos? Además de los bienes inmuebles, las cuentas bancarias, las cajas de seguridad, los fideicomisos y otros tipos de estructuras legales, podrían incluirse los valores financieros, los criptoactivos, obras y colecciones de arte, joyas, yates, aviones, otros artículos de lujo, e incluso los activos intangibles, como la propiedad intelectual y las marcas comerciales. Es una información que puede recopilarse primero a nivel nacional, luego regional y después mundial. La planificación de la coordinación en el ámbito

de la Unión Europea podría allanar el camino mediante la creación de un Registro Europeo de Activos, como sugieren el Observatorio Fiscal Europeo y el Laboratorio Mundial de la Desigualdad.

Este registro global de activos es fundamental para romper el muro de opacidad que impide la aplicación no solamente de las leyes fiscales, sino también de las que intentan circunscribir una serie de actividades ilícitas. Pero haría más: al proporcionar un recurso global centralizado que detallara quién posee, qué y dónde lo posee, esta herramienta proporcionaría un medio para registrar, medir y comprender la distribución de la riqueza global y, por tanto, daría a los gobiernos y a los ciudadanos un conocimiento profundo y detallado de la desigualdad global.

En consecuencia, pedimos a los líderes del G-20, y a las partes interesadas, que convoquen una cumbre internacional urgente para abordar la riqueza extraterritorial, el papel tóxico de los paraísos fiscales y el secretismo, y que desarrollen y desplieguen un plan rápido para poner en marcha un Registro Global de Activos. No más excusas, no más pandemias, no más guerras para justificar la falta de acción. Para preservar la democracia, tenemos que acabar ya con la espiral de desigualdades y reconstruir el contrato social.

Miembros de la ICRICT: José Antonio Ocampo (Presidente), Edmund Fitzgerald, Eva Joly, Gabriel Zucman, Jayati Ghosh, Joseph E. Stiglitz, Irene Ovonji-Odida, Kim S. Jacinto Henares, Léonce Ndikumana, Magdalena Sepúlveda Carmona, Rev. Suzanne Matale, Ricardo Martner, Thomas Piketty, Wayne Swan

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