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La próxima semana, la Reserva Federal tiene su reunión de julio para tomar decisiones sobre sus tasas de interés.
El encuentro se realiza en medio, una vez más, de presiones de la Casa Blanca y declaraciones de Donald Trump exigiendo una baja en las tasas. Esto, además, de los comentarios del presidente contra la cabeza de la Fed, Jerome Powell.
Esta semana, Trump realizó una visita al edificio de la Fed, la primera vez en 20 años que un mandatario va a la sede de esta entidad.
Trump le restó importancia a su enfrentamiento con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, por los sobrecostos durante una visita al proyecto de renovación del banco central dejando claro que consideraba que la baja de la tasa de interés es un asunto más urgente.
Tras intercambiar críticas públicas con Powell sobre el costo del proyecto, Trump sostuvo que “no había tensión” con el jefe de la Fed e indicó que probablemente eso no era motivo suficiente para destituirlo. “Hacer eso es un paso muy grande y no creo que sea necesario”, dijo a los periodistas.
Sólo ese día, el dólar subió 0,2 % después de que Trump dijera que no era necesario despedir a Powell.
Esta reacción del mercado habla un poco no sólo de la atención que hay sobre el enfrentamiento entre ambas figuras, sino sobre la solidez de la posición de Powell, quien es visto como un tomador de decisiones clave en momentos de alta incertidumbre y volatilidad por cuenta de los desbarajustes económicos introducidos pr Trump.
Antes de llegar a la Reserva Federal por primera vez, Powell tuvo una exitosa carrera en la banca de inversión, principalmente en el Grupo Carlyle, en donde forjó un capital personal que, de acuerdo con documentos de 2016 citados por el diario The Washington Post, podría ascender a US$55 millones. Esto también puede explicar por qué aceptó la posición en el Bipartisan Policy Center, en donde tuvo un salario anual de US$1.
Su fortuna personal y su formación lo separan de la mayoría de personajes que han pasado por la dirección de la Reserva Federal: es uno de los hombres más ricos en ocupar el cargo y es el primer director de la institución en no tener un título de economía en, por lo menos, 40 años.
Durante su posesión (en el primer mandato de Trump), Powell insistió en la necesidad de tener un banco central que respete la “tradición no partidista de tomar decisiones objetivas basadas en los mejores datos disponibles”.
Las tensiones y cruces de declaraciones con Trump dan cuenta justamente de esto: un banco central que toma decisiones económicas, no políticas, como prácticamente demanda el mandatario estadounidense.
El mandato de Powell como presidente de la Fed finaliza en mayo, aunque su cargo como gobernador de la Fed se extiende hasta enero de 2028. Se ha negado a especificar si abandonará por completo el banco central cuando concluya su presidencia.
La próxima decisión de tasas de la Reserva Federal
La inflación de Estados Unidos subió a 2,7 % en 12 meses en junio, en línea con lo esperado por los analistas, mientras los dirigentes tratan de calibrar el efecto que tienen sobre la economía los aranceles de Donald Trump.
Uno de los índices para medir la inflación del gobierno estadounidense, el IPC, se situó en junio en el 2,7 % interanual, mientras que en mayo había sido del 2,4 %, debido en gran parte al aumento del precio de la energía, explicó el Departamento de Trabajo.
El indicador sigue estando por encima de la meta de la Fed, por un lado. Pero, por el otro, los miembros del banco central de EE.UU. siguen esperando con cautela cuáles serán los efectos inflacionarios de la guerra comercial de Trump.
Los miembros de la Reserva Federal (Fed, banco central) esperan que en los próximos meses se pueda conocer la repercusión real de la guerra comercial de Trump para tomar cualquier decisión sobre eventuales cambios de tasas de interés.
Así las cosas, la expectativa es que la reunión de julio produzca los mismos resultados que se han dado en este año: una pausa en el descenso de las tasas mientras el panorama de política económica de Trum ofrece resultados más claros y concretos.
La postura de cautela se ve reforzada más aún si se tiene en cuenta que el 1 de agosto la Casa Blanca debería revelar cómo queda el panorama de aranceles, después de las dos pausas que ha habido en el tema luego del caótico anuncio de los aranceles recíprocos de abril de este año.
En 2024, la Fed bajó las tasas en un punto porcentual.
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